"La Independencia Judicial: Conceptualización Y Medición" Y "La Judicialización De La Política En Colombia: Casos, Potencialidades Y Riesgos".

En el presente esbozo de ensayo se abordaran dos lecturas concatenadas entre si, estas son “La Independencia Judicial: Conceptualización y Medición” y “La Judicialización de la Política en Colombia: Casos, Potencialidades y Riesgos”, la escogencia de estos artículos radica en la preeminente importancia que representa el Poder Judicial y la judicialización de la política. No obstante es necesario aclarar que el enfoque que aquí se desarrollara será eminentemente jurídico, en virtud de los conocimientos y criterio técnico del autor de este trabajo. También es preciso mencionar que la dinámica del ensayo será comentar en primer lugar la lectura referida a Independencia Judicial, para luego concatenarla con los aspectos más vinculantes de la lectura de Judicialización de la política en Colombia, sin embargo no se abordaran todos los elementos de la primera lectura, sino los que a mi juicio son los mas importantes.

Breves comentarios al texto “La Independencia Judicial: Conceptualización y Medición”

Como primer punto a comentar esta el de las dimensiones o marco de referencia de lo que, a criterio del Dr. Sebastián Linares, debe entenderse por Independencia Judicial. Este autor plasma una serie de elementos, citando a su vez a otros entendidos en el tema, tan diversos como complejos, por ejemplo señala imparcialidad e independencia como dos conceptos diferentes, de igual manera lo hace con la independencia y la autonomía, entre independencia interna y externa, entre insularidad y neutralidad, entre independencia formal y material, independencia sustantiva e independencia estructural, independencia como función e independencia como garantía o entre dimensiones o aspectos positivos o negativos de la independencia.

Asimismo da una definición de independencia judicial, entendida como el conjunto de garantías institucionales que impiden, en mayor o menor grado, las injerencias indebidas en la actuación judicial. Concepción que, según el artículo, se encuentra formulada desde un plano eminentemente normativo. No obstante lo anterior, el autor advierte que a su juicio “resulta más apropiado definir el concepto de independencia judicial de modo que su connotación refiera sólo al juez individual, y no al poder judicial en su conjunto o a determinados “productos” de la actividad del juez”.

Hasta este punto he de señalar que no puedo estar mas en desacuerdo con el autor del paper “La Independencia Judicial: Conceptualización y Medición”, esto en virtud de los elementos que menciona, del concepto normativo que arroja y de la delimitación conceptual que propone.

La desavenencia con el planteamiento líneas arriba señalado tiene como fundamento el hecho que a mi juicio el concepto de Independencia Judicial no debe, ni puede, ser entendido como aislado, desvinculado con otros conceptos y sobre todo individualizado. La afirmación anterior se sustenta sobre la base de que la independencia judicial debe ser entendida como un principio fundamental y rector para el buen ejercicio de la administración de justicia, más no como un todo que abarca conceptos tan amplios y complejos como la autonomía y la imparcialidad. Siendo así, el principio de independencia judicial, junto con el de autonomía, celeridad, prontitud, imparcialidad, legalidad, igualdad, gratuidad, equidad, transparencia y justicia son fundamentales para el óptimo desempeño de la función judicial.

Partiendo de la idea anterior, considero que un concepto sencillo pero valido es el de entender la independencia como la actuación del Poder Judicial, en el ejercicio de la administración de justicia, obediente a la Constitución y las leyes. Dicha noción debe ser aplicada al conjunto de jueces y magistrados que ejercen la función jurisdiccional, esto debido a que estos funcionarios pertenecen a una estructura, a una organización que se encarga de impartir un bien tan intangible como importante esto es la justicia.

Otro punto expuesto en el paper objeto de estudio es lo que a juicio del autor son, o deberían, ser los componentes de la independencia judicial, siendo estos elementos el derecho, por un lado, sobre el juez y, por el otro, de la ausencia de poder , también sobre el juez, de cualquier otro factor extraño al derecho. Asimismo se establecen dos dimensiones del poder, una positiva y otra negativa.

Poder en la Dimensión Positiva.

En la dimensión positiva se hace referencia al hecho que el juez, en resolución de un caso concreto, debe aplicar el derecho, lo que significa entronizar el “poder” del derecho. El autor argumenta que el poder requiere de ciertos recursos facticos , que no pueden ser garantizados por el mero texto de una ley, una sentencia o cualquier otra fuente del derecho y señala enfáticamente que “es una ilusión pensar que el poder de los jueces deriva del derecho” y defiende este postulado diciendo “que la fuerza normativa o eficacia del derecho deriva del poder efectivo de los jueces”, poder que ostentan en virtud de los recursos organizativos, económicos, información, educación legal de los que son dotados para que puedan ejercer su función cabalmente.

Este planteamiento, a mi juicio, es bastante osado al señalar que el poder de los jueces no deriva del derecho. Considero que resulta totalmente erróneo creer que el poder de los jueces emana de elementos distintos a la ley, es decir recursos organizativos, económicos, información, educación legal, debido a que es la ley el instrumento jurídico que enviste de legitimidad y poder a los jueces, magistrados y a todo el poder judicial. No se debe menospreciar y tratar como un elemento secundario del poder a la ley, puesto que resulta irreal creer que un sujeto que desempeña la labor jurisdiccional tendrá el poder de impartir justicia sin el respaldo de un marco normativo que le facilite acceder recursos organizativos, económicos, información y hasta de educación legal. Dicho de otra forma es la ley la fuente originaria del poder de los jueces, en virtud de la legitimidad que da a estos funcionarios judiciales, para, en última ratio, tener acceso al poder coercitivo del Estado y hacer cumplir lo juzgado. Asimismo es la ley, y no otro elemento, lo que le indica a cada juez y magistrado cual es el ámbito de su competencia, cuales son las funciones que pueden atribuirse en virtud de lo señalado por el cuerpo normativo, esto en el mundo jurídico se conoce como El Principio de Legalidad.

Poder en la Dimensión Negativa.

A grosso modo, esta dimensión negativa consiste en el poder fáctico que otros actores ejercen sobre el juez. Se señala que para lograr la independencia de un judicial, este debe tener la habilidad de evitar distintas fuentes

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