El Diseño

El diseño ha estado siempre a nuestro alcance y aunque el concepto ha ido evolucionado su esencia etimológica es significativa para entender su esencia. Según Yves Zimmermann (1998) la palabra diseño procede del italiano “desegnare” que deriva del latín designare el cual significa designar, marcar, dibujar, en otras palabras se asocia a la singularización de algo entre una gran cantidad de cosas, una definición sinérgica a la que la RAE otorga a la palabra designar.

Teniendo en cuenta estos aspectos podemos plantear que el diseño es la forma de concebir proyectos de expresión visual, aunque no debemos olvidar que las imágenes gráficas son algo más que ilustraciones descriptivas de cosas vistas o imaginadas, tal como lo describe Frascara, 2000 el diseño es una actividad humana volitiva, una actividad abstracta que implica programar, proyectar, coordinar una larga lista de factores materiales y humanos, traducir lo invisible en visible, en definitiva propone comunicar. También habla que el diseño incluye juicios de valor, aplicación y adquisición de conocimiento, uso de intuiciones educadas y toma de decisiones.

Sabemos que actualmente hacemos parte de una sociedad que experimenta vertiginosos cambios en muy corto tiempo, esto hace que la paleta de posibilidades a nuestro alcance sea diversa, atractiva y llena de matices. En la actualidad la necesidad de tener resultados inmediatos y eficaces en todas las esferas de nuestro entorno, exige que continuamente haya un replanteamiento de las bases que rigen cualquier concepto en el diseño, es por ello que a medida que los cambios generacionales se hacen evidentes, la evolución en la forma como se emite y percibe un mensaje es lo que marca una tendencia y crea un estilo fácilmente identificable, a través del tiempo desde la revolución industrial, las artes y oficios, el modernismo, los “ismos”, los aportes de la Bauhaus, el funcionalismo hasta el postmodernismo.3

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