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La Divulgacion De La Biblia


Enviado por   •  7 de Mayo de 2013  •  1.799 Palabras (8 Páginas)  •  802 Visitas

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La divulgación de la Biblia

La otra causa del movimiento de la Reforma fue la difusión de la Biblia, que puso los Evangelios, fuente misma de la doctrina cristiana, al alcance de todos. Entre 1457 y 1518 se habían publicado más de cuatrocientas ediciones de este libro.

Era la palabra misma de Cristo enviada a los cristianos. Pero esta palabra hablaba de la renuncia a los bienes de este mundo, de la pobreza y la humildad; ella hacía aparecer más escandaloso aún el orgullo y el lujo de los príncipes eclesiásticos; ella debía hacer aún más vivo el deseo de una reforma que, según el lenguaje de aquel tiempo, condujera a la Iglesia a su simplicidad primitiva.

El conocimiento de los Evangelios tuvo en algunos otra consecuencia, la más grave de todas. Para comprenderla es preciso recordar que la organización de la Iglesia católica y sus dogmas, es decir, el conjunto de las creencias profesadas por sus fieles, reposan ante todo sobre los Evangelios, y después sobre las tradiciones, las interpretaciones y las decisiones de los papas y de los concilios. Algunos en el siglo XVI pensaron que, puesto que se tenía en los Evangelios la palabra del mismo Dios, era preciso atenerse a ella: las tradiciones y las interpretaciones, solo obras de los hombres, no tenían a sus ojos valor algunos. Por lo menos, las interpretaciones de los papas y de los concilios no tenían ya más valor que el que pudiera tener la interpretación de un fiel cualquiera, y cada uno podía interpretar la Escritura Santa según su conciencia. Esta fue la teoría de Martín Lutero y después de Juan Calvino, y esta fue la teoría que provocó la ruptura de la unidad cristiana.

Martín Lutero

Lutero nació en Sajonia (territorio del Sacro Imperio), en 1483, el mayor de siete hermanos, hijos de un pobre leñador, anticlerical pero supersticioso. Cuando empezó sus estudios, tuvo que cantar y mendigar de puerta en puerta para poder vivir, como muchos estudiantes de su tiempo. Después, una persona caritativa le dio una pensión en la universidad de Erfurth (Turingia), donde estudió latín, algo de griego y hebreo, filosofía y teología.

Tenía 22 años cuando, estando de paseo, fue sorprendido por una tempestad, y un rayo mató a su lado a uno de sus compañeros. Asustado, Lutero hizo voto de hacerse fraile si escapaba. Poco después (17 de julio de 1505) entraba en el convento de los agustinos en la misma ciudad de Erfurth. Luego de recibir las órdenes sacerdotales, fue destinado al monasterio de la ciudad de Wittenberg, en cuya universidad asumió la cátedra de teología.

El negocio de las indulgencias

En 1511 Lutero fue enviado a Roma, quedando profundamente trastornado por el lujo de la corte pontifical y el relajamiento del clero italiano. Algunos años después, no teniendo el papa León X dinero para continuar la construcción de la basílica de San Pedro (en la que ya se habían gastado cerca de 70 millones de dólares actuales), decidió conseguirlo haciendo vender indulgencias por toda la cristiandad. Se llama indulgencia (o perdón) a la facultad dada a los fieles de redimirse (librarse), mediante una limosna, de las penitencias en que habían incurrido por su pecados. En este caso, se podían redimir dando dicha limosna para la construcción de la basílica de San Pedro; el efecto de las indulgencias podía aplicarse tanto a los vivos como a las almas de los difuntos castigados por Dios en el purgatorio. La predicación de las indulgencias en Alemania fue confiada a Johann Tetzel, fraile dominico.

En 1517, Lutero se reveló contra el abuso de las indulgencias y la manera de venderlas. El ataque fue tanto más violento, cuanto que la congregación de los dominicos era rival de los agustinos. Advertido el papa, no vio en aquello más que una simple “querella de monjes”. Lutero no renegaba de su sumisión al papa y hacía alarde de su voluntad de obedecerle; pero, al mismo tiempo, redoblaba sus críticas contra la organización de la Iglesia, y, yendo aún más lejos, atacaba también a los dogmas. Proclamaba que el Evangelio debía ser la única ley, que para salvarse bastaba con tener fe en Jesucristo, y que las obras -es decir, los ayunos y mortificaciones- no servían de nada; tampoco la mediación de la Iglesia. Por último, no admitía más que tres sacramentos: el bautismo, la comunión y la penitencia. Entonces el papa le excomulgó. El día que recibió la bula(documento papal) de excomunión, Lutero reunió a todos los estudiantes en la plaza de la iglesia de Wittenberg, y delante de ellos arrojó la bula en una hoguera. La ruptura con el papa fue desde entonces definitiva (20 de diciembre de 1520).

Condenación de Lutero

El conflicto entre Lutero y el papado se desencadenó poco después de que Carlos I de España fuera elegido Emperador del Sacro Imperio (1519), asumiendo con el nombre de Carlos V. La querella le inquietaba: primero, porque era católico ferviente; segundo, porque toda Alemania estaba interesada en ella; y tercero, porque antes de su elección había prometido a los electores que no permitiría que se condenara a ningún alemán sin ser sometido a un juicio imparcial. Existía, entonces, el riesgo de que resultara una causa de división en un Estado ya muy dividido, y de que arruinara la autoridad imperial. De aquí que, “para lavarse las manos” -según ciertos historiadores-, citara a Lutero a comparecer ante la reunión de los representantes del Imperio, la dieta, convocada en la ciudad de Worms (oeste de

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