El Coco

Cuenta una leyenda tahitiana que el Príncipe de las Morenas quería casarse con la hija del rey de la isla. La joven lo rechazó y huyó hacia el bosque. Allí le salió al paso un anciano que le preguntó por qué huía; cuando la joven terminó de contarle, apareció el Príncipe de las Morenas y el anciano lo enfrentó y le cortó la cabeza. Estando la cabeza de la morena en el suelo, alcanzó a vaticinarle a la joven: “Un día, cuando tú y los tuyos tengan sed, vendrás a besarme en la boca”. Dicho esto, desapareció y en su lugar creció un árbol que nunca antes habían visto: lo llamaron cocotero y a su fruto lo llamaron coco.

Años después, hubo una sequía en la isla y la joven, ya madre de dos niños, recordó al anciano y entró al bosque para pedirle ayuda. El viejo hizo bajar un coco, lo cortó en un borde y se lo ofreció a la mujer y a sus hijos. Mientras ella bebía la deliciosa agua, recordó las palabras del Príncipe de las Morenas: “…vendrás a besarme en la boca”.

El cocotero que domina el paisaje de muchas islas tropicales (como San Andrés, la isla en donde vivo) es uno de los árboles más útiles y aprovechables del mundo. La madera se utiliza en la construcción de casas, muebles, carbón y leña, postes y un sinnúmero de utensilios y artículos decorativos; con sus ramas se tejen techos, alfombras, canastos, sombreros; la estopa es materia prima para fabricar pita, alfombras, sacos. Pero lo más productivo es su fruto –al que llamamos coco–, del que se obtienen carbón, harina, aceite, esencia, artesanías y un laaaargo etcétera en el que se destaca el agua que hay en su interior.

Según estudios, el agua de coco biche tiene tantas propiedades que bien podría decirse de él que es un líquido vital. Esas propiedades, por ejemplo, animaron al Programa de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Food and Agricultura Organization, FAO) a patentar un método para envasarla y entrar a competir en el mercado de las bebidas energéticas que tanto se han popularizado en los últimos años. Por otro lado, un estudio cuyos resultados fueron publicados en la Revista Mexicana de Pediatría (mayo-junio de 2003) concluyó que el agua de coco biche es más efectiva que las sales de rehidratación de UNICEF para rehidratar a niños menores de cinco años.

El agua de coco es rica en minerales, sales, proteínas y vitaminas. Por ser estéril y tener algunas propiedades similares a las de la sangre, puede usarse como sustituto del plasma en casos de emergencia. Al respecto, la Revista Enfoque, de la FAO, dice que“durante la Guerra del Pacífico de 1941-45, ambas partes del conflicto utilizaban habitualmente agua de coco, extraída directamente del fruto, para aplicar transfusiones de plasma en casos de urgencia a los soldados heridos”.

Pero aún hay más. Del agua de coco biche se dice que ayuda a eliminar los cálculos renales y a combatir la desnutrición; que ayuda a eliminar parásitos intestinales; que es un excelente tónico para los ancianos y enfermos; que es más nutritiva que la leche entera, es baja en grasa y no tiene colesterol, y que es un poderoso antiácido y antiflatulento. Por todo lo que se le atribuye, en la India consideran que el cocotero es el árbol de la vida y en poblaciones costeras de Brasil afirman que para conservar la juventud hay que darse baños de mar y tomar un vaso de agua de coco al día. ¿Quién puede pedir más? No hay duda de que el Cocos nucifera es el árbol más generoso del mundo. Y yo, que no le tengo miedo al coco, cada vez que puedo, para mantener a raya la gastritis y quitarme la sed, no pierdo oportunidad para besarlo en la boca.

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