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La Gastronomía En El Siglo De Oro


Enviado por   •  24 de Febrero de 2014  •  2.734 Palabras (11 Páginas)  •  548 Visitas

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Viaje al Siglo de Oro: CONTEXTO HISTORICO POLITICO Y SOCIAL

El concepto y cronología del Siglo de Oro ha sido muy discutido en España. Hoy se sitúa cronológicamente el Siglo de Oro entre 1519 y 1648, aunque los límites finales son borrosos, hay quienes lo establecen en el 1658 que corresponde con el inicio del reinado de Carlos II (último monarca de la casa de los Austrias)

De forma muy esquemática, este periodo se caracteriza por los siguientes hechos:

1. Inicio de la decadencia política a principios del siglo XVII, durante el reinado de Felipe III.

2. Florecimiento de las Artes. Fue España el único país de Europa en el que coincidieron por un lado, la decadencia política y un progresivo empobrecimiento de la sociedad, y por otro, las artes y más concretamente nuestra literatura, alcanzó la más altas cotas de calidad estética. Nació lo que Francisco de Quevedo bautizó como “La Literatura del Hambre”.

3. Aportación de las colonias americanas. La introducción de costumbres y productos no fue masiva. Los conquistadores aceptaron de forma muy limitada los hábitos dietéticos y las costumbres de los indígenas.

Desde España se llevaron a América cereales, leguminosas, vid, olivo, caña de azúcar y el plátano que fue llevado desde Canarias en 1516.

De América llegaron maíz, patata, cacao, frijol, cacahuete, tomate, pimiento, mandioca y frutas tropicales.

INTRODUCCION.

Tanto Francisco de Quevedo, como Lope de Vega, Calderón o Cervantes, dejaron testimonio de una variada exuberante y barroca gastronomía durante uno de los siglos más brillantes de las artes y el pensamiento en España.

Observando la gastronomía de los siglos XVI y XVII por estamentos sociales.

Podemos estudiar la cocina del Siglo de Oro atendiendo a la sociedad del momento. Aquella sociedad española se hallaba dividida en tres estamentos claramente diferenciados: La nobleza y la corte, el clero y el pueblo llano.

La cocina de la nobleza y de la corte:

Era muy abundante, en ella podíamos encontrar carnes, salazones, repostería, pan de harina de trigo, vino, etc.

Comienza a aparecer el gusto por el refinamiento en la mesa.

Aparecen las salsas para acompañar a los platos y las cuberterías, que en un principio son solamente tres piezas (cuchara, cuchillo y tenedor), pero en las clases más altas se comienzan a utilizar distintos tipos de cuchillos dependiendo del plato que se coma.

El refinamiento y la ostentación de que se hacían gala en los banquetes palatinos, en los que se rendía desenfrenado culto a la gula, contrastaban con la modestia, austeridad y hasta el hambre y las privaciones que sufrían las clases humildes.

La cocina del clero

Era tan abundante como la de la corte, sobre todo cuando observamos la de los monasterios. Entre estos destacaron por su importancia los Monasterios de Yuste, Montserrat, Las Huelgas o Guadalupe.

Sin embargo no era así en los conventos donde había muchas carencias, en ellos las monjas elaboraban La “sopa boba”, era la comida de ínfima calidad que se repartía en los mismos conventos a menesterosos y pobres de solemnidad, también denominada “gallofa”.

Los Recetarios religiosos que han llegado hasta nosotros eran de platos austeros y pobre cocina. Eran también libros de costumbres. En ellos se describen la vida y los quehaceres de los conventos. De entre todos ellos sobresale el “Nuevo Arte de Cocina” de Juan de Altamira.

La gastronomía del pueblo llano

Era el que padecía en su mayoría los rigores del hambre.

Su dieta se basaba en pan de harina de centeno mezclada, las menos de las veces, con harina de trigo; tocino, algunas salazones y sopas de harina.

Las pocas oportunidades de comer carne se reservaban para los días festivos.

Las clases populares, sobre todo, eran partidarias de sabores picantes y fuertes, acaso para variar su pobre dieta.

Utilizaban con harta frecuencia el ajo y la cebolla.

La bebida más común era el agua también el vino de muy baja calidad.

Cuando de beber se trataba

EL AGUA

El agua era la bebida más común. Los médicos de la época alababan el consumo de aguas puras y frescas y advertían del peligro de las contaminadas.

El suministro a las ciudades era muy deficiente y en consecuencia, asegurar su calidad suponía serios problemas.

BEBIDAS FRIAS

Se pusieron de moda en la época. Eran frecuentes la leche de almendras, la horchata, la leche de cebada y la limonada.

La cerveza tenía escaso éxito. Carlos V trajo, en 1537, cerveceros alemanes que mejoraron la calidad e impulsaron su consumo.

EL VINO

• El vino era de fácil adquisición, todas las clases sociales lo compraban y su precio dependía, claro está, de la calidad, en la época los más afamados son, por ejemplo, los andaluces de Guadalcanal y Cazalla de la Sierra o Madrigal, Alaejos y Coca de lugares cercanos a Madrid, pero todas las clases apreciaban el vino y no dudaban en consumirlo, se utilizaba tanto beber como para cocinar y se creía en las cualidades medicinales y reconstituyentes.

• El vino ordinario se almacenaba en pellejos por lo que sabía a pez, se decía que el vino sale del vientre para meterse en el propio, o en barreños o tinajas de barro avinagrándose rápidamente. Por este motivo al vino mezclado con miel (hidromiel) se le podían añadir especias y dar aloja, carraspada, el hipocrás o la garnacha (hecho con tres tipos de uva, azúcar, miel y canela).

• Generalmente eran vinos tintos y jóvenes, de baja calidad. El vino blanco era menos conocido y su consumo era más apreciado.

• Se le consideraba no solo como bebida sino también como alimento y reconstituyente y se estimulaba su consumo siempre que fuese moderado.

• Pero sin lugar a dudas el chocolate era la bebida por excelencia de las clases pudientes, se tomaba para merendar acompañada de dulces de

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