La Eutanasia. Derecho a morir

Hablar del derecho a morir sigue siendo hoy un tema espinoso. Tiene mucho que ver con las creencias sobre el castigo y el pecado, y nuestra incapacidad para tomar decisiones sobre la vida de otras personas. El deseo de morir muerto se considera digno de la matanza asistida y de "desempeñar el papel del Señor". Pero Dios, la fe, el dogma, las escrituras, la religión no deben tener peso en las decisiones que atañen sólo al ámbito individual. Las creencias de las personas y el derecho de las personas a decidir cómo quieren morir. Si todos somos libres de decidir qué tipo de vida queremos vivir, deberíamos preguntarnos si no tenemos la misma discreción para planificar el camino que queremos tomar. La muerte, por supuesto, justifica circunstancias, como un dolor profundo y el sufrimiento de una enfermedad. La postura a favor de “apoyar al paciente” si quisiera acabar con su vida se podría resumir en una idea: la libertad. La libertad del paciente para decidir si pone fin o no a su sufrimiento. El paciente no sufre solo, sufre la familia, sufren los amigos, el alma de todos a su alrededor está triste, lo único que todos quieren es la paz del paciente. Nadie quiere ver sufrir a su ser querido. Sus opositores también insisten en la necesidad de preservar la vida, independientemente de las condiciones en que exista la propia salud de una persona; ¿Pero la vida de una persona postrada en cama durante años está atada a miles de máquinas para mantener un latido artificial?

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