A Eutanasia: Un Derecho A Morir Dignamente

Eutanasia significa “buena muerte” que proviene del griego eu (bien, bueno) y thanatos (muerte) y según la página definición de, es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con la intención de evitar su sufrimiento y dolor. Es la muerte provocada por la propia voluntad del paciente incurable y sin sufrimiento físico, a fin de evitarle una muerte dolorosa. La práctica consiste en administrar drogas, fármacos u otras sustancias que alivien el dolor del paciente provocándole la muerte instantáneamente.

La aplicación de la eutanasia activa para enfermos terminales en Chile, hasta el día de hoy ha sido de total controversia. Es un problema persistente tanto en nuestro país como en la historia de la humanidad en el que se enfrentan ideologías totalmente diversas.

Sin embargo, en Chile debería legalizarse la aplicación de la eutanasia siempre cuando sea con total consentimiento del paciente. “El propósito de tal legislación, afirma el derecho natural de un paciente terminal a morir en paz, es recomendable y moralmente justa” (McCornick, 1981). En muchos casos, las personas pierden la capacidad para valerse por sí mismos, tienen enfermedades de las que saben que solo tienen un 5% de las probabilidades de permanecer vivos (Hernández, K. 2014). Para estas personas la aplicación de la eutanasia los librará de esa agonía que están pasando, ya que es su derecho decidir la forma y el momento de su muerte, buscando como único fin librar a esa persona de su sufrimiento siempre cuando su enfermedad sea grave e incurable. La persona tiene el máximo derecho de tomar sus propias decisiones médicas. Si por el contrario, la persona no se encuentra consciente, perdiendo la capacidad, en el momento, para decidir el accionar medico con respecto a su salud, se tendría que dejar un documento de voluntades anticipadas que confirme o no la aplicación de esta, regulando todo accionar medico ante estas situaciones.

Se han llevado a cabo un sinfín de discusiones y debates respecto a este tema, siendo muy difícil la decisión de la aplicación o no de la eutanasia en Chile. Recientemente el socialista Fulvio Rossi reactivó el proyecto de ley que permite la aplicación de la eutanasia en el país con el argumento de que "El ser humano tiene libertad respecto de muchas cosas que le afectan a él mismo. Un ser humano debe tener el derecho a poder ejercer la libertad y poder decidir no sólo cómo vivir, sino también cómo y cuándo morir" (Rossi, F. 2014).

Y por otro lado, la ex alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe (2014) señala que "Como médico tenemos una formación para poder asistir, mejorar, ayudar a que las personas pasen de mejor manera su enfermedad y no estamos ni nos formamos en nuestra carrera para poder asesinar personas, independientemente de la condición que éstas tengan. A mí me parece que la eutanasia es un homicidio".

Y al igual que ella, muchas personas religiosas ven la eutanasia como algo fatal o como un asesinato y una total falta de respeto hacía la institución eclesiástica, y es totalmente lógico este punto de vista teniendo en cuenta de que dichas personas se basan en que "solo Dios da la vida y solo él tiene el derecho de quitarla". Independientemente de las creencias y doctrinas de la religión. Pero ¿Acaso un ser humano no tiene el derecho individual de hacer lo que quiera con su vida? ¿Mantener a una persona conectada en una máquina, viendo su deterioro físico y mental, es algo ético y moral?

La dignidad es un valor que nos diferencia de otros seres vivos y por tanto no se debería perder jamás. La enfermedad terminal produce tales sufrimientos y dependencias, que hacen que la vida pierda toda calidad y significado como el caso de los pacientes en estado vegetativo, o los enfermos que a consecuencia de un padecimiento se encuentran clínicamente

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