La Ironía Trágica De Edipo Rey
ferreira2326 de Noviembre de 2013
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La ironía trágica en Edipo Rey es un
elemento que trabaja en favor de lo que Aristóteles, en p.37, llama
"peripecia": "el paso de una situación a su contraria por parte
de quienes actúan..., de acuerdo con la verosimilitud o la necesidad",
contribuyendo además a subrayar el efecto de oposición de ambas situaciones.
Aristóteles menciona uno solo de los muchos casos en que se produce la ironía,
uno de los más evidentes, que luego trataré aparte: "llega un personaje
para alegrar a Edipo y tranquilizarlo por lo que respecta a su madre,
revelándole su identidad: mas con ello produce, precisamente el efecto
contrario." Pero en esta obra peripecias así constituyen un recurso tan
frecuente y constante que prácticamente casi todas las situaciones o personajes
o palabras pueden tener, si se mira bien, un fondo irónico: unas veces con un
sentido premonitorio, otras con una clara intención de ambigüedad... con tantos
matices que sería imposible citarlos aquí todos. Me limitaré a recoger los más
llamativos y a hacer un breve comentario de algunos de ellos:
En p.185 comienza el drama: Edipo habla con
afecto a los suplicantes y llega a decir "estad seguro de que yo aceptaría
a enfrentarme a todo..." Seguramente el público sí que sabe que tendrá que
cumplir sus palabras.
En la p.186 es el sacerdote el que contesta
a Edipo y, en un momento dado, para demostrarle que lo considera capacitado
para enfrentarse a cualquier problema, le dice: sin llegar a compararte con los
dioses te juzgamos "el primero de los hombres en las desgracias de la
vida..." Y más adelante: "Y que no tengamos que acordarnos de tu
mandato porque nos levantamos derechos y caímos después." Estas palabras,
que están dichas al principio como una simple fórmula de afecto, al final se
mostrarán como un resumen nada exagerado de lo sucedido.
En la página siguiente Edipo vuelve a
insistir en su condición de infelicidad con unas palabras que, aunque se
adaptan bien a los hechos de la escena en que el dolor de la enfermedad afecta
a todos, para el público o para el lector suenan a una definición del
personaje: "...como yo no hay ninguno que ande igual de mal" o
"maldito sería yo de no hacer todo cuanto pudiera indicar la
divinidad"
Pero la ironía no sólo puede darse en el
plano de los acontecimientos; también puede ser una ironía semántica o de
situación, como la de la página 188, cuando Creonte explica lo que ha dicho el
oráculo: "...dando a entender que la sangre esta de aquí está atormentando
a la ciudad" No vemos el gesto de Creonte, pero )a dónde podría señalar mientras decía estas palabras?
En pp. 189 y 190 vuelve a producirse una
ironía que además de apuntar a la contradicción futura de los hechos es
ambigua; termina Edipo la charla con Creonte: "...yo lo aclararé todo
desde el principio... en favor de seres queridos en modo alguno lejanos, sino
en favor de mí mismo barreré esta inmundicia lejos de mí...estad seguros de que
yo haré todo" Cuando Edipo menciona el principio de todo, )no está refiriéndose a su origen, comienzo de todos sus males? También,
su reconocimiento de la autoría podría hacerse extensible al asunto que ha
provocado la ira del dios.
El bando que a continuación pronuncia Edipo,
pp.192-194, es todo él un cuidadoso recurso irónico, lleno de palabras que el
espectador recordará mientras comprueba que se vuelven contra el mismo que las
pronunció: con ellas se llega al grado máximo de ironía, y el propio personaje
las tendrá en mente cuando lamente haberlas pronunciado: p.233 "...de todo
lo cual yo, (el colmo de la osadía!,..., me privé a mí mismo al
indicar de una forma expresa que todos sin excepción expulsaran a este
impío...". De todos modos recojo algunas palabras irónicas que en este
duro comunicado hay: "...al individuo ese, quienquiera que sea, prohibo
que en este país... lo admita o le dirija la palabra alguien...",
"...pido que pase él, (miserable!, desgraciadamente una vida
desventurada...y que si llegara compartir mi hogar en mis propias mansiones con
conocimiento mío, sufra...", " y puesto que nos habría surgido
comunidad de hijos comunes si no le hubiera salido a él desventurada la
descendencia (pero la realidad es que esa desventura no abatió sobre su
cabeza)...", "...en defensa de él como si de mi propio padre se
tratara..." Creo que un personaje no puede decir más claramente una cosa
mientras cree decir otra.
