El Agua En Nuestras Vidas

Al principio creo Dios el cielo y la tierra, la tierra no tenia forma las tinieblas cubrían el abismo y el soplo del creador se movía sobre todo lo creado.

Y dijo Dios que exista un firmamento que sea llamado cielo y vio Dios que era bueno y luego paso Dios a decir que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio y que aparezcan los continentes, y Dios llamo a los continentes tierra y a las masas de agua las llamo mar y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios que sea creado un Dios que sea inferior a mí que cuide de las aguas que yo he creado y Dios creó a Poseidón EL Dios de las aguas del cual brotan los ríos los lagos y las grandes extensiones del mar.

Así comenzó a crecer aquel majestuoso lugar, el agua que Poseidón brindaba hacia crecer hermosas flores que adornaban con sus colores brillantes el sitio donde poco apoco iban creciendo.

Un día en que el verano se hacía presente la familia Robín salió a pasear, no conocían de aquel lugar, pero aun así alguien les había dicho que era maravilloso. La familia Robín solo sabían que se trataba de un hermoso valle que de lejos parecía una alfombra entre paredes de distintas tonalidades en marrones, salpicados por los fuertes tallos de frondosos árboles que crecían en aquel lugar; de cual aquel hermoso manantial parecido a un espejo daba luz con su tenue azul, hermosas mariposas adornaban el lugar con su vuelo sereno que buscaban a las flores para posarse en ellas.

Allí en medio de aquel esplendido lugar se encontraban los Robín compartiendo cerca del caudal golosinas, refrescos y todo aquello que es propio de los niños, los cuales jugaban sin descanso en aquel ambiente encantador.

De pronto los niños Robín quisieron jugar con las aguas que circundaban el lugar entonces Poseidón embravecido ordeno a los duendes que cuidan el agua que se hicieran presentes para asustar a los niños, fue entonces cuando dos picaros y pequeños hombrecillos se aparecieron haciendo morisquetas en sus rostros; de lo cual aquellos niños no tuvieron miedo alguno, entonces Poseidón enfurecido, ordeno a los pequeños hombrecillos que se alejaran del lugar. Los padres de aquellos niños, tomaron a sus hijos consigo, entonces el sol se oculto tras las grises nubes y el bosque se mostraba ensombrecido, todos tuvieron miedo, entonces decidieron irse de aquel lugar, dándose cuenta que el agua es un elemento con el cual no se debe jugar y que tampoco se puede ensuciar.

Las flores se veían tristes pues ya no tenían luz, los arboles empezaron a pensar, si el rio se seca no podremos ya vivir, si el sol no nos da su luz nuestro verdor se terminara; entonces los pequeños hombres pidieron al Dios Poseidón que no destruyera aquel hermoso mar de cristal, Poseidón vio la preocupación de aquello pequeñines y de pronto el sol volvió a brillar cuando volvieron a apartarse las nubes, las flores volvieron a sentir alegría y todo lo que allí existían vivían en felicidad.

Apreciados niños cuando estéis cerca del agua, recuerden que ella también forma parte de cada uno de ustedes vamos a conservarla; porque Dios la creo para ti.

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