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Don Juan Manuel

iaasc24 de Enero de 2013

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Don Juan Manuel nació en el Castillo de Escalona, situado en la provincia de Toledo. Su última carta, fechada en Castillo de Garcimuñoz el 12 de octubre de 1348, demuestra que hubo de fallecer con posterioridad al 5 de mayo que en la mayoría de los libros viene como la fecha oficial de su defunción.2 Su nombre completo era Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya y fue el creador de la Casa de Manuel de Villena, cuyos descendientes acabarían siendo propietarios de varios títulos de nobleza, como el condado de Vía Manuel, el marquesado de Rafal o el ducado de Arévalo del Rey, entre otros.

Por ser hijo del Infante don Manuel de Castilla (Señor de Villena, Escalona, Peñafiel, Elche, Santa Olalla, Agreda, Roa, Cuéllar, Chinchilla, Aspe y de Beas) y de Beatriz de Saboya, era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Heredó de su padre el gran Señorío de Villena, junto a los señoríos de Escalona y de Peñafiel. Posteriormente, en 1330, recibió el título vitalicio de Príncipe de Villena merced del Rey de Aragón Alfonso IV. El título pasó a ser de carácter vitalicio y que daría paso a un ducado tras la muerte de Don Juan Manuel (ducado de Villena).

Su biografía es bien conocida merced a los trabajos de Andrés Giménez Soler. Su nombre era Juan Manuel de Borgoña y Saboya, pero tras fundar la Casa de Manuel de Villena, cambió sus apellidos pasando a llamarse Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya; fue educado como un noble, en artes tales como la equitación, la caza o la esgrima, pero sus ayos se preocuparon de que aprendiese además latín, historia, derecho y teología; de esta completísima educación hay recuerdos en el capítulo LXVII de su Libro de los estados. Aunque en algunas ocasiones se proclamaba lego en sus obras, tal declaración era convencional y obedecía al topos humilitatis o tópico de la humildad, para compartir la la ignorancia de su público por cortesía pedagógica; en realidad era un sabio de conocimientos enciclopédicos, que dominaba el latín y el italiano, aunque no el griego. Su religiosidad era de sesgo tomista, vinculada a la orden de Santo Domingo.3 Literariamente, su formación incluyó la lectura de diversos poemas del mester de clerecía (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio...), los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso X (especialmente, la Estoria de España), varios libros doctrinales como la Disciplina clericalis de Pedro Alfonso, y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano (Calila e Dimna, Sendebar...), etc.

A los 8 años perdió a sus padres y pudo disponer del amplio patrimonio de su familia; a los 12 años participó en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia. En la lucha dinástica suscitada en Castilla a raíz de la muerte de don Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X el Sabio, don Juan Manuel se puso siempre del lado de Sancho IV, como también lo había estado su padre, y el rey correspondió a esta lealtad otorgándole su protección.

Se casó tres veces, eligiendo a sus esposas por conveniencia política y económica y, cuando tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza. La primera de sus esposas fue la infanta de Mallorca doña Isabel, con la que se casó en 1299; sin embargo falleció dos años más tarde. Al morir Sancho IV, incumplió su promesa de proteger a la reina regente María de Molina en la minoría de edad del futuro Fernando IV el Emplazado: los agobió con todo tipo de exigencias y se mostró poco fiel, buscando la alianza de Jaime II de Aragón, para lo cual le pidió en 1303 la mano de su hija Constanza, que aún era niña; se casó con ella en 1311, cuando ella tenía 12 años. Durante la minoría de edad de Alfonso XI fue corregente del reino hasta que el propio monarca le obligó a dejar el cargo; también en su reinado dio muestras de su carácter inquieto y levantisco, por ejemplo cuando se enojó porque el rey no quiso casarse con su hija Constanza y le declaró la guerra con la ayuda del rey de Granada; hechas las paces, recobró el cargo de adelantado de Murcia que había perdido con esa situación y, viudo, se volvió a casar, en terceras nupcias, con doña Blanca Núñez de Lara, volviéndose a enfrentar con el rey Alfonso XI, a quien no quiso aportar sus tropas para cercar Gibraltar; tras una nueva reconciliación, volvió a encontrar un motivo de queja laboriosamente inventado y acusó al rey de no permitir que su hija Constanza se casara con don Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; recobró la gracia real a tiempo para participar en la importante Batalla del Salado contra los benimerines y en la ulterior conquista de Algeciras.

Extensión del Señorío de Villena en tiempos de don Juan Manuel, alrededor de 1340.

Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época, y, además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su moneda propia durante un tiempo, tal y como hacían los reyes. Para ello tenía una fábrica de acuñar moneda en su aldea de El Cañavate (Cuenca), actidad que molestó tanto a Alfonso XI como a los reyes de Aragón. La leyenda de las monedas que se conservan ponen en el anverso la leuenda "SANTA ORSA" y en el reverso "A DEPICTA VIA CON", que hace referencia a su hija Constanza. El autor de El Conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y como noble caballero. En su entorno, hubo ciertas críticas acerca de su vocación literaria, pues se pensaba que un noble de tan alto prestigio no debería dedicarse a tales actividades. El placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás en ella, le llevaron a seguir con su actividad literaria; en su época el trono de Castilla estuvo ocupado por dos monarcas que incluso llegaron a trazar planes para matarlo: Fernando IV y Alfonso XI; sin embargo este último buscó su fidelidad pidiéndole la mano de su hija Constanza, aunque eso se debió a una mera maniobra política para conservar su fidelidad, dando largas al matrimonio y repudiándolo luego cuando estaba ya concertado confinando a la joven en el Castillo de Toro, de forma que este no sólo había repudiado a su hija, sino que no se la devolvía ni le concedía permiso para viajar a Portugal y casarse con el infante Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; estas discordias duraron lo menos una década y al menos en dos ocasiones don Juan Manuel corrió el albur de llegar a caer apresado por el monarca; no obstante la necesidad del rey de asegurar la paz interior para poder enfrentarse al rey de Marruecos y la mediación de doña Juana Núñez, suegra de don Juan por su tercer matrimonio, consiguieron que el rey devolviese a don Juan Manuel sus bienes embargados y los demás honores en 1337, poniendo fin a la enemistad, que se consolidó definitivamente con la autorización para la boda de Constanza y, hacia 1340, como ya se ha dicho, ambos se aliaron contra los musulmanes en la batalla del Salado y les arrebataron la ciudad de Algeciras.

Participó en las cortes de Alcalá, donde intervino en el incidente protocolario que dio origen a la famosa frase, atribuida a Alfonso XI Por Castilla hablaré yo.

Tras estos acontecimientos, el infante don Juan Manuel dejó la vida política y se retiró a Castillo de Garcimuñoz, donde pasó sus últimos años entregado a la literatura. Orgulloso de sus obras, decidió reunirlas todas en un solo volumen, que dejó en el monasterio de San Pablo de Peñafiel para que no sufrieran las alteraciones de los copistas.

Don Juan Manuel falleció en la ciudad de Córdoba en 1348, a los sesenta y seis años de edad.

Sepultura

Después de su defunción en la ciudad de Córdoba, el cadáver de Don Juan Manuel fue trasladado a la Villa de Peñafiel, donde recibió sepultura en el convento de San Pablo, que el propio escritor había fundado en 1318.

Urna de piedra donde reposan los restos de Don Juan Manuel. Convento de San Pablo de Peñafiel.

Durante la Guerra de la Independencia el convento de San Pablo de Peñafiel fue profanado y saqueado por las tropas francesas, y la tumba que contenía los restos de Don Juan Manuel también fue profanada.

No obstante, en 1955 fue hallada una caja de madera en el lado de la Epístola de la iglesia del convento de San Pablo en la que aparecieron unos restos humanos, que fueron identificados por diversos historiadores como los restos de Don Juan Manuel, pues al limpiar el muro de piedra apareció, oculta bajo una espesa capa de yeso la siguiente inscripción:4

Aquí yace el ilustre señor don Juan Manuel, hijo del muy ilustre señor infante don Manuel y de la muy esclarecida señora doña Beatriz de Saboya, duque de Peñafiel, marqués de Villena, abuelo del muy poderoso rey y señor de Castilla y León don Juan I, de éste nombre. Finó en la ciudad de Córdoba el año del nacimiento de Nuestro Salvador de 1362.

Nupcias y descendencia

Don Juan Manuel contrajo matrimonio en tres ocasiones. Su primera esposa fue Isabel de Mallorca y de Foix (m. 1301), hija de Jaime II.

Su segunda esposa fue Constanza de Aragón y Anjou (1300 - 1327), hija de Jaime II el Justo. Tuvieron tres hijos:

Constanza Manuel de Villena y Barcelona (1323 - 1345), casada con Pedro I de Portugal. Su hijo Fernando, el hermoso fue rey de Portugal.

Beatriz, que murió joven.

Un niño que murió muy joven, según Jaime II por haber sido criado según los criterios de los

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