Jóvenes y violencia: obedecer desde chicos

Jóvenes y violencia: obedecer desde chicos

Desde chicos se nos impone la obediencia, “el hacer caso”, porque si no hacíamos caso, nos retaban o venía la penitencia y desde la inocencia preguntabas “¿por qué?” y con suerte alguna respuesta que generaba más dudas de las que ya tenías: “porque soy tu padre/madre” “porque eso está mal” “porque si” “porque a los mayores se los respeta” y ahí surgía una nueva palabra que más tarde ibas a interiorizar pero sin comprender el verdadero significado: “respeto” pero ¿qué es el respeto para un niño que solo escucha esa palabra en el reto? Lo relaciona con el miedo, porque le da miedo que alguien lo rete por hacer algo mal ¿pero qué podría hacer de malo un niño? Una cosa es educar para la autonomía, con libertad y opciones, y otra es imponerle lo que uno cree que es correcto, desde una perspectiva personal. Y cuando se impone, el niño deja de preguntar, naturaliza y obedece porque sí, desconcertado.

 Ahí es cuando crecías un poco más, llegabas a la primaria, te enfrentabas a un mundo nuevo y desconocido, sólo con los valores que aprendiste en tu casa y tu personalidad, conociendo realidades distintas, haciendo amigos (o no) y atravesando la primer etapa de cambio, de crecimiento y aprendizaje.

Todavía eras chico, te retaba la maestra y hacías caso porque es la seño. Pero no entendías porque el otro nene se portaba mal ¿no la respetaba? Y a medida que fuiste creciendo, conociéndolo, entendías que en su casa era un ambiente distinto.

 Ya más grande, entras a la adolescencia, una etapa de cambios y conflictiva para todos, pero crucial, ya que acá sos más consciente de tu realidad, tu entorno, comenzas a tener tu propia perspectiva, forjas tu personalidad más a fondo y volvés a redescubrir el “¿por qué?” con más intensidad, porque el adolescente es rebelión en cualquier manera, aunque sea pequeña, siempre se muestra.

 Entonces es acá donde quién nos cría o nos rodea, busca frenarnos de alguna manera, porque alguien hace algo que no les gusta y les molesta. ¿Cómo? Minimizándonos, subestimándonos “¿vos que sabés si sos chico todavía? “Callate, no entendes nada” y si no te seguís cuestionando las cosas, naturalizas, callas, continúas una misma linea de pensamiento. Porque para esta gente, no hay nada que los escandalice más que un jóven que no está en el molde. Pero también existe otra forma y es ejerciendo poder sobre nosotros: nos  persuaden, manipulan o ejercen la coerción (en el peor de los casos).

¿Lo peor de todo esto? Es que el poder es fundamental, porque ejerciéndolo bien, nos callan, nos vulneran, nos violentan y termina volviéndose una realidad a la cual nos acostumbramos y cuando te acostumbras a algo, normalmente no te das cuenta y naturalizas ciertas actitudes de una persona extraña porque crees que es normal.

Entonces viene alguien que cree tener autoridad sobre vos, te violenta y no pasa nada, porque ya conocías un ambito similar o lo veías de lejos y era normal ¿pero hasta dónde sos capaz de aguantar? ¿Lo normal es partidario del bien o del mal?.

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