ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA COMUNICACIÓN Como Elemento Simpe

Gabrielmaza9314 de Octubre de 2013

8.363 Palabras (34 Páginas)323 Visitas

Página 1 de 34

LA COMUNICACIÓN: UN MODELO SIMPLIFICADO DE DEFINICIÓN. ELEMENTOS DEL PROCESO

CAPITULO II

LA COMUNICACIÓN: UN MODELO SIMPLIFICADO DE DEFINICIÓN. ELEMENTOS DEL PROCESO(*)

2.1. ¿Es posible definir la Comunicación?

La historia de las comunicaciones humanas no se reduce a la historia de una técnica, aportadera de mayores comodidades con menor esfuerzo. El fenómeno "comunicación" —abultado en este siglo por el progreso científico— guarda profundas y esenciales relaciones extra-tecnológicas con la sociología, la cultura, la política, el poder, la economía, la psicología individual y social, los códigos y formas expresivas, el derecho, y, en general, con todas las ciencias y disciplinas antropológicas. La Comunicación no debe comprenderse, pues, por el simple hecho de que el teléfono y las computadoras, la gran industria radioeléctrica o • las comunicaciones espaciales, hayan "creado" un problema de comunicaciones antes inexistente, sino porque el avance tecnológico y la universal difusión cuantitativa de los medios han problematizado, creado inmensos privilegios y otorgado nuevas dimensiones a una función permanente, esencial e inherente a la naturaleza humana: la de comunicarse con sus semejantes. (Una función a la que debería garantizarse además igualdad de acceso y participación para todos, cuando en realidad sólo poquísimos privilegiados disfrutan hoy el "derecho de expresarse libremente por todos los medios" con-sagrado por muchas constituciones y por la Declaración Universal de Derechos Humanos).

El que el problema sea ahora urgente —social y políticamente— no significa que no haya existido antes. La novedad, si acaso, consiste en que el principio de autoridad, antes ejercido por instituciones tradicionales (familia, iglesias, partidos, hombres carismáticos, etc.) es ejercido ahora, cada vez más, por las élites del poder comunicacional, muchas veces sin investiduras ni controles suficientes. Cualquier locutor semiculto puede crear hoy más opinión que muchos líderes políticos, sabios o expertos, lo que constituye una de las peores perversiones culturales y políticas, ejercidas en nombre de una libertad de empresa que tiende a acaparar para sí la verdadera libertad de expresión.

Se exige un cierto esfuerzo de abstracción definitoria para tratar de comprender lo que la comunicación es, y los elementos esenciales que intervienen en su proceso, sea cual fuere la época, el grado de desarrollo o la condición social en que se ejerce. Esto no significa olvidar los aspectos históricos, sociopolíticos, técnicos o económicos del problema, mas para intentar una verdadera definición de Comunicación, deben omitirse temporalmente sus aspectos cambiantes en el tiempo, para centrarnos en lo que hay en ella de universal y necesario. En una palabra, han de apresarse los rasgos comunes, esenciales y distintivos presentes en todo proceso de comunicación, trátese del tam-tam o del sonar, de las señales de humo o de la televisión, de las primitivas onomatopeyas o de la poesía surrealista, del jeroglífico o del más sofisticado código de comunicación espacial, de la mímica interpersonal o de la industria cultural de masas. Sólo abstrayendo y aislando tales rasgos comunes, sin los cuales un fenómeno no es de Comunicación ni pueden establecerse procesos de Comunicación, puede alcanzarse una definición que aumentará luego en forma relevante la capacidad de comprender, de justipreciar y de transformar, si tal es el caso, los fenómenos comunicacionales como ellos se dan realmente, dentro de concretos contextos hitóricos, políticosociales, técnicos y económicos. A pesar de las dificultades que comporta toda abstracción —y de otras que irán surgiendo— una definición de "Comunicación" es posible.

2.2. Necesidad de definir "Comunicación" y no "Medios de Comunicación". Distinción entre aparato e instrumento, canal natural y canal artificial. Sólo hay comunicación humana

Omitamos (o pongamos mentalmente "entre paréntesis", como diría la filosofía fenomenológica), toda referencia histórica, social o técnica de las comunicaciones. Reduzcamos el fenómeno de la comunicación a su esquema más simple, esto es, a:

