EL ORGULLO NORTEAMERICANO
shampoo21 de Noviembre de 2011
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M-16
EL ORGULLO NORTEAMERICANO
Ícono de Vietnam, de la Guerra Fría y de Estados Unidos, este fusil tuvo una historia de desarrollo y combate realmente problemática y agitada. Sin embargo, todavía hoy, medio siglo después de su creación, sigue siendo una de esas armas que no solo hacen su trabajo, sino que quedan en la historia de la guerra.
El primer antecedente
Terminada la Guerra de Corea, el US Army decidió buscar seriamente un fusil de asalto que pudiera dar tanto precisión como gran volumen de fuego.
A la competición llegaron cuatro fusiles: el FAL, dos versiones más pesadas y mejoradas del Garand (recamaradas para el calibre .308) y el AR-10.
Esta última era un arma diseñada por una pequeña nueva empresa, Armalite, parte de la corporación Fairchild, que se dedicaba a fabricar aviones. La experiencia de la empresa con aluminio y materiales sintéticos, unida a la presencia de un diseñador de armas muy innovador, llamado Eugene Stoner, habían logrado un raro pero prometedor producto.
El AR-10 tenía, por un lado, una combinación nunca vista de aluminio para el receptor y otras partes no móviles, más el uso de materiales sintéticos (fibra de vidrio) para la culata, el guardamanos y la empuñadura. Por otra parte, Stoner ofrecía en él un nuevo tipo de sistema de fuego, mezcla de elementos ya probados y otros novedosos, que prometía una mayor precisión al crear un "retroceso lineal" que reducía la súbita escalada de la boca de fuego.
El resultado era un arma de aspecto algo extraño, mucho más liviana que el resto, y aparentemente más fácil de usar y apuntar.
La competencia entre los cuatro fusiles fue reñida, pero el AR-10 no se comportó bien. Contradiciendo a Stoner, el presidente de Armalite decidió usar para las pruebas cañones hechos de una aleación de aluminio y acero. Mientras el FAL y otro de los prototipos lograron resultados muy similares, el AR-10 sufrió una falla catastrófica cuando uno de los cañones estalló en las conocidas pruebas de tortura. Aunque la empresa rápidamente lo reemplazó por uno convencional, de acero, el daño ya estaba hecho. Sobre todo teniendo en cuenta los militares estadounidenses estaban divididos y algunos tenían prejuicios ante un arma tan extraña.
En realidad, aquella falla solo mostró algo que Stoner tal vez ya sabía. Tanto el FAL como los otros fusiles del grupo estaban maduros, y habían sido muy probados y mejorados por las respectivas fábricas. Mientras tanto, el AR-10 todavía era un bebé en pañales; había muchas cosas para probar y mejorar.
No fue injusto, entonces, que el M-14 fuese elegido como el nuevo fusil de asalto del US Army, ya que había dado mejores resultados en las pruebas que el FAL.
Este diseño era algo totalmente diferente al AR-10. Era un fusil de asalto de construcción clásica, con una gran pieza de madera como base de los mecanismos y el cañón. Esto le daba un gran peso; por otra parte, al ser disparada en modo automático era extremadamente difícil de controlar, gastando mucha munición en el aire. El gran calibre utilizado era parte del problema, pues daba un gran culatazo, que el arma no lograba reducir lo suficiente.
Sin embargo, el arma complació a los militares por tratarse de un diseño clásico y durable, además de robusto. A partir de 1957 se comenzó su producción y uso.
El tiempo, sin embargo, seguiría su paso y también la historia del AR-10. El fusil fue vendido en pequeñas cantidades a ciertos gobiernos, y sus derechos de producción fueron también vendidos a una empresa holandesa, quien continuó desarrollándolo por su cuenta.
Al mismo tiempo, Armalite creó, junto con Stoner, el AR-15. Esta era una versión mejorada del AR-10, que usaba ahora el cartucho calibre 5,56x45 mm desarrollado por la empresa y otras empresas fabricantes de municiones, en base a un cartucho de caza. Durante 1958, Armalite le envió fusiles AR-15 al US Army para ser probados, los cuales demostraban todavía problemas de diverso tipo.
En 1959, la empresa le vendió los derechos de ambos fusiles a Colt, quien a partir de entonces se decidió a tratar de lograr que se convirtieran en productos militares. Tres años más tarde, Armalite dejaba de ser parte de Fairchild.
Una nueva oportunidad
Durante esos años la discusión sobre el calibre de los fusiles de asalto se había instalado en toda la OTAN. Inglaterra y EEUU luchaban por imponer un nuevo standard, siendo que el Pacto de Varsovia ya había adoptado el 7,62x39 del AK-47.
