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Kazan, El Perro Lobo


Enviado por   •  23 de Febrero de 2014  •  2.674 Palabras (11 Páginas)  •  437 Visitas

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En efecto, Kazán, Perro Lobo (1914) es una historia que se dibuja a través de una extensa zona narrativa, que prescinde casi totalmente de los diálogos, y que atribuye, desde allí, una serie de condiciones humanas –envidia, tristeza, amor, pasión- a los personajes animales que presenta. El juego del libro es mucho más complejo, sin embargo, porque Curwood no se molesta en establecer un contraste entre hombre y animal, en el que lo humano es precisamente lo que designa lo salvaje, mientras que al animal se le atribuyen valores y talentos sobresalientes. Joseph Green escribe, en la semblanza biográfica de la edición, lo siguiente:

“Como amigo de los animales, Curwood no se limita a observar a las bestias como lo haría un naturalista, sino que pone en juego recursos de psicólogo. Pocos como él conocen las costumbres y los hábitos de la innumerable fauna de los países septentrionales: los astutos castores, los hábiles zorros, los tenaces búhos, las circunspectas nutrias, los crueles armiños, los osos glotones están estudiados con amor en sus relatos y Curwood se complace en definir su inteligencia y en adivinar un sentido en su destino” (Pág. 265)

Así pues, tenemos que el autor escribe un largo relato, que se ubica en un escenario salvaje (la vida de los perros de trineo, las factorías y la cruda naturaleza del noroeste canadiense), pero que pretende poner en claro, ante todo, ciertas cualidades tradicionalmente atribuidas a los hombres –como la inteligencia, el odio o el sufrimiento- a partir de la personificación de animales. Y en esto, parece operar mucho la personalidad del mismo Curwood que, tal como nos dice Green, fue un “amigo de los animales”, un defensor ambientalista que descubrió, luego de un pasado de caza y destrucción, la fuerza superior de la Naturaleza, la armonía y trascendencia que puede alcanzar la vida animal, y la maravillosa tranquilidad de la gente humilde. Temas y situaciones que fueron constantes en otras de sus obras como: El Valor del Capitán Plum (1908), Los Buscadores de Oro (1909), o El Valle de los Hombres Silenciosos (1911).

Kazán, Perro Lobo es una novela que puede ser leída por jóvenes y adultos debido a que su apuesta no se encuentra dentro de los marcos arquetípicos de la literatura infantil, sino, como se ve, en un mundo mucho más amplio y revelador. Ahora bien, tal vez para cierta clase de lectores, la escritura de Curwood pueda parecer excesivamente lenta y lineal, incluso, es posible que se piense que le sobran muchas páginas para lo que tiene que decir, pero eso es algo que define cada quien. Por lo que interesa aquí, haremos una breve reseña de la historia, para luego examinar dos puntos que son fundantes de la misma: el contraste animal-hombre y la dualidad perro-lobo en Kazán.

La historia de Kazán, Perro Lobo

Kazán es un perro mestizo de lobo y husky; después de vivir cuatro años como animal salvaje y una temporada en casa de Isabel y Thorpe, se alista para partir con la pareja hacia el Río Rojo. La muchacha ha despertado el amor de Kazán; por primera vez, el animal ha descubierto que los humanos también pueden ser amables y suscitarle algún tipo de cariño; sin embargo, él continúa viendo en la mayoría de los hombres a personajes odiosos y violentos, pues esa ha sido su experiencia hasta entonces.

Su recelo se verá confirmado una vez más cuando, ya en la travesía, compruebe las malas intenciones de Mac Cready, un tipo que hace las veces de guía de la pareja, pero que en realidad sólo busca aprovecharse de Isabel y robar a Thorpe. Kazán impedirá que esto suceda atacando al hombre pero, temiendo ser castigado por quitarle la vida al bandido, escapa hacia la libertad, es decir, se interna de nuevo en la vida salvaje y, por extensión, potencia de nuevo su lado lobo.

Poco después, se topará con una comunidad de lobos y tendrá que luchar contra el líder de la misma; saldrá victorioso aunque malherido, pero lo más importante vendrá a ser el hecho de conocer a Loba Gris, la fiel pareja de nuestro personaje que, desde entonces, lo acompañará a donde vaya. Como líder de aquella manada, Kazán dirigirá un ataque organizado contra un trineo que pasa por la zona, mas, arrepentido en último momento por la presencia de una mujer que le hace recordar a la tierna Isabel, luchará en contra de los propios lobos para impedir que estos terminen por asesinar a los pasajeros.

El acontecimiento tiene dos consecuencias importantes; la primera es que Kazán se ganará el odio de la manada y, la segunda, es que se verá inmerso de nuevo en su papel como perro de trineo; sucede que, decidido a no dejar a Juana –la muchacha que estuvo a punto de atacar-, ni a su padre e hija, el perro pondrá todas sus fuerzas para superar el difícil camino que separa a la familia de las Bahías de Hudson. El trayecto será mucho más complicado una vez el padre de Juana muera a causa de una enfermedad respiratoria; pero, doblando su esfuerzo, Kazán conducirá a la joven y su hija hasta donde las espera su esposo.

Una vez allí, Kazán vivirá una larga temporada alternando la vida en la cabaña de Juana –en donde se le recibe como “mascota”- y la Roca del Sol, la cueva en donde pasa las noches junto a Loba Gris. Pero la tragedia llegará muy pronto para interrumpir esta paz momentánea. Primero, un lince atacará la cueva en donde Loba Gris cuida los tres hijos que, a la sazón, ha tenido con Kazán, los asesinará a todos y dejará ciega a la loba. Y después, Juana y su familia marcharán a la ciudad en busca de mejores condiciones ambientales, dado que el último invierno ha afectado su salud.

Corre el año de 1910 y nuevos personajes aparecerán en la vida de Kazán y Loba Gris. Henri Loti –un cazador de linces que atrapa al perro en una de sus trampas-, y Pablo Weyman, zoólogo que pretende documentar la extraña relación que se ha gestado entre la pareja de animales, basada en una real necesidad, puesto que Loba Gris está inutilizada para la caza, y Kazán –en tanto perro- no tiene el olfato tan desarrollado como los lobos. Weyman, después de un tiempo, entenderá que lo mejor es dejar de nuevo a la pareja en libertad, pero su decisión coincide con un periodo difícil para la región: epidemias que diezman considerablemente la población humana, incendios que devastan grandes extensiones de naturaleza.

La cruda situación hará que Loba Gris y Kazán se vuelvan inseparables. Juntos recorrerán ríos, bosques y colinas; juntos cazarán, dormirán e invernarán y; juntos, vivirán por segunda vez la experiencia de ser padres. Bari, cuarto hijo de la pareja –protagonista, además, de la novela Bari, Hijo de Kazán (1917)-, nacerá en aquella época, pero su rastro será muy

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