EL MUNDO DEL SER Y EL MUNDO DEL DEBER SER

EL MUNDO DEL SER Y EL MUNDO DEL DEBER SER

Universo. El todo de la naturaleza física, prescindiendo de su orden.

Todo. Cualquier conjunto de partes o sea un conjunto de partes en cuanto es independiente del orden o de la disposición de las partes mismas.

Totalidad. Implica un orden de las partes que no puede ser modificado sin modificar la totalidad misma.

Así el mundo es una totalidad, en tanto que el universo es un todo.

El universo como el todo de la naturaleza física, sin importar su orden, está compuesto de cosas inanimadas y seres vivientes, entre los cuales está el ser humano. Ambos se manifiestan –actúan– los inanimados se expresan solo a través de fenómenos que llamamos naturales. Los seres vivos se expresan mediante reacciones también naturales, pero los seres humanos además de esas reacciones naturales tienen manifestaciones de conducta que están en el terreno de lo psicológico y de  lo social. Éstas últimas dada su característica de animal racional.

Las manifestaciones –fenómenos y reacciones naturales–  de los seres inanimados y de los vivos, incluidas aquellas de los seres humanos que se dan sin su voluntad y las, meramente, psicológicas constituyen el mundo del ser.

El mundo del ser es el mundo de los seres inanimados y de las manifestaciones de ambos mediante fenómenos y reacciones naturales en estas últimas condicionadas por instintos y hechos fuera de su voluntad.

El movimiento de las estrellas y sus planetas, el día y la noche en la tierra, la temperatura, los ciclones, las mareas, el viento fuerte o lento, el mundo de los seres vivos –vegetales, hongos, unicelulares, bacterias, animales y seres humanos– cuando se expresan conforme a su naturaleza e instinto conforman ellos y sus manifestaciones el mundo del ser.

En el universo como el todo de la naturaleza está el ser humano que tiene manifestaciones fuera de su control y voluntad como aquellos dominados por su sistema nervioso central –el movimiento de sus pulmones, de su razón entre otros–, otras que devienen de su historia y desarrollo –nacer, morir, etc.–  otras meramente instintivas y algunas estrictamente psicológicas que pueden considerarse de transición entre el ser humano aislado y el ser humano social.

Cuando el ser humano se expresa como un ser plenamente racional, por ser el único animal que posee razón entonces es capaz de asociarse a otros seres humanos para vivir en sociedad y es entonces cuando sus manifestaciones están condicionadas y condicionan a los demás.

Este condicionamiento recíproco lo obliga a pensar y crear reglas de convivencia, reglas para su comportamiento frente a los demás, reglas de conducta que para su eficacia deben ser obligatorias. A estas reglas se les denomina normas.

El conjunto de las normas le dicen al hombre cuando vive en sociedad cual debe ser su conducta, sin importar si las cumple o no. Ese conjunto es lo que se denomina el mundo del deber ser.

El deber ser es propio de la acción humana, pues no tiene sentido en el mundo natural, es el principio del mundo humano. Aquello que se puede prever o exigir que sucede con base en un norma.

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