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Independencia De Mexico

eduardo558 de Marzo de 2015

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Desde los protagonistas de los acontecimientos y sus contemporáneos hasta la actualidad, en cada época y por

2cada autor se han intentado resumir en varias las causas de la independencia, destacando algún aspecto parcial

de acuerdo con la perspectiva histórica del momento, por lo que el resultado es que hoy disponemos de una

extensa relación de posibles motivos originarios de la más variada naturaleza, y de difícil análisis, cuya simple

enumeración resultaría poco explicativa y hasta cierto punto engañosa. Más importante sería analizar el nivel

de generalidad de cada una de estas causas y situarlas en la perspectiva adecuada, ponderando su importancia

relativa respecto a las demás y en cada uno de los territorios afectados: lo que puede actuar como causa

decisiva o tomarse como característico en México (núcleo esencial del virreinato de Nueva España)

Por ello, la determinación genérica de las causas de la independencia, como modelo teórico, debe remitir

siempre al análisis del proceso y de sus características específicas en cada uno de los territorios.

Desde el siglo XIX, las causas de la independencia se han venido presentando divididas en dos grupos: causas

internas de carácter negativo y causas externas de carácter positivo.

Las causas internas

Pueden ser consideradas como causas internas aquéllas que se originaron en el interior de la sociedad

mexicana como resultado de su propio desarrollo histórico, y se caracterizan por destacar algunos aspectos

negativos de la acción colonizadora española. En general, todos estos posibles motivos fueron señalados desde

los primeros momentos del proceso independentista, a veces por los mismos protagonistas de los

acontecimientos, por lo que suelen tener una intención más justificativa que explicativa. Así, por ejemplo,

cuando se atribuye el deseo de independencia a la corrupción administrativa y la inmoralidad burocrática por

parte de las autoridades españolas, o a la relajación de las costumbres del clero, se trata de destacar algunos

casos, que sin duda fueron tenidos en cuenta por los patriotas, pero a los que no puede atribuirse un carácter

generalizado a toda la administración y a todos los territorios.

En México, también el bajo clero, como muestra la destacada participación de los sacerdotes Miguel Hidalgo

y José María Morelos, colaboró con los revolucionarios y tuvo una participación destacada en la

independencia. Otras posibles causas aducidas reiteradamente, como la crueldad y el despotismo con que eran

tratados los indígenas y las restricciones culturales impuestas por las autoridades españolas, están en abierta

contradicción con algunos datos de la realidad.

En el virreinato de la Nueva España, muchos indígenas militaron en el bando realista, lo que dio a los

enfrentamientos en esos territorios un carácter de verdadera guerra civil. La existencia de universidades en

muchas de las más importantes ciudades hispanoamericanas, así como la formación cultural en las mismas de

los propios caudillos independentistas son otros tantos argumentos en contra de la generalización de las

razones mencionadas, necesitadas de precisiones que alteran considerablemente su interpretación, como

sucede con la rivalidad entre criollos y españoles, con la consiguiente postergación de aquéllos, y el

establecimiento de un régimen de monopolios, gabelas y trabas, que dificultaba el desarrollo de la economía

americana y frenaba el crecimiento de su capacidad productiva.

La legislación española no diferenciaba entre los españoles peninsulares y americanos, por lo que el problema

se planteaba, igual que en España, entre los naturales de una región, provincia o reino que aspiraban a ocupar

los puestos de la administración en su tierra y los

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que provenían de otras zonas, ocupaban los cargos y desplazaban a los naturales, generalmente por residir en

la corte o tener valedores en ella. En cuanto al sistema económico, su influencia se vio disminuida por el

incumplimiento sistemático de la normativa, el contrabando y la escasa capacidad industrial de los territorios

americanos. Más bien fueron las medidas económicas de carácter liberal que venían implantándose desde el

siglo XVIII las que estimularon en la burguesía criolla un creciente deseo de libertad mercantil.

