LA MISIÓN DEL JUEZ ANTE LA LEY INJUSTA.

Este libro, habla de la importancia de atender a la problemática que en todas las épocas se le ha presentado a los juristas, que usa una solución justa a los problemas y no la ley del más fuerte en la que los intereses particulares existen. Menciona ejemplo que consistió en un uso común durante el reinado de diversos monarcas estos primero actuaban arbitrariamente y después los juristas y filósofos los justificaban a través de interpretaciones legales que les favorecían.

Otra problemas que menciona en el libro que se presenta en la actualidad es que los jueces y magistrados, ya sea por la influencia de los usos, por corrupción, por la falta de tiempo o carga de trabajo, por costumbre, por su formación jurídica o por las propias norma,; suelen escudarse en los formalismos procesales excusándose de conocer el fondo de los asuntos y desatendiendo en ocasiones los elementos probatorios acreditan la verdad real.

El Derecho tiene que ocuparse de garantizar el ejercicio de las virtudes sociales, prácticamente no cumple con la misión descrita que suena más como un ideal lejano que como una realidad ya que para el ejercicio de las virtudes sociales primero interviene la voluntad humana individual, misma que es muy variable.

El autor cuestiona con indignación lo anterior, una ley deriva de los principios fundamentales constitucionales, la constitución en principio debe regirse por la justicia y otros valores, entonces cómo puede aplicarse una ley injusta yendo en contra de las bases que rigen a la propia constitución.

Son los juristas los que en principio y por obligación deberían de dominar estos asuntos. Con relación a lo anterior el autor menciona en su libro que así como tiene el deber el hombre de obedecer una ley o una orden justa, tiene el derecho de rebelarse contra una ley o una orden injusta, sin embargo también establece un límite afirmando que sin embargo el valor jurídico de las leyes no depende del consensus popular, sino de su encauzamiento a la realización de la Justicia y del bien común.

Carnelutti dice que entre más leyes tiene un pueblo, más corrupto es, lo que deja en claro que no la cantidad es lo importante sino que la calidad. Casi nadie conoce las leyes ni su contenido, lo cual hace fácil que se apliquen corruptamente. Según entiendo, desconocer la ley no nos exime de cumplirla, pero creo que la abundancia de normas abre el camino a la interpretación arbitraria de las mismas.

Las leyes deben de reconocer los tiempos y los lugares en los que son aplicadas ya que de lo contrario su efectividad será limitada, por las mismas razones deben de adaptarse a los usos y a la costumbres.

Una vez que se legislen normas que atiendan al valor de la justicia y del Derecho Natural entendido como los valores fundamentales que reconocemos intrínsecamente, dinámicas, que cumplan con los usos y

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