Otras ironías son tan sutiles que sólo el
comentario del especialista que traduce el texto y nos llama la atención con
notas a pie de página nos hace caer en ellas (quizá consuele pensar que al
público menos instruido de la época también le pasaran inadvertidas): en la
misma página de antes Edipo termina su bando: "en cambio a vosotros los
demás cadmeos, a cuantos estas medidas os son gratas (ojalá que la Justicia y todos los dioses os asistan..." Comenta la
nota que además de irónico es ambiguo, porque el personaje "sin querer, se
excluye de la compañía de la Justicia".
También el coro puede introducir alguna
ironía, pues en la intervención de p .195 sus palabras son premonitorias:
"...(mira!, estos conducen al divino vate, en quien, solo
entre los hombres, radica la verdad!" o esta otra de la página 216, que es
casi un malentendido lingüístico, en que el coro le indica a un mensajero el
lugar donde puede encontrar la mansión del rey: "La vivienda es esta de
aquí, y él está dentro, extranjero. Y su mujer, la madre... de sus hijos es
ésta de aquí
Otras ironías lo son de las apariencias,
como la de p.198, en que precisamente Edipo le dice al ciego adivino:
"...eres ciego de oído, de razón y de vista". Sólo en apariencia
Edipo "oye", "razona" o "ve"; al final, resulta
que quien carece de todos estos sentidos no es el ciego sino el que le achaca a
Tiresias que no ve: el propio Edipo. Más adelante insiste en el mismo tono,
pero esta vez hablando de sí mismo y de su inteligencia (también comentaré el
tema del conocimiento en la trama de la obra): "En cambio, yo, Edipo, el
que según tú no sé nada..." y "...tanto tú como el que tramó esta
intriga vais a expulsar al sacrílego con lágrimas".
El personaje, en su desconocimiento profundo
de los verdaderos hechos se atreve a negar lo que ya a estas alturas de la obra
sabemos casi todos menos él; p.205: "Pregunta lo que quieras, pues con
seguridad no seré convicto de asesinato" : los propios hechos demuestran
al final de la obra que él es precisamente el autor de la muerte de Layo; y en
la página 207 responde al corifeo que ha intentado calmar los ánimos del rey
encendidos en su anterior enfrentamiento con su cuñado Creonte: "...que te
conste bien, al pretender eso, estás pretendiendo mi propia ruina o que sea
desterrado de este país".
Por último, la ironía final en boca de
Yocasta sobre el destino de Edipo es puesta en evidencia con los mismos hechos
que se desencadenan casi inmediatamente después: ")Por qué había de temer un hombre en quien mandan las circunstancias de
su destino y cuya previsión no es clara en nada?" Parece dar este
personaje con el tema de todo el drama, el cual, visto así, sería simplemente
una respuesta a esta pregunta.
Junto al tema de la ironía, existe otro
planteamiento que se repite abundantemente en la obra y que forma parte de su
estructura: es lo que la mayoría de los críticos llaman los "aspectos
ideológicos" o "pensamiento religioso" de Sófocles. Casi todos
los autores consultados coinciden en señalar que las preocupaciones dominantes
en el teatro de este autor del s. V a. de C. se refieren al tema de la verdad
(apariencia o realidad) y del conocimiento humanos. Pero, )cómo aparecen enfocados concretamente en Edipo? Eso es lo que voy
a analizar a continuación:
Una de las primeras intervenciones que
aluden explícitamente a estos temas es la del adivino Tiresias en p.195, quien,
tras ser requerido por el rey para explicar las razones de tantos males, se
queja de su condición de adivino: "(Ay, ay! (El saber qué tremendo es cuando no reporta beneficio
al que sabe!" Sin duda, sus palabras se justifican por sí solas en el
contexto de quien todo lo sabe pero no puede hablar; sin embargo, al final de
la tragedia comprobamos que estas mismas palabras podrían aplicarse al
desgraciado héroe: por eso, dichas aquí suenan o ambiguas ()las dice el adivino por él mismo o por su soberano?) o irónicas. Es más,
si mantenemos esta frase hasta el final
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