EL SISTEMA POLITICO VENEZOLANO: ESTABILIDAD, CRISIS E INCERTIDUMBRE
mariateresa0212 de Octubre de 2011
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Carlos Sabino
1.- El Pacto de Punto Fijo y la Emergencia de la Democracia
Como en el resto de América Latina, la tradición venezolana en materia de gobiernos democráticos es
relativamente reciente. Si bien durante la Guerra de Independencia se trató de organizar una república
bajo la forma de un sistema constitucional democrático y representativo, la tentativa quedó más
circunscripta al plano de los enunciados teóricos que al de la aplicación práctica. Carente de una tradición
de gobierno propio durante la Colonia, y devastada por luchas intestinas que a veces adquirieron singular
pugnacidad, Venezuela recorrió reiteradamente durante el siglo pasado un ciclo en el que se alternaban
situaciones de anarquía, caracterizadas por gobiernos débiles y de escasa representatividad, con
dictaduras más o menos consolidadas, que derivaban rápidamente en un sistema autoritario y por
completo personalista. Caudillismo, lucha civil y anarquía fueron así las notas predominantes de un largo
período que concluyó, aunque no completamente, con el fin de la dictadura de Juan V. Gómez, ocurrida
cuando éste murió a finales de 1935.
Las constituciones elaboradas durante ese siglo reconocieron, por lo general, la estructura caudillista
del poder: establecieron por lo general un ejecutivo fuerte y una representación de tipo indirecto, basada
sobre elecciones de segundo grado, para los cuerpos legislativos. A la muerte de Gómez se produjo un
rápido proceso de modernización social y económico que fue alentado primordialmente desde el Estado -
ya fortalecido por los ingresos petroleros- y por las fuerzas políticas que emergieron en oposición a la
dictadura y sus continuadores.
El período que media entre 1936 y 1958 muestra la inestabilidad política propia de un país que va
incorporando, a través de sucesivos ensayos, una franja cada vez mayor de ciudadanos al quehacer
político. La democracia que por fin emerge en la última de esas dos fechas es el producto de una lucha en
la que, paulatinamente, todas las fuerzas políticas se van uniendo contra la dictadura militar que existía
para el momento, la de Marcos Pérez Jiménez. Este proceso de aglutinación, junto con la tradición
política vigente a la fecha y los rasgos ideológicos comunes a las fuerzas políticas predominantes,
imprimen su sello sobre la etapa democrática que emerge y se consolida a partir de 1958.
Los partidos políticos, especialmente Acción Democrática, que había ya ejercido el poder durante el
período 1945-48, tenían una estructura interna caracterizada por el caudillismo y proclamaban la
necesidad de realizar profundos cambios sociales para distribuir mejor la riqueza y llevar el país al
desarrollo económico. Todas las fuerzas políticas, además, coincidían en el imperativo de lograr que la
riqueza petrolera llegase por fin a la mayoría de la población y consideraban que el Estado debía
constituirse en la palanca fundamental de los cambios necesarios para lograr el desarrollo.
La diferente respuesta inicial dada a la dictadura de Pérez Jiménez por las principales fuerzas políticas -
la ya mencionada AD, el partido socialcristiano COPEI, la Unión Republicana Democrática (URD) y el
Partido Comunista de Venezuela- generaron un debilitamiento de la oposición que permitió que éste se
consolidase en el poder. Este hecho, andando el tiempo, hizo comprender a muchos dirigentes la
necesidad de lograr al menos algunos consensos básicos que permitieran la consolidación del sistema
democrático. Surgió primero un acuerdo general para enfrentar la dictadura y luego, ya derrocada ésta,
un mecanismo formal que logró aglutinar a tres de los cuatro partidos mencionados, pues el Partido
Comunista quedó excluido del acuerdo firmado, y que pasó a conocerse como el Pacto de Punto Fijo.
