El Oeste Llega A La Edad Adulta

EL OESTE LLEGA A LA EDAD ADULTA

El aprovechamiento del último Oeste.

Mientras el Sur se recuperaba de los estragos de la guerra y el Norte orientaba su economía hacia las fábricas y las maquinas, cambios todavía más espectaculares se estaban efectuando en el Oeste.

El Oeste en su mayor parte era un territorio salvaje; una parte de esta extensión imperial era la tierra de los indios; cabalgando sobre caballos ligeros, viviendo de los grandes rebaños de búfalos que les proporcionaban todo, corrían por la llanura, montañas y desiertos.

Treinta años más tarde todo había cambiado. Los indios habían sido derrotados y habían quedado sujetos al proceso de la civilización.

Los ganaderos aprovechando los pastos gratuitos, los servicios de ferrocarril y la creación de nuevos mercados, habían reclamado sus títulos sobre un vasto reino de pastizales que se extendían por todo Texas.

Los estadounidenses habían avanzado hacia el Oeste. En estas tierras había poca agua. La lluvia era escasa y había largos períodos de sequías.

Los ferrocarriles proporcionaron transporte; para las cercas llegó el alambre de púas; pozos profundos y veletas.

Desde la década de 1840, ciertos visionarios habían soñado con un ferrocarril que cruzara de punta a punta el continente, pero el problema no cobró urgencia hasta que se produjo la avalancha de población que quería ir a California.

La Ley de Ferrocarriles del Pacífico de 1862 dio origen a dos ferrocarriles: el Union Pacific y el Central Pacific. El Union Pacific debía construirse hacia el oeste de Iowa y el Central Pacific hacia el este desde California.

Los problemas de ingeniería de ferrocarril Central Pacific fueron particularmente arduos. Se carecía de mano de obra y finalmente se trajo desde la remota China a unos 10000 peones.

El 10 de mayo de 1869 los dos caminos se encontraron en Promontory Point, UTA, y la nación entera se sumó a la celebración.

Los reinos de las minas y del ganado.

Fueron mineros quienes establecieron los primeros puestos avanzados en el Lejano Oeste. El descubrimiento de oro en California transformó esta región y de ser un puesto avanzado pastoral de la comunidad de Nueva España se convirtió en próspero estado norteamericano.

Cuando el oro y la plata se agotaron, los que habían llegado hasta allí se percataron de las posibilidades que la región ofrecía para practicar la agricultura y la cría de ganado.

Mientras los mineros seguían cavando en las montañas, se estaba escribiendo un capitulo nuevo y más importante en la historia del Oeste. El surgimiento del reino de la ganadería. La base física del reino eran los pastizales del Oeste.

Al principio, casi cualquier hombre podía empezar a formar un rebaño, con solo escoger unas cuantas vacas y terneros y dejarlos pastar en las tierras públicas. Pero, en poco tiempo, los grandes ganaderos y las compañías ganaderas controlaron esta actividad.

Los grandes señores ganaderos cerraron el paso a los competidores pequeños e hicieron una guerra incesante a los ovejeros, cuyos borregos comían las hierbas tan cerca de las raíces que arruinaban los pastos.

La llegada de los agricultores.

Los ganaderos estaban convencidos de que la naturaleza misma les había dado un derecho sobre la tierra. Por las buenas o las malas, se burlaron de las leyes sobre tierras, cercaron grandes extensiones y trataron de frenar los avances de los agricultores.

Pero era una batalla perdida. Los ganaderos podían asustar a unos cuantos individuos, pero no desafiar permanentemente al gobierno federal.

Hacia el final de la década de 1880, la marea de emigración hacia las llanuras había gastado su fuerza y en algunos lugares había comenzado a retroceder. Los tiempos difíciles y

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