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FILOSOFIA LATINOAMERICANA


Enviado por   •  19 de Abril de 2013  •  1.977 Palabras (8 Páginas)  •  441 Visitas

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Estamos atravesando tiempos muy importantes y relevantes dentro de la historia humana, se han jugado papeles importantísimos que han dejado huellas tanto positivas como también negativas en el mundo entero, arrojando resultados que han permitido un creciente desarrollo en la sociedad como en la ciencia, pero paralelo a esto también están las consecuencias devastadoras en el ámbito moral, económico, social que han marcado una generación. Y al referirnos individualmente a nuestra América Latina, esta no ha sido ajena, pasando de una conquista aniquiladora, a una Independencia decisiva, luego por pensamientos emancipadores que buscaban plantar una identidad propia como pueblo libre de todo yugo extranjero, luego los positivistas encaminados a buscar dentro de planteamientos propios el ser Latinoamericano separado de la influencia europea y de otras regiones que no dejan que haya trasparencia e idoneidad definidas, y este ensayo nos deja ver entre luz factores, hechos y pensamientos dirigidos a tener la tan anhelada LIBERTAD, movida por una nueva corriente filosófica. Esta misma de corazón Latinoamericano.

Dentro de la temática de la filosofía Latinoamericana hay muchas vertientes y pensamientos, filtrados por diferentes periodos de nuestra historia que han marcado notablemente la dirección de nuestro pueblo. Como sabemos nuestra América ha sido una tierra de constantes cambios transcendentales y situaciones que la han hecho de carácter muy especial.

Fuimos aborígenes con pensamientos individuales, y si definimos filosofía como ‘saber racional totalizante, crítico de segundo grado’ y como búsqueda del saber, en este caso aborígenes filosóficos, pues no es locura decir que búsqueda del saber había y en gran cantidad, y además el logro del mismo, pero luego fuimos conquistados por ibéricos que en su mayoría eran indoctos, sin letra, acometiendo de manera irracional plantando pensamientos extraños desviando una cultura ya definida por una nueva y desconocida.

Pero como buenos americanos no dejamos todo sepultado, sino con el tiempo el deseo por la libertad y la individualidad fue tomando cada día el pensamiento propio y es cuando podemos afirmar que surge una corriente filosófica muy nuestra (para ese tiempo lo era, porque luego fue apropiándose de lo extraño), pero a diferencia de los filósofos griegos, para los cuales la filosofía se tradujo como la búsqueda y el afán del saber, para los americanos la filosofía se traducía en nuestra capacidad y posibilidad de pensar, sumado al pensamiento americanista contrario a lo tradicional filosófico de reflexión referida a problemas universales, eternos no sometidos a determinaciones temporales ni regionales.

La filosofía americana esta mas direccionada al planteamiento de problemas políticos y sus soluciones en mejora de nuestra sociedad (pues como no hacerlo si nuestro pueblo por años ha vivido la subyugación y la invasión que ha dejado miseria), y fue esto lo que motivo a hombres como Simón Bolívar a buscar una solución, y de ese pensamiento tan filosófico es que surgen el hecho Independentista. Necesidad de independencia de la subordinación, actitud que conforma el perfil mismo de la filosofía americanista y que se remonta a los primeros pensadores, Los Sarmiento, Lastraría, Bilbao, Mora, Alberdi y tantos otros llamados de la generación de emancipadores. Estos no se sentaban a tomar el té mientras pensaban o sucedían los hechos que golpeaban a nuestra América sino como dice Leopoldo Zea, quien los llamaba filósofos engages “que lo mismo tomaban la pluma que la espada, lo mismo escribían un libro sobre la sociedad que les había tocado en suerte y sus problemas, como un manifiesto llamando a la acción para realizar el cambio que esa sociedad necesitaba”.

Posterior a esto por causa de la corrientes de los pensamientos de la España de la época de la conquista, que buscaban tener esclavo al pueblo con su filosofía de acuerdo con ideas y valores sancionados por el estado y la iglesia, no se encontró estar a gusto con esto, así que pensamientos de libertad y emancipación motivados por la Ilustración en la época llevaron luego a los hechos.

Y no solo los hechos de las acciones Independentistas quedaron allí, sino hombres con deseo de una emancipación total, como lo dijo el mismo Simón Bolívar quien pide la total ruptura con el orden político, social y cultural, dentro del cual los americanos solo pueden tener el papel de siervos. No teniendo nada por lo cual aferrarse, la América bien puede hacer suyos los modelos y experiencia culturales que han triunfado en otras latitudes. Las mismas naciones que habían marginado la cultura iberoamericana servirían como modelo emancipador, para borrar el largo y equivoco pasado colonial.

Pero aunque se había logrado una emancipación colonial era necesario lograr la emancipación mental que había tomado raíces en Latinoamérica.

Aunque se logró una emancipación en el pensamiento latinoamericano respecto al yugo impuesto por la sociedad y el pensamiento europeo, no obstante se imitaron los modelos a seguir europeos.

En 1852 Juan Bautista Alberdi al referirse al dominio colonial mental ejercido y que se mantenía después de la emancipación escribió “En nuestros planes de instrucción debemos huir de los sofistas, que hacen demagogos, y del monarquismo, que hace esclavos y caracteres disimulados. Que el clero se eduque a sí mismo, pero no se encargue de formar a nuestros abogados y estadistas, a nuestros negociantes, marineros y guerreros. ¿Podrá el clero dar a nuestra juventud los instintos mercantiles e industriales que deben distinguir al hombre de Sudamérica? ¿Sacara de sus manos esa fiebre de actividad y de empresa que lo haga ser el yankee hispanoamericano?

Paralelamente José Luis Mora dice: “Lograda la emancipación frente al poder político de la colonia, era necesario el segundo paso, la emancipación del espíritu, frente a hábitos y costumbres que esta había impuesto a los americanos”.

Estos pensadores emancipadores proponían un cambio radical a partir de un cambio de mentalidad, de cual debía surgir la acción que permita a Latinoamérica tener como suyo lo que otros grandes tenían.

Alberdi afirma: “Queremos plantar y aclimatar en América la libertad inglesa, la cultura francesa, la laboriosidad del hombre de Europa y los Estados Unidos, traigamos pedazos vivos de ellos en las costumbres de sus habitantes

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