EL FIN NO SIEMPRE JUSTIFICA LOS MEDIOS

EL FIN NO SIEMPRE JUSTIFICA LOS MEDIOS

Tras una terrible y dolorosa pérdida causada por una peste transmitida por moscas en Inglaterra, un pequeño de tan sólo doce años emprende un largo viaje rumbo a Canadá en búsqueda de mejores condiciones de vida junto a su familia. El joven William Alton, quién queda huérfano de madre y a su vez hijo único al fallecer su hermana menor, ambas durante la travesía, lucha constantemente con su sentimiento de ira, e impulsos de vengar la muerte de sus seres queridos al considerarla una injusticia. He aquí la razón del título de “Venganza contra las moscas”, por Mcnicoll Sylvia.

Una vez instalado en Canadá se presenta una inusual oportunidad, un concurso cuyo objetivo era atrapar la mayor cantidad de moscas en un frasco y así ganar una jugosa suma de dinero que le permitiría tener un techo donde vivir. Parecía que al pequeño William le hubiesen puesto a su enemigo como el premio mayor, qué mejor que ser premiado por capturar a esos seres asquerosos que le causaron la muerte a dos miembros de su familia. Cautivado por la impotencia, entusiasmado y ansioso por ser el merecedor del premio crea un plan con el que jamás perdería, William cultivaría sus moscas y las pondría en un frasco. Nadie mencionó la procedencia de los insectos, así que en realidad no estaba rompiendo las reglas, sólo jugaría con un poco de astucia.

Las moscas se reprodujeron y crecieron sobre estiércol de tal manera que la cantidad haría que indudablemente William ganara, sumada la cantidad de moscas que recolectó con sus amigos. El día del cierre del concurso llegó y efectivamente nuestro protagonista fue seleccionado entre los finalistas, sin embargo, al momento de entregar sus moscas la señora Gale se acercó y lo felicitó por su manera honorable de haber atrapado a las moscas y le recalcó que su mamá estaría muy orgullosa de él, lo que le generaba un profundo sentimiento de culpa.  Para reparar un poco su forma de actuar decidió donar varias de sus latas de moscas a sus amigos para que pudieran ganar algo en el concurso y limpiar un poco su conciencia.

Decepcionado de sí mismo, el corazón de William no era capaz de sobrepasar a otros por un simple concurso, era mayor su bondad, su nobleza y su honestidad, tanto así que la venganza era ajena a él. Comprendió entonces el pequeño, que el triunfo es completo cuando el proceso y los medios para llegar al fin demuestran el trabajo el duro. En esta situación, el personaje nos demuestra cuán frágil es el ser humano y que los principios de una persona de bien jamás la harán actuar de la manera incorrecta, en algún momento ésta deberá recapacitar y enmendar lo que hizo. Todos tenemos un límite, este era el del pequeño Alton, no podía defraudar a aquellos que confiaban de su honestidad.

El caso de William demuestra la inocencia que caracteriza a un niño de su edad, aunque su venganza de atrapar a unas simples moscas era un tanto absurda la intención no lo era, capturar a los que le causaron tanto sufrimiento por la marca que quedó de dos muertes consecutivas es un propósito muy tentador para cualquiera, incluso puede considerarse una forma de hacer justicia.

La limpieza de la plaga en la ciudad era una muestra de cooperación de la comunidad para evitar enfermedades que llevaran a la muerte, así como su madre y hermana fallecieron. Aunque Willy ganó el segundo puesto y veinticinco dólares, se sentía un triunfador, no sólo porque sus compañeros también obtuvieron créditos en el concurso, sino porque se sentía más motivado a ser un gran médico y salvar muchas vidas.

...