La Musica
Espinosit13 de Diciembre de 2013
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Mesomúsica
UN ENSAYO SOBRE LA MÚSICA DE TODOS*
por
Carlos Vega 1
A Lauro Ayestarán,
musicólogo eminente
I. CARACTERIZACIÓN
La música está aquí todos los días, entre nosotros, pero tardamos en abarcarla y comprenderla. No hablemos de la historia tradicional, que hasta hoy es una historia fragmentaria de la música superior; no hablemos de una filosofía de la música, ni de realizar especulaciones acústicas, ni de métodos pedagógicos, ni de la sociología de la interrelación, ni de las técnicas... Conviene que demos otras vueltas a la música; muchas vueltas, a ver si mirando bien hallamos algo que merezca consideración en la música misma2.
1) Nombres
Hay muchas clases de música y pocas palabras de valor general para distinguirlas con la precisión que requiere el estudio ilimitado.
El concepto "música superior" se refiere a la altura del pensamiento, a la hondura del sentimiento y a la maestría de la técnica; alude principalmente a las grandes formas y evoca por asociación las altas clases sociales. La expresión "música culta" se relaciona con el esfuerzo de los estudios e indica también una jerarquía elevada con el énfasis en la técnica. Comunmente la música culta generalizada suele llamarse "música clásica", en un sentido general que incluye un nexo con la idea de "modelo perdurable", digno de la historia.
Las expresiones "música moderna", "música actual", "música del porvenir" y "nueva música", son cronológicas; se asocian en su momento con las concepciones más recientes y es clara su alusión a los grupos técnica y sensorialmente más avanzados. En resumen, las ideas "superior-culta-clásica-moderna-actual-nueva" conciernen directamente a la música conceptual y técnicamente más avanzada y aluden al grupo de realizadores y aficionados de
elite y al grupo social adinerado (entendido o no) que apoya y costea los últimos movimientos superiores y otros movimientos culminantes de la historia. En todo caso, alto nivel3.
A estas especificaciones de nivel elevado se opone la expresión "música popular".
La voz "popular" es múltiple, pero en casi todas sus acepciones se relaciona con las clases sociales medias e inferiores y hasta con los grupos rurales o folklóricos. Desde que se contrapone a las clases cultas, alude a los grupos semi letrados e iletrados comunes, llanos, no cultivados. En castellano, "popular" es, además, sinónimo de "plebeyo" (opuesto a hidalgo o noble), y tanto "pueblo" como "plebe" equivalen ocasionalmente a "populacho", que sería "lo ínfimo de la plebe" (R.A.E.). Parece que las raíces de "vulgo" y de "folk" son una misma.
Con frecuencia "popular" es voz despectiva, en el sentido de inferior. En el orden musical indica ideas y técnicas mediocres y, si la intención es peyorativa, sugiere medios o elementos de mínima calidad. "Música popular", en castellano (no en francés), significa también "música difundida", y es en este caso donde interviene esa desusada acepción de pueblo que incluye a todos los habitantes de una región o país. Es la acepción política, extraña a nuestros problemas.
La expresión "música popular", en el sentido de "música difundida", no determina jerarquías4. Cierta "música clásica" puede ser "popular", es decir, "difundida". La donna è mobile es clásica y es popular, pero no es mesomúsica; tampoco es mesomúsica la música folklórica, aun cuando suele llamarse "música popular", música del pueblo. Repetimos que la voz "popular" carece de nitidez para los estudios musicológicos.
"Música vulgar", si se refiere a la del "vulgo" define una música todavía inferior a las otras: ordinaria, plebeya, baja, de técnica rudimentaria, con el énfasis puesto en el mal gusto. En cambio "música ligera" señala un carácter melódico agradable, una técnica media y géneros o especies simples. "Música melódica" (desacertada expresión) se refiere a la "música ligera" en un orden vocal menor, el del "cantante melódico".
De todo lo antedicho se desprende que esta generalizada discriminación empírica y tradicional distingue con más o menos vaguedad lo siguiente:
a) Música superior. Las creaciones que se manifiesten en los niveles artísticos más elevados: la experimentales, las de vanguardia y las escuelas pasadas vigentes (modernas, centrales, clásicas o históricas), todas en relación con la elite sensorial y con las clases superiores (adineradas).
b) Música popular. Las creaciones menores fuertemente asociadas con la vaga idea de "pueblo": clases medias, clases bajas, clases menos ilustradas y, por extensión de la voz "pueblo", clases rurales, esto es, grupos folklóricos.
c) Música ligera. No define con precisión un grado jerárquico sino una selección de creaciones breves, entre superiores y populares, expresivas, amenas, alegres, sentimentales5.
