HABILIDADES

Vivimos en una sociedad que va en constante cambio, cambios buenos y malos, debiendo las personas acostumbrarse a estos aunque no sean de su agrado.

A todos nos ha tocado que en ocasión nuestro ritmo de vida se acelera demasiado, que prácticamente ya no alcanza nuestro tiempo para realizar todas las actividades que tenemos que hacer, o estamos en alguna situación incómoda, en la cual no quisiéramos estar, ahí es cuando aparece el ESTRÉS.

El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. No puede evitarse, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Los sucesos negativos: daño, enfermedad o muerte de un ser querido, son hechos estresantes, así como los sucesos positivos: ascender en el trabajo trae consigo el estrés del nuevo status, de nuevas responsabilidades.

Aunque este no puede evitarse, se puede manejar, esto implica controlarlo y tratar de reducirlo, tenemos siempre que ver el lado positivo, es decir verle el punto bueno y no tomarle demasiada importancia a lo malo a todas esas situaciones que nos afectan, tenemos que tomarnos un descanso para realizar actividades que nos diviertan, distraigan, nos relajen, etc.

Otra manera de reducir el estrés es tratar de eliminar los factores que nos generen el estrés; ruido excesivo, malas noticias, chismes, mala nutrición, no dormir bien, etc.

Primeramente hay que identificar cuáles son los factores que nos afectan a nosotros y trata de evitarlo, disminuirlo, o suprimirlo.

El estrés es hoy una “enfermedad” que en algún momento todos llegamos a tener, que si no logramos controlar puede llegar a afectar incluso sobre nuestra salud que es lo más importante.

El estrés puede producir síntomas cognitivos, emocionales o fisiológicos.

Algunos síntomas cognitivos puede ser la preocupación, temor, inseguridad, miedo, dificultad para decidir, etc. Irritabilidad o enfado, falta de concentración, pesimismo, tartamudear, llorar, son algunos síntomas emocionales; algunos síntomas fisiológicos pueden ser la sudoración excesiva, temblores, dificultades respiratorias, molestias en el estomago, incluso la sequedad de boca, nauseas, dolor de cabeza.

Si uno vive todo el tiempo estresado puede incluso perjudicar su relaciones sociales, pues llegara un momento en el que las personas que lo rodean ya no quieran pasar más tiempo con uno, o incluso que uno mismo se llegue a aislar del mundo.

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