Ferrer i Guardia y la educación

Ferrer i Guardia y la educación

El movimiento anarquista de pensamiento en España en su anhelo de libertad solidaria intentan romper con el orden de lo establecido trascendiendo en las estructuras sociales y en lo más íntimo del ser humano: su corazón. La educación dentro de este pensamiento libertador, constituye una herramienta clave para analizar, criticar y replantear a las instituciones, los aparatos burocráticos, la burguesía, la Iglesia, el sistema económico, las leyes y todo aquello que impide un pensamiento libre y sin ataduras.  La filosofía de Ferrer representa un reflejo de la época de grandes cambios políticos y una propuesta en contra del sistema establecido y una amenaza al gobierno español, lo cual le cuesta la vida.  

Ferrer nace en la época de la “Revolución Gloriosa” en la península Ibérica sucedida en 1868, dando fin a la monarquía de Isabel II. Paralelamente a este acontecimiento, hay un decaimiento en las actividades rurales, está el surgimiento del capitalismo, la industrialización y el movimiento social que provoca revueltas. Todos estos movimientos políticos, junto con nuevas leyes e instituciones ejercen influencia en Ferrer.

Referente a la educación de España estaba muy atrasada debido a los pocos recursos que se le dedicaban. Los conservadores eran quienes dominaban la enseñanza que en su mayor parte pertenecía a la Iglesia. El movimiento renovador encabezado por Giner de los Ríos, establece La Institución Libre de Enseñanza en 1876 dando cabida a nuevas ideas educativas como la libertad en los estudiantes, la educación equitativa para ambos géneros, la práctica de deportes, contacto con el medio ambiente, pensamiento racional, empirismo y laicismo.  Todo este contexto educativo es el que sirve de base para la propuesta de Ferrer.

Método  

Ferrer promueve una enseñanza científica y racional, en la que la educación es laica, libre de los imperativos del Estado, con equidad de género y de clases sociales. Su objetivo educativo es “formar seres más libres, responsables, solidarios y activos” (Solai I Gussinyer, 2011, p. 35). Hemos visto que la educación de la actualidad trata de formar seres pensantes y que

Asimismo, promueve el internacionalismo para lograr el entendimiento y la justicia entre las razas, sexos y naciones. Los valores que defiende son: libertad, creatividad, criterio libre y autónomo, ayuda mutúa y la solidaridad.

Su propuesta busca “hacer de cada mujer y cada hombre un ser consciente, responsable y activo, capaz de determinar su voluntad por su propio juicio, asesorado por su propio conocimiento” (Ibíd., p. 38) Organismos como la UNESCO intentan establecer los mecanismos y las políticas de trabajo que garanticen un proceso equitativo y justo para todas las partes. Sin embargo, el trajo es grande y en realidad, aunque se va avanzando no se ve que esto sea así. Todo lo antes mencionado deberá estar fundamentado en organismos de Derechos Humanos para ofrecer garantías de respeto e igualdad entre administrativos, educandos, educadores y padres de familia evitando cualquier tipo de discriminación racial, étnica, religiosa y de preferencia sexual.

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