¿EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO FAVORECE NUESTRA EDUCACION?

¿EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO FAVORECE NUESTRA EDUCACION?

El tratado De Libre Comercio es un acuerdo mediante el cual dos o más países reglamentan de manera comprensiva sus relaciones comerciales con el fin de incrementar los flujos de comercio e inversión y, por esa vía, alcanzar un mayor nivel de desarrollo económico y social. Estos contienen normas, procedimientos tendientes a garantizar los flujos de bienes, servicios e inversiones entre los países que suscriben dichos tratados.

Los temas más trabajados en las mesas de negociación han girado alrededor del acceso a mercados, agricultura, servicios, inversión, subsidios, derechos compensatorios, política de competencia, derechos de propiedad intelectual, solución de diferencias y compras del sector público. La educación como tal no ha sido un tema relevante y ha quedado sumergida en el área de los servicios y en el tema de derechos de propiedad intelectual. Lo primero que se busca es eliminar las trabas al comercio de servicios que puedan tener los países de acuerdo con su normatividad vigente. En estas negociaciones, los países pueden reservarse algunas restricciones que deseen mantener sobre sectores estratégicos, como la defensa nacional. En este sentido, las discusiones se han centrado en los servicios bancarios, de telecomunicaciones, de servicios médicos y de servicios profesionales a las empresas.

Lo segundo busca que la propiedad intelectual tenga niveles razonables de protección, de modo que los dueños de las marcas, los trabajos intelectuales (de escritores y compositores) o los productores de bienes o servicios que propongan un desarrollo tecnológico obtengan los incentivos para seguir produciendo en su país y, a la vez, ser protegidos en los mercados internacionales. Igualmente, se negocian las limitaciones y las excepciones a los derechos de propiedad intelectual para salvaguardar el derecho de la población a acceder a medicamentos y a otros productos a precios accesibles para el público, atendiendo a nuestro menor nivel de desarrollo.

Las mesas de negociación que trabajan aspectos relacionados con la cooperación y el fortalecimiento de la capacidad comercial, asumen la complejidad de intentar estrategias para fortalecer la capacidad científica del país en una perspectiva que privilegia la competitividad. En este mismo contexto, está incluida la educación como servicio objeto de comercio, sujeto a las leyes de la demanda y de la oferta, que no entiende la función educativa como un instrumento de divulgación cultural y de identidad nacional.

La educación, es una herramienta para la consolidación de las naciones que no solamente se encamina a la profesionalización y la formación para el trabajo, sino que acrecienta un ingrediente de “soberanía” que, difícilmente, puede pensarse como mercancía negociada en un mercado. La forma como hasta el momento ha sido concertada la propuesta es peligrosa y podría ubicar este servicio en la misma condición de otros bienes negociables. Es posible imaginar los propios intereses de cada país en el tema de la educación. Colombia desea aumentar la competitividad del recurso humano a través del acceso a maestrías y doctorados, y así fortalecer la comunidad científica nacional. Estados Unidos busca internacionalizar los servicios de sus centros de capacitación y universidades, intercambiar conocimiento, investigación aplicada.

Sería conveniente un plan estratégico nacional de educación superior que estudiara las necesidades de formación del país donde primen las carreras de mayor impacto sobre el desarrollo, antes de iniciar su discusión en las negociaciones en un Tratado de Libre Comercio. No se pueden generar grandes expectativas en el Tratado, si el gobierno y los negociadores consideran la educación un servicio de poca relevancia para el intercambio bilateral.

...