EL DON DE MARIA

EL DON DE MARIA

María una joven de dieciséis años de edad hija de Martha  y Francisco, una joven muy guapa con su lindo cabello negro un hermoso color de piel blanca y unos lindos ojos verdes, unos ojos en los cuales te podías perder. De una personalidad muy culta del tipo de persona que no es de muchas palabras, del tipo de joven que piensa que su única amiga es su soledad y en la única que puede confiar. Siempre criticada por los demás debido a su personalidad lo que los demás no sabían era que María tenía esa personalidad gracias a un don que ella portaba, aunque ella lo llamaba como maldición, su don era el de poder ver y hablar con personas muertas poder hablar con el espíritu de esas personas.

Ella descubre su don a los ocho años de edad después de llegar a su casa del funeral de su abuela una persona la cual fue muy querida para ella, destruida y llena de tristeza porque ya no volvería a ver a su abuela, se baja del auto y entra corriendo a su casa sube las escaleras hacia su cuarto con lágrimas en sus ojos  y cuando abre la puerta de su habitación se queda perpleja, inmóvil sin una sola palabra en su boca nada más que una reacción la cual es un grito, podría ser un grito de alegría o de terror ya que sus emociones volaron por toda la casa al abrir la puerta de su cuarto, pero que pudo a ver visto para que reaccionara de tal manera, era su abuela, si, su abuela a la cual ella acababa de ver como enterraban su cuerpo en ese sepulcro.

En ese momento cuando sus padres escuchan ese grito corren hacia donde ella y la encuentran en la entrada de su cuarto aun inmóvil con una mirada fija sin una sola reacción ella estaba ahí parada sin mover ni un solo musculo, por lo que había sucedido.

        Los meses pasaron y ella fue dominando ese poder, el cual le permitía tener una comunicación casi a diario, con su abuela en un inicio, y luego comenzó a experimentar con otros espíritus.  

Todas las noches cuando llegaba de estudiar lo primero que ella hacia era ir a su cuarto y contarle a su abuela todas las cosas que ella había hecho en su día, ella encerrada en su cuarto disfrutando de esa charla con su abuela, disfrutando de esos cortos momentos llenos de felicidad, disfrutando de su mundo.

Sus padres escuchaban a María hablar pero  ellos no le tomaban importancia ya que en sus pensamientos ellos creían que ella mal gastaba su tiempo en cosas de jóvenes comunes, como leer libros, hablar por teléfono con sus amigas y cosas así. Lo que sus padres no sabían o no entendían era que María es diferente a todos los demás jóvenes.

Pasando los años María fue dominando y aceptando más su don o como ella lo solía llamar su maldición se acostumbró a llevar una vida así, una vida que para ella era normal fue tan normal que cada vez que ella iba por la calle las demás personas creían que estaba loca al mencionar frases como:

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