Inmigración A La UE

Inmigración y Unión Europea: ¿Hasta dónde podemos llegar juntos?

Alicia Sorroza Blanco. 2007

El fenómeno migratorio es uno de los temas prioritarios de la agenda de la Unión Europea.

Desde 1950, Europa no ha dejado de ser receptora de inmigración. Los países mediterráneos (España, Italia, Portugal y Grecia) pasaron de ser proveedores de emigrantes a receptores de inmigrantes en un par de décadas.

El caso de España es importante ya que desde 1997 ha sido el país que más a aportado al saldo migratorio neto de la UE. En 2003, España, Italia y Portugal recibieron la mitad del saldo neto migratorio de la UE. En 2004, el saldo migratorio de España representaba el 40% del de la UE.

El desarrollo económico ha dado lugar a un aumento de la inmigración – generalmente irregular- para satisfacer la demanda de mano de obra barata.

El fenómeno migratorio difícilmente puede ser gestionado de manera autónoma por cada país miembro de la UE. Pese a la importancia que se le ha otorgado al tema, es muy difícil avanzar en una verdadera política común de inmigración ya que a las dificultades intrínsecas a la temática migratoria, se deben sumar la dificultades propias de la Unión Europea, así como la entrada en vigor del Tratado Constitucional.

Esta situación ha afectado especialmente a las cuestiones del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia (ELSJ), capítulo en el que se encuentran los temas migratorios, visados, asilo y en el que se incluyeron bases legales para seguir avanzando en la materia. Lastimosamente no se ha logrado el consenso político entre los Estados, necesario para hacer efectivo el proceso de toma de decisiones en materia migratoria.

Así, en cuestiones críticas como la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal, el crimen organizado y el terrorismo internacional, algunos países europeos han decidido avanzar por fuera de las instituciones europeas a través de la firma del Tratado de Prüm (Bélgica, Alemania, España, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Austria). Esta dinámica de trabajo podría seguir avanzando impulsada por los países que desean seguir progresando en el tema pero que, por razones institucionales de la UE o por falta de consenso, no pueden hacerlo desde este mecanismo de integración.

Existe tensión entre la necesidad de mejorar la cooperación y “comunitarizar” diversos aspectos del ELSJ y la reticencia de los Estados a otorgar mayores competencias a nivel europeo. Temas como el asilo, fronteras e inmigración están vinculados a miedos colectivos, ideologías, valores y sensibilidades políticas nacionales, dificultando que los gobiernos de los países miembros dejen en manos comunitarias estas competencias.

El tema migratorio está más influenciado por elementos políticos e ideológicos que por una racionalidad económica.

¿Dónde estamos?

La división entre los países nórdicos con los del sur y del mediterráneo es una realidad de larga data. La situación económica y las necesidades de los mercados de trabajo de los países son tan diferentes que son un obstáculo para lograr acuerdos en materia de migración económica; hasta ahora, el énfasis se ha puesto en aspectos de seguridad y control inmigratorio en fronteras, asilo y expulsión de inmigrantes.

Sin embargo, existen iniciativas de carácter selectivo para atraer inmigración altamente cualificada, con las cuales existe un cierto consenso siempre y cuando se respeten las particularidades de cada mercado de trabajo y de cada sociedad. Cada Estado miembro negocia en función de sus necesidades, percepciones y circunstancias.

- Alemania se ha negado a progresar en cuestiones de integración e inmigración legal y ha bloqueado pasar estas competencias al ámbito de la mayoría cualificada. Su política impulsa las iniciativas vinculadas a la lucha contra la inmigración ilegal, readmisión y control

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