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Don Juan Manuel


Enviado por   •  24 de Enero de 2013  •  3.298 Palabras (14 Páginas)  •  614 Visitas

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Don Juan Manuel nació en el Castillo de Escalona, situado en la provincia de Toledo. Su última carta, fechada en Castillo de Garcimuñoz el 12 de octubre de 1348, demuestra que hubo de fallecer con posterioridad al 5 de mayo que en la mayoría de los libros viene como la fecha oficial de su defunción.2 Su nombre completo era Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya y fue el creador de la Casa de Manuel de Villena, cuyos descendientes acabarían siendo propietarios de varios títulos de nobleza, como el condado de Vía Manuel, el marquesado de Rafal o el ducado de Arévalo del Rey, entre otros.

Por ser hijo del Infante don Manuel de Castilla (Señor de Villena, Escalona, Peñafiel, Elche, Santa Olalla, Agreda, Roa, Cuéllar, Chinchilla, Aspe y de Beas) y de Beatriz de Saboya, era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Heredó de su padre el gran Señorío de Villena, junto a los señoríos de Escalona y de Peñafiel. Posteriormente, en 1330, recibió el título vitalicio de Príncipe de Villena merced del Rey de Aragón Alfonso IV. El título pasó a ser de carácter vitalicio y que daría paso a un ducado tras la muerte de Don Juan Manuel (ducado de Villena).

Su biografía es bien conocida merced a los trabajos de Andrés Giménez Soler. Su nombre era Juan Manuel de Borgoña y Saboya, pero tras fundar la Casa de Manuel de Villena, cambió sus apellidos pasando a llamarse Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya; fue educado como un noble, en artes tales como la equitación, la caza o la esgrima, pero sus ayos se preocuparon de que aprendiese además latín, historia, derecho y teología; de esta completísima educación hay recuerdos en el capítulo LXVII de su Libro de los estados. Aunque en algunas ocasiones se proclamaba lego en sus obras, tal declaración era convencional y obedecía al topos humilitatis o tópico de la humildad, para compartir la la ignorancia de su público por cortesía pedagógica; en realidad era un sabio de conocimientos enciclopédicos, que dominaba el latín y el italiano, aunque no el griego. Su religiosidad era de sesgo tomista, vinculada a la orden de Santo Domingo.3 Literariamente, su formación incluyó la lectura de diversos poemas del mester de clerecía (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio...), los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso X (especialmente, la Estoria de España), varios libros doctrinales como la Disciplina clericalis de Pedro Alfonso, y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano (Calila e Dimna, Sendebar...), etc.

A los 8 años perdió a sus padres y pudo disponer del amplio patrimonio de su familia; a los 12 años participó en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia. En la lucha dinástica suscitada en Castilla a raíz de la muerte de don Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X el Sabio, don Juan Manuel se puso siempre del lado de Sancho IV, como también lo había estado su padre, y el rey correspondió a esta lealtad otorgándole su protección.

Se casó tres veces, eligiendo a sus esposas por conveniencia política y económica y, cuando tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza. La primera de sus esposas fue la infanta de Mallorca doña Isabel, con la que se casó en 1299; sin embargo falleció dos años más tarde. Al morir Sancho IV, incumplió su promesa de proteger a la reina regente María de Molina en la minoría de edad del futuro Fernando IV el Emplazado: los agobió con todo tipo de exigencias y se mostró poco fiel, buscando la alianza de Jaime II de Aragón, para lo cual le pidió en 1303 la mano de su hija Constanza, que aún era niña; se casó con ella en 1311, cuando ella tenía 12 años. Durante la minoría de edad de Alfonso XI fue corregente del reino hasta que el propio monarca le obligó a dejar el cargo; también en su reinado dio muestras de su carácter inquieto y levantisco, por ejemplo cuando se enojó porque el rey no quiso casarse con su hija Constanza y le declaró la guerra con la ayuda del rey de Granada; hechas las paces, recobró el cargo de adelantado de Murcia que había perdido con esa situación y, viudo, se volvió a casar, en terceras nupcias, con doña Blanca Núñez de Lara, volviéndose a enfrentar con el rey Alfonso XI, a quien no quiso aportar sus tropas para cercar Gibraltar; tras una nueva reconciliación, volvió a encontrar un motivo de queja laboriosamente inventado y acusó al rey de no permitir que su hija Constanza se casara con don Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; recobró la gracia real a tiempo para participar en la importante Batalla del Salado contra los benimerines y en la ulterior conquista de Algeciras.

Extensión del Señorío de Villena en tiempos de don Juan Manuel, alrededor de 1340.

Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época, y, además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su moneda propia durante un tiempo, tal y como hacían los reyes. Para ello tenía una fábrica de acuñar moneda en su aldea de El Cañavate (Cuenca), actidad que molestó tanto a Alfonso XI como a los reyes de Aragón. La leyenda de las monedas que se conservan ponen en el anverso la leuenda "SANTA ORSA" y en el reverso "A DEPICTA VIA CON", que hace referencia a su hija Constanza. El autor de El Conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y como noble caballero. En su entorno, hubo ciertas críticas acerca de su vocación literaria, pues se pensaba que un noble de tan alto prestigio no debería dedicarse a tales actividades. El placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás en ella, le llevaron a seguir con su actividad literaria; en su época el trono de Castilla estuvo ocupado por dos monarcas que incluso llegaron a trazar planes para matarlo: Fernando IV y Alfonso XI; sin embargo este último buscó su fidelidad pidiéndole la mano de su hija Constanza, aunque eso se debió a una mera maniobra política para conservar su fidelidad, dando largas al matrimonio y repudiándolo luego cuando estaba ya concertado confinando a la joven en el Castillo de Toro, de forma que este no sólo había repudiado a su hija, sino que no se la devolvía ni le concedía permiso para viajar a Portugal y casarse con el infante Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; estas discordias duraron lo menos una década y al menos en dos ocasiones don Juan Manuel corrió el albur de llegar a caer apresado por el monarca; no obstante la necesidad del rey de asegurar la paz interior para poder enfrentarse al rey de Marruecos y la mediación de doña Juana Núñez, suegra de don Juan por su tercer matrimonio,

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