EMISOR -> MEDIO DE COMUNICACIÓN -> PERCEPTOR

El anterior es un esquema aún muy incompleto (que perfeccionaremos más adelante, definiendo cada uno de sus términos), pero que ahora interesa en esa forma simplificada para obviar un error muy generalizado que afecta el factor intermedio, o sea los Medios de Comunicación. Respecto de los medios o canales artificiales (teléfono, prensa, radio, teletipo, cine, televisión, etc.) debe aclararse en efecto un aspecto importante, por la razón siguiente. Una buena parte de la literatura científica y de manual sobre Comunicaciones concede excesiva importancia a los Medios en sí, cayendo de alguna manera en el error previamente señalado: creer que el desarrollo tecnológico de los modernos medios de comunicación es el factor desencadenante de un problema de comunicaciones antes inexistentes. Esta posición teórica es incorrecta. Las nuevas tecnologías sólo han expandido una función, la de comunicarse, que es esencial, permanente e inherente a la naturaleza social del hombre. Los nuevos medios (o "medía" como se dice a la latina en expresiones de tipo "mass media"), sólo han venido a ampliar una capacidad preexistente y a facilitar una función esencial, no a engendrarla. Por lo tanto (y sin desconocer que existe una problemática relativa sobre todo al uso y posesión de los modernos medios), el problema esencial sigue siendo el de la comunicación interhumana, y no el de los medios o de su desarrollo. Lo que debe definirse en propiedad es el proceso de la comunicación (o como diremos más adelante, la relación de comunicación), y no tanto la función de canal, transportador o vehículo de los mensajes encargada al medio. El medio no es la comunicación (el medio ni siquiera es el mensaje); sólo desempeña una importante, específica y limitada función dentro de la relación de comunicación .

Esta afirmación queda aclarada utilizando la distinción entre aparato e instrumento.

Aparato es todo artefacto que amplía, facilita, perfecciona, aumenta, afina y en suma extiende una preexistente capacidad natural del hombre. Instrumento es todo artefacto que permite conocer, detectar, medir, utilizar hechos y datos que escapan a la capacidad natural de conocimiento humano. La pesa, el microscopio, la grúa, el altavoz, el teléfono, el cañón, la radio, la calculadora, el reloj e innumerables otros artefactos —por sofisticados y complejos que ellos sean— son todos ellos aparatos, porque extienden una preexistente capacidad humana de sopesar, ver, experimentar calor, levantar pesas, hablar y comunicarse, arrojar objetos, contar, medir el tiempo etc.; y esta afirmación es válida .aún en el caso (harto frecuente), de que en la fabricación o empleo de tales aparatos se haga necesario el recurso a refinados instrumentos.

En cambio, el voltímetro, un oscilador, un generador o medidor de rayos infrarrojos o ultravioleta, el avión, un lector o utilizador de microondas, un separador de sales y ácidos, etc., son instrumentos,, por ofrecer al conocimiento y a la praxis humanos datos, hechos y posibilidades para cuyo conocimiento y empleo la naturaleza humana no estaba previamente dotada.

Asumidas las anteriores definiciones, no cabe duda de que todos los medios de comunicación, antiguos y modernos, inventados o por inventarse, son esencialmente aparatos —por instrumentalizados que ellos sean— pues están destinados a extender la previa capacidad humana de hablar y escuchar, ver y dejarse ver, oír y ser oídos, expresarse y comprender. Los medios actuales, muy complejos y sofisticados, ejercen una seudofascinación tecnológica que pareciera obligar a estudiarlos en sí y por sí, como algo dotado de leyes propias a las que sólo cabría someterse, cuando en realidad no son más que aparatos amplificadores de capacidades sensoriales, cuya aplicación mecánica debería dejar en pie los principios milenarios del diálogo y de la "paideia", del respeto al interlocutor y del derecho de réplica inherentes al dialogar.

El discurso sobre la tecnología de las comunicaciones es si acaso de otra naturaleza económico-política, y desde luego es un discurso vital para el destino de la democracia y de las libertades individuales y sociales. Los costos de infraestructura en medios masivos son hoy tan elevados, que de hecho pocos oligopolios privados o públicos terminan por concentrar sobre sí todo el poder comunicacional, medíante concentración del poder de trasmisión. Son precisamente tales poderes, en última instancia, los interesados en propalar la especie de supuestas y metafísicas "leyes propias" e inviolables de los medios, cuando en realidad éstos son simples transportadores de mensajes positivos o negativos, alienantes o liberadores, informadores o distorsionantes.

En suma: insistir demasiado en "medios" es una forma de encubrir el problema de los "contenidos"; decir que su simple presencia engendra fatalmente ciertos resultados (prescindiendo del mensaje) es tratar de esconder el realísimo problema de su USO y de sus responsables. La gigantesca industria comunicacional de nuestro tiempo ha tenido un crecimiento tan explosivo e irrefrenable, que en muchísimos países de la tierra (sobre todo en el tercer mundo y en los territorios ex-coloniales), tal crecimiento ha irrumpido dentro de sociedades impreparadas para adaptar los nuevos

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (56 Kb)
Leer 33 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com