El Bullying O El Acoso Escolar

Las estrategias posibles van desde la prevención hasta la intervención propiamente dicha, cuando se presenta un episodio violento. Tanto los aspectos estructurales como la dinámica de la institución son importantes a la hora de explicar y prevenir los abusos entre iguales.

Resulta significativa la existencia de normas de conducta establecidas: es necesario que alumnos y maestros conozcan y mantengan un código de pautas de convivencia y acciones claras a tomar si no se cumple dicho código.

En el centro educativo todos deben saber cómo responder cuando sucede un caso de bullying. Un sistema disciplinario inconsistente, ambiguo o extremadamente rígido, puede provocar que surjan situaciones de violencia, maltrato e intimidación.

Reconocer que un niño o joven está siendo víctima de bullying es difícil, especialmente para los educadores preocupados con las interminables obligaciones impuestas por el sistema escolar en nuestros días.

En el caso de los profesores, hay algunos que creen que el acoso en las escuelas es parte natural del crecimiento, que los niños deben aprender a defenderse solos y, por lo tanto, que los adultos no deben intervenir. Otros, simplemente no saben identificar el tipo de conductas que están presentando los alumnos como acoso e intimidación, y generalmente no saben qué hacer.

Es recomendable que los educadores estén atentos a:

* La relación de los alumnos y alumnas en los pasillos y en el patio. En el recreo. Los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes.

* Las “pintadas” en las puertas de los baños y paredes (qué nombres aparecen habitualmente).

* La no participación habitual en salidas con el grupo por parte de un alumno en particular.

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