Estrategias De Aprendizaje

1.5.2 Fundamentación teórica

Frente al desafío de la formación de profesionales mejores capacitados no sólo en el ámbito del conocimiento, sino también, con las competencias necesarias que le permitan insertase en el mundo laboral, en una época de constantes cambios y de un gran avance a nivel de la información, es indispensable capacitarlos con una considerable autonomía y que desarrollen una serie de herramientas que les permitan un aprendizaje continuo, más allá de su vida académica.

En la práctica docente se ha visto por parte de los alumnos la poca autonomía, la falta de estrategias de aprendizaje y la incapacidad de regular sus procesos de aprendizajes, sobre todo en los alumnos de primer año, lo que lleva a ser un factor importante en el fracaso de los primeros años de universidad alargando el período de estudio de la carrera o llevando a la deserción por parte de los estudiantes.

En Chile las cifras de fracaso siguen siendo elevadas (el abandono en primer año es del 30% promedio (MINEDUC, 2009), afectando de manera evidente y significativa a los estudiantes que presentan un bajo capital cultural, si bien, esta cifra se observa en estudiantes de estrato socioeconómico bajo (pertenecientes al I y II quintil) (OCDE, 2009), en el caso de la universidad en estudio, el factor que predomina en este fracaso académico no es la condición socioeconómica, sino, más bien en las diferencias de los niveles educacionales de los cuales provienen, y a las formas de aproximación al conocimiento.

Las causas de fracaso y deserción estudiantil en la Educación superior (ES) es multidimensional, y es de responsabilidad de la institución poder implementar programas formales que apoyen a los estudiantes en el primer año para nivelar sus conocimientos y enseñarles formas de acercamiento al conocimiento. Es imprescindible comprender que la relevancia de estas estrategias reside en la demanda por equidad de oportunidades y resultados para la población estudiantil (Latorre et al., 2009).

En los años 80 las tasas de abandono estudiantil en las universidades chilenas en términos generales eran superiores al 50% (González y Uribe, 2002), aunque hasta los años 90, el problema de la retención no era un factor de preocupación mayor en la ES chilena, sin embargo, actualmente, el aumento en la matrícula de las carreras, el aumento de sedes que las imparten, el aumento en el sistema de becas y en la competitividad de los sistemas educacionales superiores ha aumentado el ingreso de estudiantes de bajos quintiles permitiendo a estudiantes de diferentes estratos socioeconómico y sociocultural poder estudiar una carrea universitaria. Esto ha evidenciado las diferencias en el capital cultural de muchos estudiantes que es uno de los factores que inciden el fracaso estudiantil en los primero años de la carrera. La experiencia más significativa

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