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Enviado por   •  25 de Mayo de 2013  •  1.337 Palabras (6 Páginas)  •  235 Visitas

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Notas de lectura de Luis Hernán Castañeda

Angel Rama: selectividad y transculturación

Posted in Pensamiento latinoamericano by castanel2 on 23/01/2010

El concepto de transculturación narrativa desarrollado por Angel Rama, una de las categorías más fértiles del pensamiento teórico latinoamericano del siglo XX, pretende describir ciertas formas particularmente complejas y creativas de interacción entre las culturas americana y europea a partir del período de entreguerras. En “Transculturación narrativa en América Latina” (1982), Rama plantea que la cultura latinoamericana del presente posee una energía transformadora, un dinamismo reelaborador que opera sobre dos matrices culturales: la tradición heredada del pasado de la propia cultura latinoamericana, y las aportaciones modernizadoras de la cultura universal. La transculturación narrativa, es decir, la que atañe a los procesos reelaboradores que moviliza la prosa del continente, ocurre en tres niveles distintos: el nivel de la lengua, el nivel de la estructuración literaria y el nivel de la cosmovisión.

Rama toma el concepto de transculturación del antropólogo cubano Fernando Ortiz, autor del influyente ensayo “El contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar” (1940). No se trata de una asimilación acrítica sino de una reformulación teórica, cuyo diferencial está en la idea de selectividad. Ortiz había planteado que toda transculturación implica una inicial de-culturación parcial, es decir, una pérdida de elementos. En contraste, Rama sugiere que la energía dinámica de la cultura es capaz de seleccionar, autónoma e intencionadamente, ciertos materiales para su reelaboración. Este principio de selectividad opera sobre dos premisas: la primera es que, respecto de la tradición propia, los elementos seleccionados serán aquellos que permitan una consolidación identitaria de un pasado profundamente arraigado. La segunda premisa es que los elementos seleccionados de la cultura moderna serán, por lo general, críticos y recusatorios respecto de esa cultura: por ejemplo, uno de ellos es el irracionalismo europeo adoptado por los narradores transculturados.

Es destacable el hecho de que la transculturación, en contra de lo que su propio nombre podría sugerir, no implica una síntesis armoniosa de lo tradicional y lo foráneo. Por el contrario, la operación determinante viene a ser el rescate de lo autóctono, la restauración creativa, en un contexto moderno, de lo tradicional, lo popular y lo oral: aquello que para Rama constituye las raíces de una cultura viva. La cultura moderna europea presta un rol auxiliar y facilitador en esta restauración; de alguna forma, la modernidad actúa como un filtro que permite un autoreconocimiento transformador.

Lo dicho es cierto en el nivel de la lengua. Rama plantea que la lengua literaria de los autores transculturados implica una inversión de las jerarquías vigentes en el regionalismo. Si en la estética regionalista existía una dualidad de registros, una norma culta heredada del modernismo que era utilizada por los narradores del periodo, y una lengua dialectal atribuida a los personajes populares, en la moderna narrativa transculturada, esta lengua dialectal sufre un desarrollo que le permite reconvertirse en la nueva lengua de los narradores. En otras palabras, la selectividad interna escoge un elemento de la tradición, y lo lleva a otro lugar. Un ejemplo clave es la lengua de Rulfo, en la cual es visible una confianza depositada en ella como vehículo de una visión regional del mundo, que adquiere en su prosa una inédita altura estética.

Caso análogo es el de las estructuras narrativas. También en este nivel vemos un ejemplo de selectividad interna, que lejos de reelaborar influencias extranjeras, se vuelve hacia su propio pasado y lo redescubre. Rama cree que las enseñanzas técnicas del altomodernismo anglosajón sufren, a manos de autores como Arguedas, Asturias y Guimaraes Rosa, una “sutil oposición”. En vez de asimilar, imitativamente, esas técnicas, los narradores que le interesan a Rama (a diferencia de los cosmopolitas, liderados por Borges) se repliegan en la propia tradición mediante una reelaboración de formas de la narrativa oral popular. El caso paradigmático es el de García Márquez, que constantemente alude a la memoria familiar como fuente de historias y soluciones estéticas.

Por último, lo mismo ocurre con las cosmovisiones. En esta dimensión se aprecia claramente el rol auxiliar, coadyuvante, de la tradición moderna europea. Rama sostiene que el influjo de la corriente irracionalista europea, con su puesta en cuestión del racionalismo lógico proveniente del positivismo decimonónico, tuvo un impacto desvelador en la cultura latinoamericana, con relación a sus potencialidades intrínsecas. Dicho impacto consistió en concederle a América Latina una confianza en sus propios mitos populares, que hasta casi la mitad del siglo habían permanecido invisibilizados por obra de las estructuras mentales positivistas del regionalismo, todavía anclado en la cosmovisión racionalista burguesa de la narrativa naturalista. En el campo intelectual europeo, la revaloración del mito como un instrumento

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