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Doctrinas Economicas


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  4.488 Palabras (18 Páginas)  •  217 Visitas

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martes, 9 de agosto de 2011

Época Colonial

El Hecho Colonial

La historiografía tradicional suele caracterizar a la etapa colonial del actual Ecuador, como fase de gran estabilidad en todos los órdenes, en oposición a la inestabilidad republicana. “La Colonia” se piensa como un momento sin mayores cambios en la estructura social o económica. Esto carece de fundamento. Durante los tres siglos que estas tierras permanecieron vinculadas a la Metrópoli española, se produjeron transformaciones enormemente significativas, perfilándose al menos tres períodos notoriamente diversos. De igual manera, la conceptualización de la sociedad colonial como “feudal” o “semi-feudal” es un lugar común -a veces elevado al nivel de teoría interpretativa- que se repite entre los analistas históricos ecuatorianos. Ante todo, debemos reconocer que la formación económico social de lo que luego llegó a ser Ecuador es bastante más compleja. En medio de permanentes transformaciones, encontramos un conjunto orgánico y articulado de relaciones sociales de distinto carácter y origen histórico diverso, cuya integración escapa de las caracterizaciones simplistas.

Si vemos a la sociedad colonial desde la perspectiva de sus relaciones económico- sociales básicas, encontramos tres grandes períodos en la vida de lo que ahora es el Ecuador. Luego de la conquista y hasta fines del siglo XVI se dio un período de asentamiento e inicial consolidación del régimen colonial español. Desde entonces y hasta las décadas iniciales del siglo XVIII, es decir una centuria y una década más, se dio un segundo período, en el que la actividad económica articulante de la sociedad fue la producción textil. Por fin, desde inicios del siglo XVIII y hasta cien años después, cuando se produjo la Independencia, se dio un tercer período, caracterizado por la crisis, la readecuación de las relaciones sociales y el agotamiento del régimen colonial.

Primer periodo colonial

- Encomenderos y doctrineros

En la primera etapa de la colonización se produjo el sojuzgamiento y el inicio del despojo de los pueblos indígenas. Al mismo tiempo se resolvió, en beneficio del centralismo metropolitano, el conflicto creado por los primeros colonos que intentaron reproducir aquí el sistema de explotación feudal europeo. La institución básica de esta etapa fue la llamada “encomienda”, que consistía en el encargo o “encomienda”, de allí su nombre, que hacía la Corona a un colono español -el encomendero- de un grupo de indígenas, para que los catequizara y les cobrara el tributo que estaban obligados a pagar. En pago del beneficio de la cristianización, los indígenas quedaban obligados a prestar servicios

al encomendero. En la práctica se estableció un mecanismo de extracción de excedentes en forma de trabajo e impuestos, al mismo tiempo que un instrumento de control ideológico.

Así pues, entre la década de 1530, y la de 1590, es decir hasta la vigencia de las “Reformas Toledanas” y la Rebelión de las alcabalas de Quito, (1592-1593), se extiende una etapa de asentamiento del poder colonial en la que, por una parte, se establece el sistema hispánico (fundación de ciudades, diócesis, audiencias, etc.), y se consuman, por otra, la dominación y el inicio del despojo de los pueblos aborígenes. Todo esto, desde luego, en el contexto bajo condiciones del encuentro de dos sociedades: De un lado, la metropolitana, que estaba inmersa en la transición del orden feudal al capitalista en Europa; de otro lado, la indígena, que experimentaba una aguda crisis de las formas aborígenes de organización social, que precipitaron su derrota.

- La disputa del botín

La terminación de las guerras de conquista no dieron fin a las confrontaciones. Ya en la década de los treinta se dieron sangrientos enfrentamientos entre los propios conquistadores. Pizarro, nombrado Marqués por el Rey de España, se vio en conflicto con Almagro, con quien disputó por el control del Cuzco y de todo el Perú. En 1538 Almagro fue derrotado y ejecutado. Pero este hecho no dio fin al conflicto, porque su hijo encabezó una revuelta, en medio de la cual asesinó a Francisco Pizarro (1541) y tomó el poder.

Enteradas las autoridades españolas de los enfrentamientos nombraron a Vaca de Castro para que pacificara la región. El joven Almagro no quiso someterse a la autoridad delCo mis ionado, que lo venció en Chupas en 1542. Posteriormente fue ejecutado, como su padre.

Los enfrentamientos entre los conquistadores devinieron, pues, en un conflicto más de fondo entre estos y el poder de la Corona, que intentó cortar la autonomía con que aquellos intentaban manejar las tierras recién conquistadas. En este contexto se emitieron las Leyes nuevas que centralizaban el manejo político y económico de las colonias en manos de la Corona y establecían ciertos mecanismos de protección de los indígenas, contra el abuso de los encomenderos. Uno de los principales mentalizadores de estas leyes había sido Fray Bartolomé de las Casas, incansable denunciador de la barbarie de los conquistadores y defensor de los indios.

Se designó como Virrey del Perú a Blasco Núñez de Vela para poner en vigencia las

Leyes nuevas en 1544. Los encomenderos se propusieron resistir este intento para

quitarles el poder efectivo alcanzado y se organizaron alrededor de la figura de Gonzalo Pizarro. Luego de varios movimientos de tropas, los dos ejércitos se enfrentaron en una llanura del norte de la ciudad de Quito. El Virrey fue derrotado por Pizarro y ejecutado inmediatamente, en 1546.

La respuesta de la Corona a los hechos fue intentar una negociación con sectores de colonos que tenían la expectativa de nuevos privilegios en contra de los encomenderos, tratando al mismo tiempo de no aplicar las conflictivas leyes; es decir, cediendo en el manejo de los asuntos americanos a los colonos, a cambio de consolidar la autoridad central. Un clérigo, Pedro de la Gasca, fue designado para manejar la situación contra Pizarro. Apenas La Gasca comenzó su misión, anunció que el Rey había cedido a las demandas de los colonizadores y logró levantar una fuerza importante. Poco a poco, las ciudades y villas fueron plegando a su autoridad. En Quito fue asesinado el Gobernador Puelles, dejado por Pizarro. Los dos ejércitos se enfrentaron en Jaquijaguana, cerca del Cuzco, a inicios de 1548. Pizarro fue derrotado y ejecutado luego con sus tenientes. Triunfó de este modo la causa de la Corona, aunque el precio había sido un cúmulo de

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