El régimen democrático surgido de este acuerdo contaba con un amplio respaldo popular y con el
apoyo explícito de los principales partidos y organizaciones económicas y sociales, pero se veía acosado
por dos peligros que provenían de sectores políticamente opuestos, aunque a veces convergentes: por un
lado, los restos del perezjimenismo, que todavía tenían cierta influencia en las Fuerzas Armadas y
contaban con el apoyo de diversos núcleos de civiles; por otra parte la izquierda que, viendo la
imposibilidad de radicalizar el nuevo régimen y de llevarlo al socialismo, fue distanciándose
paulatinamente de él y abrazando cada vez más el camino de la lucha armada, especialmente luego del
ascenso de Fidel Castro al poder.
El Pacto de Punto Fijo intentaba, dentro de este cuadro, consolidar las fuerzas que estaban dispuestas a
constituir una auténtica democracia. El respeto a los resultados electorales cualquiera que estos fuesen,
ciertas normas de convivencia democrática y un relativo balance de poder que evitase su excesiva
concentración en manos de un solo partido, eran los elementos clave del acuerdo.
2.- El Sistema en Funcionamiento
El sistema surgido a la caída de la dictadura mostró enseguida que resultaba operativo y capaz de
sostenerse. Durante más de dos décadas Venezuela encontró una forma de resolver sus conflictos dentro
de un marco de relaciones democráticas, mientras los partidos se alternaban en el poder y se daba un
crecimiento económico acompañado de amplia movilidad social que consolidaba el sistema de gobierno
establecido.
En efecto, el primer gobierno de la democracia, el de Rómulo Betancourt (AD), pudo enfrentar con
éxito los alzamientos de la izquierda y de la derecha militarista, superó una crisis económica de cierta
magnitud y logró llegar incólume a las elecciones de 1963. También durante este lapso se aprobó la
constitución que todavía está en vigencia, una constitución que ha mostrado una capacidad bastante alta
para plasmar un marco jurídico adecuado al desarrollo de una democracia naciente.
Es cierto que no todo el crédito por estos hechos puede atribuirse a los instrumentos legales y los
acuerdos institucionales que surgieron desde 1958. Una buena parte de la exitosa consolidación de la
democracia venezolana proviene, con toda seguridad, del marco de crecimento económico que surgió de
la economía petrolera propia del país; otra parte importante debe atribuírsele, sin duda, al papel jugado
por ciertos líderes que, dispuestos a consolidar la democracia a toda costa, lograron mantener una
dirección firme del Estado, especialmente en sus difíciles comienzos.
2.1.- Presidencialismo, Caudillismo y Clientelismo
Puede decirse que, en este sentido, el liderazgo de las principales figuras de cada partido continuó,
bajo otra forma, la tradición caudillista y personalista que no había sido abandonada en ningún momento
por el país. Pero los caudillos de la democracia no eran ya los gobernante autocráticos del pasado sino
dirigentes políticos que afirmaban su poder al interior de los partidos, eliminando a veces todo disenso y
construyendo por lo general "maquinarias" bien estructuradas de militantes ligados por la fidelidad a toda
prueba, a quienes se recompensaba con cargos políticos o favores de otra naturaleza llegado el momento
de alcanzar el poder. De allí que los partidos políticos venezolanos, aparecidos tardíamente en este siglo,
fueron estructurándose sobre un modelo que bien puede llamarse leninista, tal como lo han afirmado
muchos analistas políticos nacionales. Pero esa especie de compensación que los militantes obtenían por
su leal y consecuente militancia agregaba a los partidos políticos otra característica, de particular interés
para el caso venezolano: el llamado clientelismo.
Las características sociológicas y culturales del caudillismo se mantuvieron, entonces, durante la etapa
democrática iniciada en 1958, y puede decirse que no nos han abandonado aún en la actualidad. Pero las
formas políticas del fenómeno, obviamente, tuvieron que variar, pues no pudieron permanecer inalteradas
al ejercerse en el marco de gobiernos constitucionales. Se transmutaron entonces en un modelo político
donde un ejecutivo fuerte, un presidencialismo sin cortapisas y una estructura centralizada de un Estado
que, además, contaba con ingentes recursos
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