Estructura Del Discursp
pacoesc120 de Enero de 2013
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Elemento Contenido Observaciones
Epígrafe Carece de epígrafe
Saludo Señor Presidente del Gobierno, Autoridades, miembros del jurado, Familia de Don Nicanor Parra, Cristóbal, Señoras y Señores. Saluda a los asistentes de una manera atenta, respetuosa y seria.
Introducción Cuando, decidido a hacer el Viaje del Parnaso, Miguel de Cervantes llega a la vista de Mercurio, tiene que soportar un primer reproche: “Oh Adán de los poetas, oh Cervantes, ¿qué alforjas y qué traje es
este, amigo?”. A lo que él responde: “Señor, voy al Parnaso y, como pobre, Con este aliño mi jornada sigo”. Del reproche pasa el mensajero de los dioses al reconocimiento y el elogio: “Pasa, raro inventor,
pasa adelante con tu sutil designio y presta ayuda a Apolo, que la tuya es importante”
Cuando en el Quijote, tras los primeros descalabros del caballero, el ama ve al pobre hidalgo decidido a emprender nuevas aventuras, exclama alarmada: “se sale; sálese sin duda por la puerta de la
locura”. En efecto, Alonso Quijano estaba rompiendo las casillas de la realidad particular cotidiana, para inaugurar la tesis fundamental de la modernidad: “yo es el otro”. Se salía él y con él se salía la realidad. Pero no se alejaba del espacio de la humanidad. Blas de Otero lo resumió muy bien:
“Cervantes escribe como los ángeles y responde como los hombres”. Comienza su discurso introduciendo a los ahí presentes en aquel viaje que Cervantes Saavedra hiciera al Parnaso, el premio que se otorga es el premio Cervantes, de ahí que el príncipe haga alusión a los relatos de éste histórico poeta, considerado una gran figura de la literatura Española.
Tesis Hace poco más de un siglo, entre los últimos suspiros del modernismo literario, pronunció Ramón Gómez de la Serna “Siete palabras” que anunciaban la revolución del vanguardismo. Eran estas: “¡Oh, si llegara la imposibilidad de destruir!” La literatura realista burguesa nos ofrecía una realidad convencionalmente ordenada y, reproduciéndola, el poeta se consideraba un dios creador. A partir de Gómez de la Serna se multiplicaron los movimientos de vanguardia rupturista, deslumbrados todos
ellos por el señuelo de “lo nuevo”.
Cuando en 1969 le concedieron en Chile a Nicanor Parra el “Premio Nacional de Literatura” lo aceptó “porque —dijo irónico— mi modestia no tiene límites y sería petulante rechazarlo”. Parra, que venía de la calle, del barro, con las canciones del pueblo en la boca —“los chilenos hablan en octosílabos, decía, y la clase media en endecasílabos”—, él, digo, pasó por grandes poetas como Huidobro, García Lorca y Neruda, contraleyéndolos, y fue a emparentar con François Villon, con el Arcipreste de Hita, con Rabelais, quienes, conscientes de que el mundo es un carnaval, inventaron el carnaval de las
palabras al que Parra se unió alborozado.
De camino, se encontró con César Vallejo quien, mientras otros hablaban de poesía pura, contemplando con mirada compasiva la triste realidad de la vida, exclamó: “absurdo, sólo tú eres puro”. Y por esta vía, y animado con esa conciencia, llegó a convertirse en el “raro inventor” que forjó
el designio de la “antipoesía”: “un poema tradicional en que se injerta la savia del surrealismo”. Utiliza datos y argumentos esenciales.
Antítesis.
Síntesis
Exhortación Hoy llega Nicanor Parra al encuentro con Cervantes once años después de ser galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. De seguro que con el brío que le dan casi cien años bien vividos, le bailará una cueca: aquella, por ejemplo, que grabó su hermana Violeta: “Cuando salí de Chillán, salí sin ningún motivo, salí a recorrer el mundo porque ese era mi destino. Fue mi destino ay, sí, fue mi destino”. Cervantes
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