El Deber Del Esposo
saori2212 de Octubre de 2014
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«El deber especial del esposo: amar»
El amor es el fundamento de todos los demás deberes para con ella. Todo fluye de esto. Sin amor, cada cumplimiento de un deber para con ella parece difícil. La ternura, el honor y la amabilidad son meros rayos del sol del amor.
Las dimensiones del marido piadoso.
El amor de un esposo por su esposa es particular a esta relación. Es distinto del amor paternal y de la lascivia animal.
A. La razón de él.
Usted está casado con ella y Dios ordena a los esposos que amen a sus esposas. Solamente esto durará para siempre, ya que ella puede perder sus encantos de muchas maneras.
B. La extensión de él.
Usted debe amar tanto su cuerpo como su alma. Por lo tanto debe escoger una esposa que le es atractiva por su físico y por su personalidad y espiritualidad. De otra manera, no le hace justicia a ella.
C. El grado de él.
Por sobre el amor hacia todos los demás, incluyendo a sus padres e hijos, y ciertamente sobre cualquier persona fuera de la familia. “En su amor recréate siempre” (Prov. 5:19).
D. La duración de él.
“Siempre” (Prov. 5:19, recién citado), no sólo en público sino también en privado, no por una semana o un mes o un ano, sino hasta la muerte. Su amor debe aumentar diariamente incluyendo en la vejez. Tuvo usted su hermosura y su fuerza así que ¿por qué no sus arrugas y enfermedades? La hermosura interior aumenta a medida que la hermosura exterior disminuye. Existen muchas razones bíblicas por las cuales el amor del marido debe ser perpetuo.
El patrón para el amor del marido piadoso.
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia” (Ef. 5:25). “La sustenta y regala, como también Cristo a la iglesia” (5:29). Aunque no podemos lograr ser iguales a Cristo, esta cualidad de nuestro amor debe ser como la de él. Entonces, ¿cómo ama Jesucristo a su iglesia?
1) Auténticamente, sin hipocresía.
Su amor fue tan real e intenso que murió por la iglesia.
2) Libremente, incondicional antes y sin expectativas después.
Se dio a sí mismo para limpiar su iglesia, lo cual implica que antes ella no era ninguna belleza. El esposo, por su propio amor, debe generar amor en ella. El amor verdadero se trata más de mejorar el objeto del amor que de enriquecer el tema.
3) Santamente, sin impureza.
Cristo amó a la iglesia “para santificarla, limpiándola en el lavacro del agua por la palabra” (5:26). Esto ensena al marido a obrar diligentemente para promover la santificación de su esposa.
4) Grandemente, sin comparación.
“Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Esto es lo que Cristo hizo por su iglesia (Ef. 5:25).
5) Constantemente, sin cambiar.
“Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga” (Ef. 5:27). Muchas veces ella ha hecho a un lado a Cristo, no obstante, él sigue amándola. Los esposos deben copiar su ejemplo. Ninguna mala conducta de parte de ella justifica que la deje de amar.
6) Activamente, sin descuidarla.
“La sustenta y regala” (5:29). Debe hacer lo máximo para llenar las necesidades de ella, ya sea de sustento, o de su amistad constante o de su cuidado cuando está enferma.
— D. Scott Meadows
"Hogar consagrado a Dios", págs. 20-23, - Publicado por Chapel Library • 2603 West Wright St. Pensacola, Florida 32505
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