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LEYENDAS DEL ORIENTE BOLIVIANO


Enviado por   •  15 de Abril de 2014  •  14.755 Palabras (60 Páginas)  •  527 Visitas

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Con frecuencia se escucha de que lo jóvenes son el futuro, y es agradable saber de qué parte de la juventud actual, está interesada en cuidar y heredar esas tradiciones y esa cultura popular de santa cruz de antaño, y este trabajo es un claro ejemplo de ello.

El presente trabajo está dedicado principalmente a la labor de esas personas que gracias a su esfuerzo y dedicación se lograron cuidar y mantener vivas las características populares de la tradición cruceña para que no quedaran en el olvido y permanezcan vivas y sean pasadas aún de generación a generación.

Agradezco a Dios por haberme dado la confianza de poder llevar a cabo este trabajo.

Agradezco a mi familia que con uno u otro esfuerzo lograron apoyarme para terminar este trabajo.

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

TRADICIONES Y COSTUMBRE LITERARIAS DE SANTA CRUZ

La tradición es el conjunto de dones que una edad entrega a la que le sucede, paraqué esta a su vez, lo transmita a su inmediata venidera y de este modo para los tiempos de los tiempos.

Esto es lo que han hecho varias personas con sus bellas narraciones, Al igual que los clásicos latinos que decían trado: uno tras el otro; do: dar. Es decir que está depositando en manos de otro, donando al lector el fruto de sus investigaciones, de sus conocimientos, de su capacidad retrospectiva, para que éste, tomando la antorcha, la transmita y difunda en una nueva etapa.

La transmisión escrita, de todas maneras, no debe ser la servil repetición de lo que otro escribió. Debe contar con el apoyo de la tradición oral, con todas sus variantes que se le presentan en el tiempo el espacio.

El cariño por las cosas nuestras; ese ha sido el motivo por el cual se han esmerado en conservar nuestras tradiciones, y todo lo que se ama se cuida con esmero.

Santa Cruz es un departamento lleno de riquezas, tanto físicas como intelectuales, y que desde tiempo pasado la tradición y las costumbres formaron parte de esta riqueza, gracias al apoyo de muchas personas se ha logrado mantener viva esa característica tales como la gastronomía de Santa Cruz, sus centros históricos, y en este caso, también sus tradiciones y leyendas las cuales daré a conocer a lo largo del trabajo.

Son retratos de una bella época, con personajes de este y del otro mundo, con calles polvorientas y noches oscuras, propicias para la aventura galante y encuentro con la viudita. Los personajes son nuestros, parte de nuestro acervo cultural.

La tradición es el espíritu de la raza es la resonancia de siglos adentrándose en la intimidad de las almas. Estas tradiciones y leyendas no son agua de paúro, son agua pura de manantial".

Hasta mediados del siglo XVLL, la calle Republiquitas era de las más apartadas y menos concurridas. Hacia la primera cuadra vivía por aquella época una moza, bonita, graciosa y llena de todos los atractivos. Su madre la mimaba y cuidaba reservándola en mente para quien la mereciera por el lado de los bienes de fortuna, la buena posición y la edad sereno juicio.

Pero sucedió que la niña puso los ojos y luego el corazón en un mozo que, aparte de la buena estampa y los desenvueltos ademanes, nada mas tenia a la vista, cuando la celosa mama se dio cuenta de que el fulano rondaba a su joya viviente, redoblo la vigilancia sobre esta, a extremos de no dejarla salir un paso…. Pero el galán resulto tan enamorado como paciente y tan firme como tenaz en conseguir el logro de sus ansiedades amorosas. Desde la mañana hasta la noche, ahí estaba en la esquina, plantado a la espera de que la amada se asomase al corredor o siquiera a la puerta, para cambiar con ella alguna mirada.

Por aquellos tiempos del rey había en todas las esquinas recios troncos de cuchi al ras de las aceras, para proteger las casas de los encontrones de un carretón o servir de señal para la línea de lo edificado. Se les daba corrientemente el nombre de mojones.

La mama de la chica oscilando entre el cielo y el recelo, despachaba su mal humor con esta frase ¡ya está ahí ese mojón con cara ¡¡ya está ahí ese mojón con cara ¡ Ignorando como su presunta suegra que quería burlarse de su constancia y firmeza, el enamorado en sus largas esperas, dio en la práctica de distraerse con el mojón.

Con el trazao que llevaba al cinto, como todos los galanes de su tiempo y condición empezó a labrar el duro palo, con miras a darle en la parte superior la forma de una cabeza humana.

Una madrugada de esas advirtió la mama con el natural sobresalto que la niña había desaparecido de la casa. Creyendo hallarla en palique con el aborrecido corrió a la esquina. Pero la mimosa no estaba allí, ni en parte alguna de la ciudad. Paloma con ansias de volar, había alzado vuelo con el palomo, la noche anterior.

Pero quedaba en la esquina el mojón con cara que la paciente mano de galán había tallado en sus horas de amante espera.

En la antigüedad se comentada con mucho énfasis, en el ambiente campechano, muchos cuentillos que estaban reñidos con la moral y las buenas costumbres. Anécdotas estas que eran temerarias y tétricas que convencían a cualquier incrédulo.

A lo largo de la serranía conocida “loma de 25”, cercana de la ciudad de Montesclaros, vivían Don. Parcasio y Doña Saturnina, repentinamente el laborioso y trabajador esposo cayó en cama presa de una enfermedad desconocida, vanos fueron los esfuerzos para su recuperación, el enfermo viéndose grave y sin esperanzas de salvación, hizo venir a su amigo y compadre Ebaristo Quiñones y en el delirio de su muerte le suplica cuide celosamente la hacienda y le ayude a su comadre en todos sus problemas que se le presenten, ya que podían abusar de ella. Ebaristo acongojado por lo irreparable acepto prometiendo firmemente cumplir su último deseo. Don Parcasio falleció, dona saturnina, aun joven quedo bajo la protección masculina de su compadre

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