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El Barco de Vapor


Enviado por   •  23 de Junio de 2015  •  Tesis  •  929 Palabras (4 Páginas)  •  184 Visitas

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. Ficha técnica

Antecedentes del autor:

María Teresa Ferrer es chilena, titulada de periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Sin embargo, decidió ejercer su vocación literaria para los más pequeños. Así, ingresó a los talleres de literatura infantil con Ana María Güiraldes. Fue editora de la revista de literatura infantil y juvenil Había una vez por dos años y ha participado como jurado de varios concursos literarios.

Con la publicación de La receta perfecta y Un deseo para Alberto, da como inicio a su carrera como escritora, inspirada y motivada por sus hijos. Ambos textos están hoy en la colección El Barco de Vapor de Ediciones SM.

Síntesis de la obra:

Alberto es un niño que un día caminando con mucha sed se encuentra con una pileta de medio de una plaza. Se dirigió hacia ella para sacar un chorro de agua y saciar su sed, pero no salía nada. Alberto le pega una patada y una voz extraña le responde. Venía del interior de una abertura: era un sapo.

El sapo se presenta rápidamente al niño y le dice que es un sapo condenado a cumplir deseos. Alberto entre extrañado y sorprendido, se queda pensando en qué puede pedirle al sapo. Tenía que pensarlo muy bien para no desperdiciar su única oportunidad. El primer deseo de Alberto, fue que el sapo le concediera cuatro deseos. Luego de una vacilación y magia, el sapo le concedió dicho deseo.

El sapo le dijo que había cumplido uno de los cuatros deseos, así que por lo tanto le quedaban tres. Alberto, hablando en voz alta, dice que es muy difícil, que le gustaría que se le ocurrieran muchas cosas, de esa forma utilizó su segundo deseo.

En ese mismo momento por la cabeza de Alberto empezaron a surgirles muchas ideas, tenía muchas cosas en mente y solo tenía dos deseos para que se le cumplieran. Y dice: “Quisiera poder escoger uno de los deseos de todos lo que se me ocurre”. Es así como el sapo le concede su tercer deseo, pues el sapo hace que a Alberto se le ocurran muchas cosas en su cabeza.

Alberto se pone nervioso, había usado sus tres deseos y ahora solo le quedaba uno. Tenía que pensar mucho, pero mucho para no equivocarse de nuevo.

Primero pensó vivir en una mansión. Luego, en tener poderes mágicos y viajar por el mundo. Después en una montaña llena de dulces y chocolates. Todas las ideas anteriores lo llevaron a pensar que sería muy triste tener todo eso y que el pobre sapo se quedara encerrado en una alcantarilla cumpliendo los deseos de otros por obligación.

De esta manera, es que a Alberto se le ocurre su cuarto y último deseo: pide que el sapo salga de esa asquerosa alcantarilla y se quede liberado de cumplir los deseos de otros.

El sapo, se queda sorprendido del último deseo y

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