En Blanco

ÉTICA Y PUBLICDAD

¿Qué valor tiene la ética en la publicidad y la comunicación social? ¿Cuál es su funcionalidad y su importancia?

La palabra ética, al igual que muchas palabras del castellano, puede ser vista como un simple concepto abstracto o como un concepto dinámico y cambiante, al igual que importante y lleno de significado. Ahora bien, sin importar la perspectiva, es una palabra que podríamos asegurar que todos (los que tenemos la capacidad) hemos escuchado alguna vez, teniendo por lo menos una idea vaga y general de lo que en teoría significa.

La ética está inmersa en todas las actividades de este mundo, sin embargo no es el objetivo principal de ninguna de ellas.[1]Es decir, el objetivo de un futbolista es jugar fútbol, el de un fotógrafo es sacar fotos, el de un diseñador es diseñar, el de un pintor es pintar, pero no existe un “eticista” que tenga como objetivo ser ético o practicar dicha actividad.

Entonces, como acabamos de mencionar, en el campo de la publicidad y de los medios masivos de transmisión de mensajes, la ética no es, o por lo menos no debería ser, ajena en el asunto, aún más cuando es clara la influencia que los medios de comunicación ejercen en todas partes. De esta manera, es como la publicidad, que va de la mano con los medios y los usa como vehículo de transporte, tiene una incalculable fuerza de persuasión, capaz de moldear actitudes y comportamientos en cualquier sociedad, porque, en sentido común, la publicidad tiene dos objetivos básicos, el de informar y el de persuadir, respondiendo ambos a un objetivo de índole comercial.

Mencionemos entonces tres principios morales que consideramos de gran importancia en cuanto a la actividad de la publicidad: veracidad, dignidad humana y responsabilidad social, puesto que en la actualidad, la sociedad tiene el derecho a la información basada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad. Por consiguiente, consideramos también importante destacar que el fundamento de la moral es la ética, la cual enjuicia los tipos de conducta humana desde un juicio de aprobación o desaprobación de lo bueno, lo malo, lo correcto, lo incorrecto, lo valioso, lo reprobable.

Sabemos que la publicidad muchas veces es reflejo fiel de las actitudes y valores de la cultura que nos rodea, pero que a veces es un reflejo deforme, puesto que de dicha cultura de la sociedad, los publicitarios seleccionan valores y actitudes que deben ser fomentadas, a la vez que ignoran y rechazan otras. He aquí un punto destacado y negativo, relacionado con la responsabilidad de los medios, y se trata de la ausencia de ciertos grupos raciales y étnicos, la presencia de otros, la adulación a algunos de estos, la creación o elevación de ciertos estereotipos y la insinuación a rechazar otros.

Asimismo parece ser que la idea más fomentada es la que hace inferir que la felicidad y la satisfacción se alcanzan mediante la posesión de tal o cuál objeto, lo cuál es erróneo, frustrante, al mismo tiempo que denigra en cierto aspecto la capacidad intelectual y raciocinio humano.

De igual forma, está el punto o el ejemplo

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