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La Celestina Sor De Lilith


Enviado por   •  22 de Enero de 2013  •  3.642 Palabras (15 Páginas)  •  306 Visitas

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La Celestina sor de Lilith

Tradición perdida en el infinito nocturno

“Santo y bendito sea tu nombre impronunciable, oh mi señor de las alturas dame fuerza y poder, para resistir el terrible encanto de aquello que se atrevió a pronunciar tu nombre, no permitas que mi camino se cruce con el de ella, pues sus hechizos de sexo perturbarían mi alma”. Rashi

“si entre cien mujeres va alguno y grita ¡vieja bruja! Sin ningún empacho luego vuelve la cara y responde con alegre cara” Parmeno Acto Primero- La Celestina Rojas, Fernando

La celestina es una de las obras principales de la literatura española, su importancia yace en su casi función de apertura hacia el renacimiento, de igual forma la trama y la forma de escritura suponen una atracción hacia el lector la cual aún sigue presente. Sin duda el ingenio de Fernando de Rojas autor de la misma se hace presente y manifiesta a través de las palabras que enlazan los diálogos de los personajes complejamente diseñados por él, personajes con una fuerte connotación psicológica con la cual el lector se siente identificado hoy día.

Ciertamente es el talento de Fernando de Rojas sobre el cual a lo largo de estas líneas formularemos una serie de justificaciones acerca del fondo de la trama de su obra capital “La Celestina”, al igual que valiéndonos de estas, intentaremos determinar el objetivo del autor al realizar su obra. El estudio comparativo del arquetipo psicológico de La Celestina, protagonista de esta obra, con una leyenda de la cultura judía, teniendo en cuenta la posibilidad de que el autor mantuviera contacto con esta, se llevará a cabo con el fin de corroborar dichas justificaciones.

De Fernando de Rojas poca información acerca de su origen se puede encontrar, la única información acerca de este es que era judío converso. Su ascendencia judía está probada por el proceso contra Álvaro de Montalbán; éste, acusado de judaizante nombró "por su letrado al bachiller Fernando de Rojas, su yerno, vecino de Talavera, que es converso" pero la Inquisición lo rechazó diciendo que no había lugar y le pidió que nombrara a otra persona "syn sospecha".

Dicha cita lo ubica con la herencia de una tradición de lazos fuertes, una tradición que se transmitía de forma oral. El rabí Jones Bullo en 1512 cita respecto a esto “un judío podrá salir fuera de su entorno, de su familia y entrar en otra comunidad, pero en su corazón yacen las raíces de la tradición que vio nacer a sus antepasados” claro esta su juicio se llevó a cabo dos meses después de esta declaración.

Gracias a esto no es extraño encontrar archivos con dataciones inciertas donde los llamados supuestos “judíos Conversos” se encontraban frente a una corte donde se les acusaba de mantener costumbres propias de la tradición judía, aun cuando estos profesaban el cristianismo en sus casas. Pedro Velasco Ramos asegura en su Bibliografía de Fernando de Rojas;

Durante esos años mencionados de 1505 y 1506 se cernieron sobre la Puebla el hambre y la peste, con el rumor popular de culpar de estos sucesos a los judíos conversos, no es difícil imaginar, la alarma que esto causó en los conversos de La Puebla, al verse enfrentados con catástrofes naturales y humanas de tales proporciones. Una razón más para que Rojas que acababa de llegar a la Puebla recién terminados sus estudios en Salamanca y además recién casado, buscara aires nuevos donde ejercer su profesión y no ser tan conocidos sus antecedentes de judío converso, como lo eran en la Puebla. Agregar fecha

En su ciudad de origen se encuentran registros de la actividad judaica que allí se llevaba. se conserva en los archivos de la Inquisición de Toledo el relato detallado de un converso de La Puebla conocido como Pedro Serrano, mayordomo de D. Alonso Téllez Girón II, señor de La Puebla, se le imputa, “que había rezado oraciones judaicas e como los judíos facha ala pared en pie meneándose e sabadeando como judío, en clara alusión a la forma de rezar de los judíos ante el muro de las lamentaciones de Jerusalén”; en su larga declaración ante el tribunal, recoge un amplio muestrario de personajes de la Puebla que pudieran ser sus enemigos; más de cincuenta personas de La Puebla, desde el Alcalde Apellidado Ludeña, hasta el Zapatero del pueblo, pasando por casi todos los compañeros que prestaban sus servicios al señor de Montalbán. Fue condenado a recibir cincuenta azotes.

Años después, en el proceso seguido contra Álvaro de Montalbán suegro de Fernando de Rojas, el párroco de San Gines de Madrid, su principal denunciador ante el tribunal de la Inquisición, al ser preguntado por la reputación que tiene el dicho Álvaro de Montalbán y quienes fueron sus padres dijo; “Que había oído decir que los padres son de la Puebla de Montalbán y que en toda la dicha Puebla apenas hay persona que no sea reconciliado” con lo que podemos deducir de dicho testimonio, que gran parte de la población de la Puebla en ese tiempo eran: judíos de origen o conversos.

En tal sentido podemos aludir al hecho de que Fernando de Rojas mantenía un fuerte lazo con la tradición judía, herencia que todo judío debía honrar. Si bien ahora podemos determinar la existencia de dicho nexo debemos plantearnos dos interrogantes; ¿Qué característica de la tradición judía toma Fernando de Rojas? y ¿Cómo usa ese elemento es su obra?. Si bien nos encontramos frente a una tradición de fuertes elementos compositores hay un hilo o factor determinante y es que esta cultura es de tradición oral por excelencia, lo cual indica que para la preservación de la moral y reglas de vida, para su mayor retención eran usadas historias en forma de leyendas o mitos para la realización de este fin.

Fernando de Rojas es un judío converso, ha vivido el peligro de los conversos y ha conocido la cultura milenaria judía, pero también la cristiana. Formalmente hay más elementos cristianos en la obra, ahí estaba la Inquisición, no puede haber muchos elementos judíos explícitos. Pero, por otra parte, tampoco hay ninguna referencia a Cristo. Notamos ausencias espectaculares del mundo cristiano.

La tradición judía se erguía en relatos y mitos de tradición oral, su rica simbología expresaba designios psicológicos sobre la manera de actuar y sobre la cual se debían regir los comportamientos de la sociedad judía, entre los muchos cuentos y leyendas: el de Lilith era el favorito de los padres de familia y el de los Rabí con el objetivo del control de las tentaciones y el desahogo moral. Fernando pudo haber escuchado el relato de Lilith. Una mujer malévola inhibida

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