Juntas Parroquiales

La reforma a la Ley del Poder Municipal (diciembre 2010) eliminó las juntas parroquiales y las jefaturas civiles, y aunque establecía que las primeras serían sustituidas por una nueva figura, las juntas parroquiales comunales, esto jamás ocurrió en la práctica.

Las juntas parroquiales eran el ´organo de poder más cercano que tenían las comunidades, un vínculo entre el ciudadano y cada alcaldía que en la práctica se perdió.

William Requejo, quien en Catia forma parte del grupo Unión para la Participación Ciudadana, explica que en los sectores populares eran especialmente importantes las juntas parroquiales, pues la justicia de paz brilla por su ausencia en esos lugares.

Los conflictos domésticos (el vecino que se molestó con otro por el volumen de la música, o por el perro que está todo el día ladrando), pero también los problemas de filtraciones en una vivienda, o el talud que se está deslizando, o los inconvenientes con el transporte público... todas esas cosas se resolvían a través de las juntas parroquiales.

La junta parroquial de Catia quedaba ahí en el Centro Comercial Propatria, y Requejo la recuerda siempre concurrida. Como también lo estaba siendo el registro civil, pues el jefe civil era otra figura de autoridad importante y útil a nivel parroquial, hoy inexistente.

Las jefaturas civiles pasaron a ser registros y la figura del jefe civil se cambió por la de "registrador": allí solo se realizan trámites como cartas de residencia o de soltería, o permisos para viajes de menores, pero nada relacionado con los problemas de una parroquia.

Carlos Marcano, quien fue electo para formar parte de la junta parroquial de El Junquito, dice que ahora la gente no tiene a quién acudir: "La Casa Popular, en el kilómetro 10, que siempre fue la sede de la junta parroquial, se convirtió en una casa de partido para actos del PSUV".

Al margen de la ley

Pero Marcano toca además un punto importante: para él las juntas parroquiales comunales (que aún no existen en la práctica) son ilegales porque el poder comunal no existe en la Constitución.

Y mientras las juntas parroquiales eran elegidas mediante voto universal y secreto, estas juntas comunales son elegidas por el consejo comunal, una figura con mucho sesgo político. Y su radio de acción es mucho más limitado, pues su área geográfica no abarca una parroquia entera.

La ilegalidad de esta nueva figura de administración del poder es algo que han denunciado muchos abogados. Ricardo Estévez asegura que viola los artículos 5, 62, 63 y 64 de la Constitución, en donde se reconoce el derecho de todos los venezolanos de elegir directamente a nuestros representantes y no en elecciones por grados.

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