LA MENDICIDAD INFANTIL COMO FACTOR DETERMINANTE DE LOS INDICES DE CRIMINALIDAD EN EL SUR OCCIDENTE DE BARRANQUILLA
sechoykz93Documentos de Investigación30 de Agosto de 2015
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LA MENDICIDAD INFANTIL COMO FACTOR DETERMINANTE DE LOS INDICES DE CRIMINALIDAD EN EL SUR OCCIDENTE DE BARRANQUILLA
DIANA MUÑOZ ORTIZ
DANIEL OVIEDO CONSUEGRA
RAFAEL PERNETT POLO
SARA RODELO RUIZ
UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
PROGRAMA DE DERECHO
BARRANQUILLA
2014
LA MENDICIDAD INFANTIL COMO FACTOR DETERMINANTE DE LOS INDICES DE CRIMINALIDAD EN EL SUR OCCIDENTE DE BARRANQUILLA
DIANA MUÑOZ ORTIZ
DANIEL OVIEDO CONSUEGRA
RAFAEL PERNETT POLO
SARA RODELO RUIZ
Anteproyecto presentado como requisito en la asignatura: INVESTIGACION IV
Docente: OSIRIS GARCIA ABELLO
UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
PROGRAMA DE DERECHO
BARRANQUILLA
2014
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1 DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA.
La mendicidad infantil como factor determinante de los índices de criminalidad en el sur occidente de Barranquilla a lo largo de los tiempos se ha convertido en uno de los flagelos con mayor preponderancia en la sociedad actual, esta problemática es producto y consecuencia entre otros factores de la marginación económica que cada día toma más fuerza y abre aún más la brecha entre ricos y pobres, siendo estos últimos los que alimentan la cadena alimenticia de la actividad improductiva y parasita que aunque causa degradación mantiene el “equilibrio” de la economía residual, precaria que caracteriza a esta grandiosa sociedad.
Este oficio infantil se ha convertido en un arte, el arte de pedir limosna, esta última palabra tan famosa en el diario vivir parece satisfacer la necesidad momentánea del mendigo y de igual forma favorecer la conciencia personal de quien la entrega, los padres hacen profesionales a sus hijos en el tedioso oficio de la mendicidad infantil, siendo los niños las víctimas directas de la manipulación familiar, pues los menores cumplen por su condición una función de seducción sobre los ciudadanos, pues ellos son los que activan la atracción a la limosna. Por ello se explotan especialmente a los niños comprendidos entre los dos y once años, incluso los niños en edad lactante pues facilitan más todavía la actitud de lastima.
Es una verdad indudable que la criminalidad es protagonista de las calles de la ciudad. Que los asaltos, asesinatos, micro tráfico de estupefacientes y demás conductas no son más que la manifestación equivoca de querer gritar “libertad e igualdad”.
Como es sabido la mayoría de los autores de los delitos anteriormente mencionados son jóvenes y niños que justifican su conducta con el deseo de arrebatarle a la sociedad las cosas que en su momento no les proporciona, ayudar a su familia y de obtener un capital económico que satisfaga sus deseos y sus necesidades.
Existe una estrecha relación entre la mendicidad infantil y la criminalidad actual, pues esta última es consecuencia directa de las carencias de posibilidades de superación que causa la mendicidad y con ello el resentimiento social que estos niños al crecer albergan en su memoria y corazón.
A pesar de que en Colombia el código penal sanciona de este flagelo de mendicidad infantil, este problema es una realidad social viable y tangente que más tarde llenara las cárceles del país y no precisamente de los padres que obligaron a sus hijos a pedir en las calles. Por lo que se hace necesario que se pongan en marcha políticas públicas de educación ciudadana con el fin de concienciar a la población acerca del impacto negativo de las limosnas en la vida de los niños que las piden,
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