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Los Perros


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2011  •  4.151 Palabras (17 Páginas)  •  466 Visitas

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Mario Vargas Llosa

Lima, Ediciones Peisa. 1ª ed., set 1991; 2ª.ed., julio 1999. 448 páginas.

—Renegar de su patria, no conozco nada más cobarde. p. 190

—No creo que el Perú tenga nunca una verdadera guerra. p. 209

—En el Perú, uno es militar por las puras huevas del diablo. p. 209

—Le contaba la vida de Leoncio Prado, que a los chilenos que lo fusilaron les dijo “quiero comandar yo mismo el pelotón de ejecución”, qué tal baboso. p. 212

—Todo sentimentalismo es criminal. p. 273

—El orden y la disciplina constituyen la justicia, recitó Gamboa, con una sonrisa ácida en los labios, y son los instrumentos indispensables de una vida colectiva racional. El orden y la disciplina se obtienen adecuando la realidad a las leyes. p. 40

Comienza la acción en los baños de un dormitorio del colegio Leoncio Prado, internado en el que se sigue un régimen militar: Jaguar, Cava, Rulos y Boa echan entre ellos a suertes para robar el examen de Química. Le toca a Cava. Roba el examen, pero deja un cristal roto. Se ve que Jaguar domina el grupo y da las órdenes.

Alberto está de imaginaria la noche del robo. Va pensando mientras pasea. Quiere conseguir veinte soles. En su monólogo interior imagina la forma de conseguirlos: escribir cartas o novelitas para otros cadetes, robar en los roperos. Le sorprende el oficial Huarina, descrito como un sapo, fuera de lugar. Busca una excusa: “quiero hacerle una consulta, mi teniente... tengo un problema...” “¡Váyase a hacer consultas morales a su padre o a su madre!... Es usted un tarado... Y agradezca que no le consigno". Sigue andando y se encuentra con otro cadete de imaginaria, el Esclavo, al que todos dominan y no sabe defenderse. Llora porque no podrá salir el sábado, le han robado una prenda, el “sacón”. Alberto le aconseja: “... aquí eres militar aunque no quieras. Y lo que importa en el ejército es ser bien hombre... o comes o te comen, no hay más remedio”. Alberto roba un sacón para él. Se inicia una amistad. Alberto le pide prestados los veinte soles a cambio de cartas para su “enamorada”. Siguen otros incidentes que describen una camaradería entre alumnos a base de faenas, bromas y cinismo.

De nuevo el grupo de los cuatro, denominado el Círculo: Jaguar, Cava, Rulos y Boa. En este episodio habla Boa; está en primera persona. En sus comentarios, de trazos breves, entrecortados, impulsivos y emocionales se refleja la degeneración del grupo y el ambiente que reina entre los cadetes de esa sección.

Día del examen de Química. Diana. Formación de los cadetes en el patio. El desayuno. Sigue la descripción del ambiente de la sección a través de pequeños incidentes: trato abusivo, dominio de la fuerza, bromas hirientes. Alberto averigua a través del Esclavo que Cava robó el examen y que pasó algo. Se relata el examen. Aparece la personalidad del teniente Gamboa, su prestigio ante los cadetes: “los cadetes a sus órdenes se enorgullecen”. El Esclavo es sorprendido pasando respuestas del examen a Alberto. Queda consignado sábado y domingo.

En un corte y vuelta atrás de la historia se cuenta el primer día que llegaron al colegio estos alumnos. Ahora están en 5° año, entonces era el 3° y eran nuevos, “perros”, y sufrieron el “bautizo” con novatadas abusivas y brutales por parte de los de cuarto año. Se narra la novatada al Esclavo. Esa noche, consternados, deciden unirse en venganza y en defensa. Se forma el Círculo. Arróspide parece el jefe, pero en seguida surge como líder el Jaguar. Descubierto el Círculo por el teniente Gamboa quedó reducido al grupo de los cuatro, pero al principio estaba formado por toda la sección y actuaba dando “golpes”. Alberto piensa en uno de sus típicos monólogos interiores que si no se hubiera reducido el Círculo no se hubiera degradado tanto el ambiente: “Sí, por lo menos no tan rápido, se me ocurre que si no se descubre el Círculo la sección no se hubiera vuelto un muladar, estaríamos vivitos y coleando, no tan rápido”. Por un incidente casual Jaguar peleó con el Esclavo, que no se defiende: “Me das asco. No tienes dignidad ni nada. Eres un esclavo”.

En otra vuelta atrás se relata un suceso ocurrido cuando los protagonistas estaban en cuarto año. Hacen novatadas a los “perros” con la misma crueldad que recibieron. Uno pierde un dedo, arrancado en una caída. Pero la rivalidad sigue siendo con los de quinto. El suceso que se narra es una pelea contra este curso en el cine; luego, la espera tensa de aquella noche, temiendo un ataque, y la fiesta del día siguiente. En ella la competición de soga-tira acaba en batalla campal delante del público y las autoridades invitadas. En el relato de estos hechos el narrador es Boa.

En episodios aparte se cuenta la infancia de algunos protagonistas. La de Alberto, un chico de la buena sociedad que vive en la calle Diego Ferré, en el barrio elegante de Miraflores. La del Esclavo, súper protegido por su madre; la debilidad de su carácter disgusta al padre, que le trata con dureza; también de él recibe golpes... Ricardo Arana, el Esclavo, es una víctima. Se cuenta la historia de otro personaje que permanece sin identificar hasta muy avanzada la novela, niño en un barrio pobre de Lima —Lince—, que adora con candor a su pequeña vecina, Teresa, también candorosa e inocente. Es el mismo Jaguar; pero este niño y el idilio tierno y limpio que sostiene con Teresa en nada se parecen al Jaguar que ya conocemos. De ahí que no se mencione su nombre, está escrito en primera persona; parecen dos personajes distintos.

Se vuelve a la línea principal de los sucesos, después del examen de Química. Seguimos ahora los pasos de Alberto un día de salida. Vive en otro barrio, no es la calle Diego Ferré que conocemos por el episodio de su infancia. La madre, abandonada por su marido, ha cambiado mucho: de mujer mundana a víctima de su marido y algo beata. Llega Alberto. En una fugaz visita se presenta el padre. Discute el matrimonio. Alberto está delante, impaciente por salir. Tiene que llevar a Teresa un recado del Esclavo. Se trata de la misma niña que ya conocemos por el relato de la infancia de Jaguar. Ricardo Arana, el Esclavo, es su vecino y está enamorado de ella. Ese día quedó en llevarla al cine, pero está consignado. Por fin sale Alberto de su casa. En el camino se encuentra con los antiguos amigos de la calle Diego Ferré. Se les retrata como niños bien de la clase social de Alberto.

Teresa, en el papel de adolescente ingenua y candorosa, tal como aparece en la historia de Jaguar, espera

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