3Mayor importancia que las mencionadas hasta aquí tuvieron las siguientes causas:

a) La concepción patrimonial del Estado, toda vez que las Indias estaban vinculadas a España a través de la

persona del monarca. Las abdicaciones forzadas de Carlos IV y Fernando VII, en 1808, rompieron la

legitimidad establecida e interrumpieron los vínculos existentes entre la Corona y los territorios

hispanoamericanos, que se vieron en la necesidad de atender a su propio gobierno.

b) La difusión de doctrinas populistas. Desde santo Tomás de Aquino hasta el español Francisco Suárez, la

tradición escolástica había mantenido la teoría de que la soberanía revierte al pueblo cuando falta la figura del

rey. Esta doctrina de la soberanía popular, vigente en España, debió de influir en los independentistas tanto

como las emanadas del pensamiento ilustrado del siglo XVIII.

c) La labor de los jesuitas. Las críticas dirigidas por los miembros de la Compañía de Jesús a la actuación

española en América después de su expulsión de España en 1767, plasmadas en abundantes publicaciones,

tuvieron gran importancia en la generación de un clima de oposición al dominio español entre la burguesía

criolla.

d) Las enseñanzas impartidas por las universidades y el papel desarrollado por las academias literarias, las

sociedades económicas y la masonería. La difusión de ideas liberales y revolucionarias contrarias a la

actuación de España en América ejerció una gran influencia en la formación de algunos de los principales

líderes de la independencia, cuya vinculación con la Logia Lautaro les proporcionó el marco adecuado para la

conspiración.

Las causas externas

Pueden ser consideradas como causas externas aquellas que actuaron sobre el proceso independentista desde

fuera de los dominios imperiales españoles, en especial desde Europa y Estados Unidos. Algunas de estas

causas, como la Declaración de Independencia estadounidense o la Revolución Francesa, cuya influencia en la

historia mundial es evidente,

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actuaron más como modelos que como causas directas del proceso. Mayor importancia tuvo las ideas

enciclopedistas y liberales procedentes de Francia. España se levantó contra Napoleón el 2 de mayo de

1808.Este suceso facilitó la independencia de México y otros países de latino América. Así como las

relaciones de convivencia de muchos de los máximos dirigentes independentistas, como Francisco de

Miranda, José de San Martín, Simón Bolívar, Mariano Moreno, Carlos de Alvear, Bernardo O'Higgins, José

Miguel Carrera Verdugo, Juan Pío de Montúfar y Vicente Rocafuerte, que se encontraron con frecuencia en

Londres, así como los contactos que mantuvieron con los centros políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ello les permitió equiparse ideológicamente, pero también les proporcionó la posibilidad de contar con apoyos

exteriores y las necesarias fuentes de financiación para sus proyectos.

El país empezó a hervir en conspiraciones.

Las más importantes fueron las de Valladolid (hoy Morelia) y la de Querétaro.

En la primera tomaron parte don Mariano Quevedo y don José Michelena, don José María García Obeso, don

Mariano Ruiz Chávez y otros.

Eran militares, licenciados o sacerdotes. Fueron descubiertos y castigados levemente. En la conspiración de

Querétaro intervinieron el Corregidor Don Miguel Domínguez, su esposa doña Joséfa Ortíz de Domínguez,

los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y Don Miguel Hidalgo y Costilla.

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La conspiración de Querétaro

Mientras tanto, según sucedía en otros países hispanoamericanos, algunos criollos comenzaron a reunirse en

secreto para planear cómo cambiar el gobierno virreinal. En 1810. Miguel Domínguez, corregidor (una clase

de juez) de Querétaro, y su esposa, Josefa Ortiz de Domínguez, empezaron a reunirse con algunos militares,

como Ignacio Allende y Juan Aldama. A las juntas también asistía Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de

Dolores.

La conspiración fue descubierta, pero antes de que las autoridades pudieran apresara a los participantes, la

valiente doña Josefa lo supo y consiguió avisarle a Allende. Éste cabalgó toda la noche para ir de San Miguel

a Dolores sin que lo vieran y prevenir a Hidalgo: sus planes habían sido delatados.

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El Grito de Dolores

Hidalgo y Allende adelantaron la fecha de su rebelión. De inmediato, en la madrugada del domingo 16 de

septiembre, Hidalgo mandó tocar las campanas de la iglesia para reunir a la gente. Les recordó las injusticias

que sufrían y los animó a luchar en contra del mal gobierno.

Ahora celebramos cada año el Grito de Dolores, pero esa madrugada el ambiente era tenso. Los hombres y las

mujeres que siguieron

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