Doctorados Y Maestrías Sin Investigación Científica

Doctorados y maestrías, sin investigación científica

En los tiempos de posmodernidad, globalización y creciente corrupción en que nos ha tocado vivir, ser un buen Maestro Educandino y Franciscano se hace cada vez más difícil. Siempre nos enfrentamos a todo tipo de obstáculos en el cotidiano trabajo pedagógico: la falta de reconocimiento social y económico, los constantes cambios en los modelos educativos dispuestos por el Ministerio de Educación, las evaluaciones injustas que se aplican, etc., la educación sigue en crisis. A todo esto se suma, ahora la masificación de los postgrados que en los últimos tiempos se ofrecen por doquier, al mejor postor y con las más increíbles facilidades. Recuerdo… hace unos veinte años, pensar en una maestría era como un sueño, pues, si querías ser magister, tenías que contar con una buena suma de dinero o que tus padres te lo pagaran en caso de ser un muchacho acomodado o en su defecto obteniendo una beca, lo cual también requería de un sin número de requisitos y papeleos. En ese entonces, hacer un estudio de postgrado no era tan sencillo como ahora.

No digo que, nosotros los que abrazamos la noble profesión de maestro, no debamos hacer estudios de postgrado, estamos en la obligación de hacerlo. Sí, debemos hacerlo; es nuestro deber seguir estudiando; el ser maestro demanda, en estos tiempos, nuestro compromiso de formarnos permanentemente para el beneficio de nuestros alumnos.

Lo que reclamo y denuncio ante la sociedad y ante la historia es que estos, mal llamados postgrados, sean no solo para acreditar a los docentes que las llevan, y que les permitan ascender profesionalmente, sino sobre todo para cumplir su objetivo científico de incrementar los conocimientos de la ciencia.

Las maestrías y doctorados que se dan en nuestro medio no garantizan la calidad profesional del docente, no garantiza su buen desenvolvimiento en el aula, no garantiza el dominio que el graduado debe tener del Método Científico, requisito indispensable para el desarrollo de la Ciencia.

Las ferias de ciencia y tecnología que se organizan en las instituciones educativas de todo el país tampoco han dado los frutos que quisiéramos. Con pena podemos comprobar el escaso dominio y conocimiento de Método Científico que incluso los profesores de ciencias de las diferentes instituciones educativas y de las universidades del país demuestran.

Espero que estas breves líneas sirvan para tomar conciencia de la importancia que tiene la Ciencia en el desarrollo de los pueblos. Y nosotros, maestros educandinos, somos los llamados a orientar a nuestras alumnas en esta necesidad: incrementar los conocimientos de la Ciencia.

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