Ya se sabía para entonces que el 7,62x51 era demasiado pesado y potente para fusiles de asalto, y la danza de calibres pequeños era interminable. En este punto, ciertos expertos estadounidenses y programas independientes marcaban las falencias del M-14, el cual no resultaba fácil de usar en modo automático. Aunque los militares trataban de acallar estos rumores y discusiones, el debate seguía y seguía.
Eventualmente algunos altos mandos militares empezaron a realizar pruebas o preguntas por su cuenta. El AR-15, todavía en manos de Armalite, fue uno de tantos fusiles probados. Si bien tuvo resultados mixtos, resultó ser superior en varios aspectos al M-14. Al igual que el AR-10, usaba mucho aluminio y plástico, lo cual lo hacía mucho más liviano y fácil de usar: cargado no llegaba a pesar 3 kilos. Además, su sistema de fuego daba la precisión y poder de fuego prometidos, presentando ventajas frente al M-14.
Los problemas mecánicos del AR-15 no eran, sin embargo, muy reales. En uno de las pruebas llevadas a cabo en Alaska, Stoner fue llamado para revisar los prototipos, y descubrió que algunas partes habían sido mal ensambladas o eran de mala calidad. Aquella no era el arma que había diseñado. Su obvio enojo aumentó cuando algunos lo acusaron de traidor por diseñar un mecanismo tan pobre.
Finalmente, sin una alternativa seria para plantear frente al M-14, los pocos militares que creían en la necesidad de un cambio quedaron acorralados y sólo pudieron recomendar que este fusil siguiera en producción. Fue en ese momento que Armalite, cansada de gastar dinero en el desarrollo del AR-15 sin lograr nada a cambio, lo vendió a la Colt a finales de 1959. Stoner fue contratado a su vez por esta empeza para continuar el diseño.
La nueva empresa, tal vez viendo que tenía un excelente producto, comenzó a proponerlo para más pruebas, aprovechando que, si bien no podía vendérselo al Ejército, había muchas agencias gubernamentales y sectores de defensa que sí podían verse interesadas.
Fue así que, en 1960, el general Curtiss LeMay (una importantísima figura dentro de la USAF) vio una demostración en 1960 y decidió comprar 8.500 unidades para ser usadas en las bases del Comando Estratégico Aéreo, responsable del poder nuclear de la USAF. La idea era reemplazar a las viejas carabinas M-1 y M-2. Aunque este contrato fue rescindido por el Secretario de la Defensa, Robert McNamara, éste se encontró pronto en un dilema.
Colt también convenció a la Advanced Research Projects Agency (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados) para que probara la eficacia de este arma. La agencia respondió comprando 1.000 unidades, que fueron enviadas a Vietnam del Sur en 1962, para ser usadas por sus tropas en un conflicto que luego dividiría a EEUU y probaría definitivamente al M-16.
Las Fuerzas Especiales que entrenaban a los sudvietnamitas y que usaban las armas pronto elevaron informes excelentes sobre ella, de manera que el McNamara tenía que tomar una decisión: apoyar al M-14 o proponer al arma de Stoner (llamado por muchos el fusil negro) como su reemplazo.
Aquello incluía otra cuestión de fondo. McNamara era un economista muy pragmático, que sabía mucho de procesos industriales. Era de esas personas que simplemente daban una opinión tajante, bien fundamentada y que no solía tener prejuicios. Uno de sus grandes anhelos era aumentar la estandarización de todo tipo dentro de las FFAA, para facilitar y mejorar su funcionamiento. Desde el principio había abogado por lograr la igualdad del armamento de las tres Fuerzas Armadas (Ejército, Fuerza Aérea y Armada, de la cual dependen, para ciertas cosas, el Cuerpo de Marines). Mientras el M-14 era apoyado por el Ejército, la USAF ya había comprado el M-16 y quería seguir haciéndolo.
En 1963, mientras la USAF compraba 19.000 AR-15 (que todavía no había sido renombrado con códigos militares), el US Army aceptó comprar 85.000 unidades del denominado XM-16E1. Es decir, lo consideraban un arma experimental, y solo tenía un uso limitado.
En enero de 1964, y luego de una serie de pruebas que habían favorecido al M-14 (pero que habían sido llevadas a cabo, aparentemente, con prejuicios), McNamara decidió detener la producción de este fusil de asalto y favorecer al AR-15, redesignado ahora como M-16. Una nueva arma legendaria había nacido.
Ejemplo de los primeros M-16 que fueron enviados a Vietnam. Obsérvese el freno de boca, que luego fue reemplazado porque se atascaba en la vegetación. Los cargadores de 20 cartuchos como el de la foto eran defectuosos y escasos para las necesidades del soldado. Solo en 1970 se pusieron en servicio los de 30 cartuchos. Una gran ausencia: el forward assist.
No todo es tan fácil
Esto, sin embargo, no cerró la controversia. Los detractores del fusil
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