Florece Donde Estés Plantado

“Florece donde estés plantado”

Paola Bárcenas López

Tampico, Tam. 05 octubre de 2012

Cada experiencia, cada situación, cada dificultad, cada momento agradable o desagradable lo experimentamos con todo lo que somos, menospreciar lo interno es intentar disfrutar de las delicias culinarias sin los sentidos. Como seres humanos es necesario darle el valor y la importancia a todo lo que sucede dentro de nosotros, ya que es a través de esto que, no solo voy a experimentar, sino que voy a relacionarme; y va a depender de que valor le de a lo interpersonal si mis relaciones van a nutrir o no, si mi docencia va a impactar o no.

A través de este curso pude identificar tres principales áreas en donde hay una oportunidad de crecimiento. Comenzando con el poder identificar y valorizar mis emociones. Para evitar problemas y mantener las cosas fuera del caos, mi paradigma era que entre menos emociones pudiera expresar o manifestar, era mejor. Pero al ir aprendiendo como es que a través de las emociones puedo llegar a realizar ajustes, comencé a valorar la importancia de éstas. Una emoción identificada me ayuda a ver que es lo que estoy sintiendo, el impacto de una situación o momento difícil ha tenido en mi, puedo ver de que manera estoy reaccionando, el identificar mis emociones me permite hacerme responsable de ellas y no dirigir la causa del problema hacía lugares donde no se va a encontrar solución. La forma en que fui enseñada, esa pequeña “píldora poderosa”, me ha llevado a ocultar cualquier tipo de emoción, a mantenerla “controlada” por lo que requiero comenzar a mostrar mi vulnerabilidad, a hacer un contacto con lo que está sintiendo mi cuerpo y exteriorizar mis emociones por medio de mis relaciones. Este es un reto, ya que he preferido dejar pasar, no procesar y solo olvidar, lo que me ha llevado a mantenerme en estados emocionales de tristeza o enojo muy largos, sin la luz de poder resolver el problema rápidamente. En segundo lugar, qué está de la mano con lo anterior, tengo la necesidad ver el “iceberg” por completo, empezar a profundizar de donde vienen ciertas actitudes que estoy tomando, cuál es el trasfondo que está provocando las decisiones que tomo, de tal forma que el poder identificar de donde viene la forma de actuar y vivir, podré encontrar si alguna raíz de mis actitudes me está llevando a desnutrir mis relaciones o a mi misma, para así tener el valor de identificar esas pequeñas voces internas que me han llevado a actuar y que muy probablemente sea el tiempo de soltar o desmentir algunas creencias. Continuando con la decisión de desmentir o dejar creencias esto me lleva a la tercer área que requiere trabajo en mi; poder aceptar con madurez y responsabilidad cuando me he equivocado, recibir con madurez la opinión de los demás. Esto es algo que ha causado una ruptura de la estructura que yo tenía. El ejemplo del roble fue muy enriquecedor para mi, y cambió toda mi perspectiva del proceso de crecimiento de una persona, aún cuando tome decisiones equivocadas, o me deje llevar y tome caminos que no me hayan llevando a donde yo esperaba, aún cuando haya perjudicado una relación, ya sea de amistad, con los alumnos, etc, es necesario aceptar que estoy en proceso, no soy un producto terminado, por que cada día se van a ir desarrollando más áreas de mi vida, cada día van a salir áreas que requieren trabajo, pero así es, y el ver todo el potencial en la semilla del roble y no solo una semilla me ayudará a aceptar que cuando me haya equivocado, esto es parte del proceso de madurez en el cual cada día se da un paso más. Vivir con esta perspectiva, de un propósito presente y no uno en un futuro utópico e inalcanzable, me llevará a manifestar este propósito en cada área de mi vida, recuerdo una maestra de primaria que me dijo lo siguiente: “Florece donde estés plantada”, y creo que a esto se refería ella,

...