EL ENGUAJE EN LA PRACTICA ACADEMICA

EL LENGUAJE EN LA PRÁCTICA ACADÉMICA

Es claro que el ser humano asimila y procesa, piensa y necesita expresar, comunicar a otros sus representaciones mentales o las conductas que son sentimientos, ideas, pasiones, emociones aplicando con el lenguaje, gracias a esta función el hombre ha podido evolucionar.

Sin duda se hace necesario saber comunicarnos, saber argumentar para poder asimilar el aprendizaje, cada ser humano tiene su propio método y ritmo de aprendizaje, por lo tanto es labor de cada pedagogo descubrir y potencializar en los niños niñas y adolescentes su forma de aprendizaje.

La mente asocia el aprendizaje en la medida en que se asimila lo que se está escuchando y entendiendo, fruto del lenguaje aplicado.

Lo anterior teniendo en consideración que el lenguaje empleado en la práctica académica es todo un instrumento fundamental para mantener la atención, motivación e interés por parte del docente con el aprendiz, como un arte de magia y de contacto humano.

Articular la comunicación al proceso de enseñanza aprendizaje debe hacerse en forma flexible, transparente, constructiva, abierta, participativa, sencilla, para que se dé en forma eficaz la transmisión de saberes.

En la educación el lenguaje es una acción pedagógica diáfana, responsable y transparente, en ella no debe existir el autoritarismo, sus consecuencias afectarían el proceso educativo y formativo; igualmente no es un referente muy valioso como ejemplo académico, puede incurrirse en distanciamiento entre docente y aprendiz.

La comunicación toma sentido cuando en el ejercicio permanente de saber dialogar aprendemos a argumentar, validamos acuerdos y desacuerdos.

La mente asocia el aprendizaje en la medida en que se asimila lo que se está escuchando y entendiendo como fruto del lenguaje que se está asimilando y la cercanía entre docente y aprendiz.

Las palabras son una fuente muy poderosa en el proceso mental de la práctica educativa, se trata entonces de hacer uso de un lenguaje que desde lo técnico no debe interferir ni convertirse en dificultad académica.

Cuando somos claros, sociables, respetuosos y asertivos, la palabra se vuelve un puente y los problemas son escasos; cuando se imponen los criterios se vuelve posesivo y minimiza a los demás, la comunicación verdaderamente se vuelve frustrante y distante.

La pedagogía de la palabra es tarea de todos, es una responsabilidad humana, cultural con didáctica personal: es una competencia caracterizada desde nuestro lenguaje con su diversidad de contenidos.

La palabra tiene trascendencia es innata a nuestra personalidad, pero también es directa, responsable, afectiva, comprensiva y

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