LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL PROFESOR
jenidellasera9 de Marzo de 2012
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LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL PROFESOR
(según George Polya, 1887-1985)
1. Demuestre interés por su materia. Si el profesor se aburre, toda la clase se
aburrirá.
2. Domine su materia. Si un tema no le interesa personalmente, no lo enseñe,
porque no será usted capaz de enseñarlo adecuadamente. El interés es una
condición necesaria, pero no suficiente. Cualesquiera que sean los métodos
pedagógicos utilizados, no conseguirá explicar algo claramente a sus
estudiantes si antes no lo ha comprendido perfectamente. De ahí este segundo
mandamiento. El interés es el primero, porque, con algunos conocimientos
junto con una falta de interés, se puede uno convertir en un profesor
excepcionalmente malo.
3. Sea instruído en las vías del conocimiento: el mejor medio para aprender algo
es descubrirlo por sí mismo. Se puede obtener gran provecho de la lectura de
un buen libro o de la audición de una buena conferencia sobre la psicología del
acto de aprender. Pero leer y escuchar no son absolutamente necesarios y en
todo caso no son suficientes: hay que conocer las vías del conocimiento, estar
familiarizados con el proceso que conduce de la experiencia al saber, gracias a
la experiencia de sus propios estudios y a la observación de sus estudiantes.
4. Trate de leer en el rostro de sus estudiantes, intente adivinar sus esperanzas y
sus dificultades; póngase en su lugar. Aunque uno se interese por el tema, lo
conozca bien, se comprendan los procesos de adquisición de los
conocimientos, se puede ser un mal profesor. Es raro, pero muchos hemos
conocido profesores que, siendo perfectamente competentes, no eran capaces
de establecer contacto con su clase. Ya que la enseñanza del uno debe
acompañarse por el aprendizaje del otro, tiene que existir un contacto entre el
profesor y el estudiante. La reacción del estudiante a su enseñanza depende de
su pasado, de sus perspectivas y de sus intereses. Por lo tanto, téngase en
consideración lo que saben y lo que no saben; lo que les gustaría saber y lo que
no les importa; lo que deben conocer y lo que no importa que no sepan.
5. No les dé únicamente "saber", sino "saber hacer", actitudes intelectuales, el
hábito de un trabajo metódico. El conocimiento consiste, parte en
"información" y parte en "saber hacer". El saber hacer es el talento, es la
habilidad en hacer uso de la información para un fin determinado; se puede
describir como un conjunto de aptitudes intelectuales; es la capacidad para
trabajar metódicamente. En Matemáticas, el "saber hacer" se traduce en una
aptitud para resolver problemas, construir demostraciones, examinar con
espíritu crítico soluciones y pruebas. Por eso, en Matemáticas, la manera cómo
se enseña es tan importante como lo que se enseña.
6. Enséñeles a conjeturar. Primero imaginar, después probar. Así es como
procede el descubrimiento, en la mayor parte de los casos. El profesor de
Matemáticas tiene excelentes ocasiones para mostrar el papel de la conjetura
en el campo del descubrimiento y hacer así que los estudiantes adquieran una
actitud intelectual fundamental. La conjetura razonable debe estar fundada en
la utilización juiciosa de la evidencia inductiva y de la analogía, y encierra todos
los conocimientos plausibles que pueden intervenir en el método científico.
7. Enséñeles a demostrar. "Las matemáticas son una buena escuela de
razonamiento demostrativo". De hecho, la verdad va más allá: las matemáticas
pueden extenderse al razonamiento
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