LA LECTURA Y LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS

LA LECTURA Y LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS.

La lectura es una herramienta muy útil y práctica para el desarrollo intelectual del ser humano, sin embargo, en los últimos tiempos, no se le ha dado la importancia que se merece, debido a la gran invasión del entretenimiento cibernético de los que están sujetos nuestros jóvenes; lo que ha motivado niveles bajos de comprensión lectora, constituyéndose en una señal de alarma para todo el sistema educativo.

Por otro lado, la comunicación es básica para el progreso de una sociedad, por lo cual resulta prioritario desarrollar en nuestros estudiantes las habilidades comunicativas de hablar, escuchar, escribir y leer, siendo esta última el eje fundamental para lograrlo.

Una persona que lee se expresa con propiedad, fluidez, coherencia y persuasión; sabe escuchar a su interlocutor y decodificar y comprender el mensaje; por último, escribe con corrección ortográfica diferentes tipos de textos a fin de expresar lo que siente, piensa o desea comunicar. Dichas habilidades le van a permitir desenvolverse con éxito en cualquier contexto o situación en la que se encuentre. Asimismo, una buena lectura y escritura habla muy bien de la persona, hace entrever su buena educación y cultura.

Resulta cierto que la lectura es uno de los principales ejercicios en las escuelas; pero también se debe estimular de forma independiente y con la cooperación de la familia en el hogar, que sean los padres los principales promotores del hábito lector, porque la lectura es un arte, y como tal tiene que ser enseñada a los demás.

Además, la lectura en cualquiera de sus formas: oral o silenciosa, es uno de los elementos de la instrucción que durante toda la vida los individuos van a emplear, ofreciéndoles valiosas oportunidades y positivos resultados en los diversos escenarios en los que se desenvuelvan.

Es importante enfatizar que, cuando un niño aprende a leer casi se ha formado una habilidad, que aún no está automatizada. Por tal razón, para que este logre alcanzar una lectura correcta, adecuada a su grado y edad, se debe propiciar el desarrollo del hábito de la lectura y en particular la lectura oral, de tal manera que, solo o con ayuda, vaya regulando y corrigiendo posibles errores hasta lograr una lectura fluida y comprensible. Y aquí radica el problema de nuestros estudiantes y de muchos estudiantes en general, no leen correctamente, lo que les dificulta el análisis, comprensión e interpretación de los textos, generando desinterés o aversión por la lectura.

Por ello, es necesario que todos los agentes educativos nos involucremos en la ardua tarea de promover en nuestros estudiantes el hábito lector, teniendo en cuenta, sus preferencias, sus gustos y sus intereses. Que la lectura no se torne una obligación o un castigo, sino un placer, una distracción y una solución a sus dificultades académicas,

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