Aunque las acepciones de las voces precedentes son las del idioma castellano, entendemos que, por lo menos en lo sustancial, coinciden con las de las principales lenguas occidentales. En cualquier caso, no pretendemos abarcar los matices de los demás idiomas, ni es fundamental aquí el ahondamiento del aspecto lingüístico.
Ese pobre vocabulario, entre cultural y social, no es suficiente ni para los especialistas, ni para los profesionales, ni para el público culto. A falta de precisión en las palabras todos se entienden mediante el auxilio del contexto. Falta una buena discriminación general de las clases de la música en sí y en sus relaciones con los grupos profesionales, las clases sociales, las clases culturales, etcétera, y la ordenación de la correspondiente nomenclatura.
2. Mesomúsica
El autor de esta nota cree que ha logrado distinguir con cierta precisión una clase de música cuya constante creación y general consumo a lo largo de siglos y por todas partes, permite observar, ya en perspectiva, su función social y cultural, la sucesiva dispersión de sus especies, sus caracteres estéticos y técnicos, su relación con los grupos de creadores, ejecutantes y oyentes, su nexo con las empresas comerciales, industriales, difusoras y docentes, y penetrar en su historia milenaria. No es un hallazgo absoluto. En cuanto nos envuelve a cada paso, todos la conocemos, la sentimos y la nombramos, pero, en general, no nos hemos detenido a pensar en ella, a determinar sus límites, a examinar sus valores, a medir su importancia, a desentrañar sus implicaciones, a conocer su historia. Nos referimos a una clase de expresiones que hemos denominado mesomúsica, y que es ahora objeto de la presente comunicación.
La mesomúsica es el conjunto de creaciones funcionalmente consagradas al esparcimiento (melodías con o sin texto), a la danza de salón, a los espectáculos, a las ceremonias, actos, clases, juegos, etcétera, adoptadas o aceptadas por los oyentes de las naciones culturalmente modernas6. Durante los últimos siglos el mejoramiento de las comunicaciones ha favorecido la dispersión de la mesomúsica de tal manera, que hoy sólo se exceptúan de su influjo los aborígenes más o menos primitivos7 y los grupos nacionalizados que aun no han completado su ingreso a las comunidades modernizadas. Pero como la mesomúsica no es una música definitivamente occidental sino una "música común", pueden existir focos excéntricos con dispersión por extensas áreas.
La mesomúsica, entonces, convive en los espíritus de los grupos urbanos al lado de la "música culta"8 y participa en la vida de los grupos rurales al lado de la música folklórica. Así:
Tal como la música superior (ópera, sinfonía, cantata, oratorio, suite, ballet, etcétera), la mesomúsica se manifiesta en especies. En rigor, la música sólo se expresa en sus especies. Las especies para la danza se distinguen con el mismo nombre de la danza total (coreografía-música): contradanza, minué, vals, polca, fox trot. Las especies de canciones suelen carecer de un nombre particular de su floración o, mejor, se llaman simplemente "canción", y los interesados se entienden. En muchos casos reciben denominación propia. "Tonadilla" se llamó la especie española breve de hacia 1900 que dejó varias obritas maestras, como "Mimosa"; "canzoneta" fue la canción napolitana de la misma época que pervive en joyas como "Catarí"9. En todos los casos, la unidad - la pieza suelta - tiene su nombre particular, como es sabido, por exigencias de ejecución y consumo, primero, y después, por rigores de identificación.
Antaño hubo muchas melodías de danza que, dotadas de un texto, se desprendieron de su coreografía y circularon como canciones con el nombre de la danza total: vals, alemanda, bolero, etcétera. También las hay en nuestros días. En Sudamérica hubo especies líricas puras de dispersión continental, como el "yaraví" y el "triste"10.
3. Dinámica
Estas especies se constituyen sobre la base de las disponibilidades circundantes -a menudo son la continuación de otras o su modificación-, se lanzan por el mundo y, al cabo de medio siglo o de uno entero o de poco más, ceden el éxito a especies nuevas que reemprenden sus triunfales
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