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¿LOS MALOS ESTUDIANTES PUEDEN SER BUENOS ABOGADOS?


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2013  •  1.780 Palabras (8 Páginas)  •  833 Visitas

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A medida que la sociedad avanza, igualmente lo hacen los procesos académicos. Básicamente el punto de partida y el camino por recorrer al cual muchos estudiantes se ven allegados, presenta o presentara diversas escalas que permitirán establecer criterios básicos. Es por ello que no se puede sencillamente estructurar o enmarcar a cada persona en un cierto grafico en la cual a partir de un análisis se pueda deducir su calidad como estudiante. Debido a ello no se pueden dejar pasar los distintos argumentos tanto intelectuales, morales, sociales y personales para tener un alcance más detallado sobre el desempeño profesional de muchos que a futuro serán abogados, precisamente porque la cuestión de saber si un mal estudiante puede ser un buen abogado, no es una tarea sencilla.

Siguiendo el orden de ideas conviene distinguir o conocer que ser un mal estudiante comprende diversos modos o se manifiesta diferente, pero la similitud que aparentemente se generaliza es una obtención de bajas calificaciones. Sin embargo lo que pretendo dar a entender es que en materia académica ser bueno o malo es relativo y lo será a un mas si de calificaciones se habla. Precisamente puedo encontrar tres clases de malos estudiantes:

1. Los que no les gusta hacer nada.

2. Los que hacen algo, pero no lo hacen correctamente.

3. Los que obtienen buenas calificaciones, pero aun así no les interesa aprender.

De lo anterior, puedo precisar que no todas las personas son iguales y eso es muy conocido por todos, sin embargo parece que en ocasiones nosotros mismos lo olvidamos. A medida que un estudiante universitario avanza en su carrera y conoce más, se supone que más debe saber, aunque no siempre es así. Deduzco de ello que la juventud de hoy en día ya no es un problema, pero sigue siendo difícil de comprender.

Diversos casos se han dado sobre malos estudiantes que han sido buenos abogados y muchos de nosotros los hemos oído de boca de los protagonistas un sinfín de veces y estos protagonistas son nuestros propios profesores, los cuales en sus clases relatan como fue su vida universitaria. La gran mayoría concuerdan en que al inicio no eran muy brillantes, o no le dedicaban lo suficiente a su carrera como estudiantes de derecho, pero al pasar los años, al madurar y al estudiar aun mas en sus especializaciones, maestrías o doctorados fueron creciendo y alcanzando éxitos laborales convirtiéndose en buenos abogados.

Incluso aunque muchos critiquen esta experiencia, o descalifique algunas vivencias, no se puede hacer lo mismo con las teorías científicas acerca de genios que en algún momento de su vida fueron tildados de mediocres, pero a mi parecer eso no es excusa para dejar el estudio a un lado y simplemente decir que cuando sea mayor le dedicare mas tiempo a estudiar, porque entre mas tiempo dejemos pasar, mas tiempo es el que hemos de perder. Como consecuencia es necesario dejar a un lado la pereza y levantarnos cada día pensando ser el mejor y dar nuestro esfuerzo mas grande, para que el temor a la educación, la lectura y las exigencias académicas vallan disminuyendo. Abrir nuestro pensamiento e incorporar todo lo que nos rodea como estudiante puede no ser la única ventaja que consigamos en nuestro camino, pero si puede ser una de las mas útiles ya que lo que algún día nos enseñaron y no aprendimos, luego tendremos que aprenderlo y doble si no aprovechamos el momento.

Ahora, es necesario poder distinguir un poco mas nuestras capacidades, no es momento de esperar a que otros las descubran, si no que logremos proyectar capacidades dormidas, para ser dependientes y superar obstáculos que no obraran para nuestro bien en sociedad. En todo caso, parece evidente que los profesores, en muchos casos, no supieron detectar o entender las potencialidades de algunos alumnos geniales. Porque incluso la persona que aparentemente es un mal estudiante puede esconder grandes virtudes y capacidades.

Aquí conviene detenerse un momento a fin de entender de modo más amplio que todas las personas tienen una dosis de talento, pero no todas tienen fuerza de voluntad y ganas de trabajar para desarrollarlo, aún siendo motivadas. Las personas con talento pueden ser también personas perezosas. Sin embargo, la universidad todavía puede desempeñar un papel esencial, también para los que tengan a un genio escondido en la lámpara. En este sentido, la universidad puede enseñar a tener capacidad de autocontrol y de trabajo que serán útiles para desarrollar el propio talento. Pero no hay que olvidar que por alguna razón, no todos se encuentran cómodos o a gusto en clase, disponen de mucho tiempo para desarrollar intereses, pasiones y el talento que uno posee. Por todo eso, es absurdo pensar que si te va mal en la universidad necesariamente te vas a convertir en nada en la vida. Así que estudiantes y maestros pueden convivir de una manera provechosa si cada uno pone algo de su parte. Ahora bien, todo dependerá también de la idea de éxito que cada uno tenga y de la capacidad de sobreponerse a los suspensos.

No obstante, tras las diversas opiniones que rondan por cada uno de nosotros, la central o la más generalizada entre maestros, padres y los mismos jóvenes es ¿Qué esperar de un estudiante universitario? Por eso hay que analizar que éste “adulto”, que estudia en una

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