EL PODER CREATIVO DE LA PALABRA

EL PODER CREATIVO DE LA PALABRA II

La palabra de Dios tiene poder para transformar nuestra manera de pensar y de hablar.

Los pre-juicios adquiridos y los malos pensamientos, han llevado a muchos a la mediocridad, al pesimismo, a la inseguridad, al temor, a las limitaciones, etc.

Si queremos adquirir una correcta forma de pensar y ser transformados verdaderamente por el Señor, entonces tenemos que empezar vaciando todo lo que traemos en nuestra mente, desechando y rechazando los malos pensamientos.

Procuremos cuidar nuestra mente, evitemos las murmuraciones, las críticas, los comentarios confusos, los malos pensamientos, los malos consejos; renovemos nuestros pensamientos cada día, con la palabra de Dios.

Salmo 1:1-2

“Dichosos todos aquellos que no siguen el consejo de los malvados, ni se detienen en la senda de los pecadores, ni cultivan la amistad de los blasfemos, sino que se deleitan en la ley del Señor, la meditan día y noche”.

Un consejo es una opinión.

No nos dejemos llevar por malos consejos, consejos equivocados, muchas veces llenos de maldad. Más aún, cuando necesites un consejo o dirección para tu vida, recurre a la Palabra de Dios que es perfecta e infalible. El Señor conoce nuestro pasado, presente y futuro; busquemos su consejo para encaminarnos.

Proverbios 18:2

“Al necio no le interesa entender, todo lo que quiere es dar su propia opinión”

Pensamos que nuestra opinión es la correcta: Yo pienso, yo creo, yo opino… y creemos que tenemos la razón en lo que opinamos.

Alcance:

Científicamente está comprobado que, en el Sistema Nervioso Central, se encuentra EL CENTRO DEL HABLA donde nuestros pensamientos se convierten en actos o hechos. El centro del habla domina todo nuestro organismo.

Santiago 3:1-11

Cuando utilizamos un lenguaje de desánimo, de pesimismo y declaramos palabras como por ejemplo: No puedo…, no tengo,…me siento mal…, estoy viejo…, al decir estas palabras, el Centro del habla que comanda todo el cuerpo, da la orden y el cuerpo responde inmediatamente, adoptando una actitud de perdedor, de pobreza, de depresión, de limitación, de enfermedad, etc. La solución es EL CAMBIO en nuestra manera de hablar, tenemos que aprender el nuevo LENGUAJE DE LA FE.

Nada nos cuesta pensar y hablar en términos positivos, así nuestro cuerpo obedecerá y se preparará para el éxito, el triunfo y la prosperidad.

Esta nueva adaptación de utilizar un lenguaje de fe, de hablar la palabra de Dios nos va costar, requiere esfuerzo y perseverancia, como cuando aprendemos a hablar un nuevo idioma

...