Orgullo Y Prejuicio

ENSAYO DE ORGULLO Y PREJUICIO POR LA AUTORA JANE AUSTEN

Es increíble pensar, que desde hacía tiempo; las mujeres idealizamos al hombre perfecto, esto lo podemos ver claramente en el libro Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, en el que, en más de una ocasión las mujeres sueñan con un hombre intachable, el cual va más allá de los tiempos modernos; predominando por sobre todo, el amor casi platónico, a pesar de que cada uno tenga conceptos y pertenezca a mundos totalmente opuestos.

Desde nuestra infancia se nos da a conocer una serie de historias, cuentos y relatos, de príncipes y princesas que viven felices por siempre, en el cual se nos inculca, que algún día nos casaremos con nuestro príncipe azul y que seremos felices por siempre. Lo malo es que cuando llegamos a una edad más o menos adulta, nos damos cuenta de que eso no sucederá o que no todo será color de rosa, habrá veces en que debamos sufrir, como es el caso de Charlotte, amiga de Elizabeth que se casa con el primo de ésta, y le menciona que casarse con él es lo mejor que le pudo haber sucedido, diciendo: “Lo único que busco es un hogar confortable, y reflexionando sobre el temperamento, las amistades y la situación del señor Collins, he llegado a la conclusión de que mis probabilidades de ser dichosa con él son tantas como las de la mayor parte de las mujeres que presumen de haber hecho un buen matrimonio” página 117. Esto nos da a entender, que en este caso no prima el amor, sino más bien el interés material y el del prestigio. Y también habrá otras ocasiones en las que debamos saltar de alegría, como lo sucedido entre el señor Bingley y Jane Bennet, en lo que a relación respecta, al igual que la unión de Darcy y Elizabeth.

Hay algunas cualidades que hacen que el hombre sea idealizado, e incluso que llegue a ser idolatrado; por ejemplo, algunas de las cualidades de Fitzwilliam Darcy que dejó suspirando a la gran audiencia femenina, pues era un personaje muy inteligente, muy rico, elegante y tímido; que a la vista de todos parecía un poco arrogante y orgulloso, pero debajo de esa fachada se encontraba un hombre honesto, comprensible, fiel a sus sentimientos y a las personas que estimaba; además de ser valiente, generoso y bueno. Si los personajes de la obra hubiesen conocido la otra faceta de Fitzwilliam Darcy, hubiesen tenido otra visión de él. Elizabeth, junto con los familiares o personas cercanas a éste, pudieron conocer esta faceta y gracias al pertinente descubrimiento, ella pudo formarse una nueva opinión y avergonzarse de lo que inicialmente sentía o reprochaba de él. Puedo reafirmar las características del señor Darcy citando a su ama de llaves que comenta lo siguiente: “A pesar de que lo conozco desde que tenía cuatro años, jamás me ha dirigido una palabra que pudiera molestarme (…) página 204. Siempre he observado que cuando un hombre es cariñoso siendo

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