La Primera Moneda Paraguaya
soniabriotos9 de Septiembre de 2013
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Introducción
En el presente trabajo trataremos sobre la moneda, antecedentes históricos y nacionales, la primera moneda Paraguaya, su acuñamiento y el valor de las mismas tanto en épocas pasadas como en la actualidad.
También estaremos hablando del Contrato hecho entre el señor Comisionado especial de la República del Paraguay Don Esteban Cordal y el ciudadano norteamericano Don Enrique Gilbert.
La moneda oficial del Paraguay es el guaraní (G). Se emiten billetes de 100.000, 50.000,20.000, 10.000, 5.000 y 2.000 guaraníes, y monedas de 1.000, 500, 100, 50, guaraníes.
Y finalmente hablaremos del proyecto pendiente sobre la eliminación de tres ceros al guaraní.
LA PRIMERA MONEDA PARAGUAYA
Mucho tiempo pasó desde que el Paraguay lograra su independencia, (1811) hasta que disponga de un signo monetario propio.
Los primeros Gobiernos no acuñaron monedas, admitiendo la circulación de las tradicionales monedas Europeas y/o Hispanoamericanas; luego con el Gobierno del Dr. Francia, que instauró un régimen ultranacionalista y aislacionista, llegó inclusive a reducir al mínimo la circulación de monedas extranjeras, y volviendo prácticamente al sistema del trueque, impulsando de esa manera la producción nacional, pues aquel que no disponía de bienes de la tierra o artesanía, no disponía tampoco de numerario o bienes de valor para procurarse los artículos que necesitaba.
El país no disponía de metales y no producía papel, tampoco contaba con técnicos especializados que pudieran acuñar monedas o imprimir papel moneda; la producción de bienes era rudimentaria y no contaba con la materia prima necesaria, razón que creemos haya sido la principal por la que el Dr. Francia no emitió ninguna clase de monedas. No obstante, en esa época comenzó a tener vigencia una práctica que se usó también en la época de la Guerra Grande; la utilización de monedas de oro y plata cortadas en dos, cuatro y ocho partes, las monedas de plata hispanoamericanas, macuquinas, y el resellado de monedas extranjeras, que se hacía con un pequeño cuño con el escudo del León, en el centro del anverso de las monedas extranjeras, queriéndoles dar de esa forma, un cierto cariz de nacionales, además del escudo con el león sentado, tal vez copiando a la de la Proclama a Carlos IV 1790, figuraba la fecha del resello; la primera de las que se conoce lleva la de 1858, de muy efímera circulación.-
El advenimiento al poder de Don Carlos Antonio López significó salir del férreo aislamiento impuesto por Francia; el impulso enorme dado a la producción y al comercio hizo necesario la creación de un método práctico de realizar las transacciones comerciales, y se notó una aguda escasez de circulante, sobre todo de numerario menudo, que facilitasen las operaciones de compra-venta.
El 24 de Noviembre de 1842, Don Carlos remitió al Congreso Nacional un mensaje, que firmaba juntamente con Don Mariano Roque Alonso, en el cual destacaba la necesidad de acuñación de monedas, que podían ser de plata, la cual existía en el Tesoro Nacional, y de cobre, para el cambio menudo.
El 27 de Noviembre de 1842, el Congreso autoriza al Supremo Gobierno Nacional a mandar acuñar nuestras primeras monedas:
"Art. 19. Queda autorizado el Supremo Gobierno para mandar acuñar moneda de plata con el escudo y armas nacionales de la República, observando el monetario antiguo como más usual y conocido. También para mandar amonedar con el mismo escudo y armas, pudiendo contratar este segundo ramo, dentro o fuera de la República, bajo las bases más convenientes que estimase el Supremo Gobierno".
Nunca se acuñaron dichas monedas de plata, pero sí las de cobre, que en su debido tiempo circularon profusamente, y tienen su linda historia.
No se contaba en el país con los elementos necesarios para la acuñación, por lo tanto se resolvió, como lo autorizaba el Decreto, a contratar la acuñación en el extranjero, y fue nombrado el Sr. Andrés Gill, a gestionar dicho servicio, para lo cual contactó con el Cónsul Norteamericano en Buenos Aires, el que recomendó al ciudadano Enrique Gilbert también de origen norteamericano, que ya había intervenido en la acuñación del "décimo" de Buenos Aires aparecido en 1822 / 23
Se llegó a un acuerdo y el 31 de Agosto de 1844, se firmó el contrato entro EL Gobierno del Paraguay y Enrique Gilbert para la acuñación de 30 mil pesos de monedas de cobre de 1 /12 Centavos de real como valor nominal C idénticas en samario al décimo argentino, pero con el escudo paraguayo.
Contrato entre el Señor Comisionado Especial de la República del Paraguay Don Esteban Cordal y el ciudadano norteamericano Don Enrique Gilbert ambos residentes en la ciudad de Buenos Aires”
Art. 1º- Don Enrique Gilbert ciudadano Norteamericano residente en esta Ciudad de Buenos Aires se obliga formalmente a hacer acuñar conforme al diseño que se le ha remitido anteriormente por el Excmo. Gobierno del Paraguay la cantidad de treinta mil pesos moneda de cobre.
Art. 2°- El valor de cada peso de plata será dividido en noventa y seis partes iguales, que naturalmente darán al fin de la amonedación el peso neto de libras sin error de cálculo hasta el completo integro de los treinta mil pesos cobre, que es el verdadero resultado sin más pormenores.
Art. 3°- Será de obligación, cuenta y riesgo de dicho Gilbert, entregar en tierra dicha moneda, bien acondicionada en cuñetes o cajones, libre de fletes, u otro gasto en la Villa del Pilar del Paraguay, a la persona o personas que fueren comisionadas por el Gobierno al efecto.
Art. 4°- En pago de dicha cantidad de moneda de cobre, el Excmo. Gobierno de la República del Paraguay mandará entregar al Señor Gilbert o a la persona que él autoriza al efecto cantidad de treinta mil arrobas de yerba mate puesto a bordo, libre de derechos u otro gravamen en la misma Villa del Pilar.
Art. 5°- Es de la obligación de dicho Gilbert cuidar que el cobre de que se fabrica la dicha moneda sea cobre puro, y del mismo modo el Excmo. Gobierno de la República del Paraguay cuidará que la yerba mate sea selecta, esto es de la mejor calidad.
Art. 6°- El Señor Gilbert hará la entrega de dicha moneda cobre en cinco entregas cuando más, pero ninguna bajará de seis mil pesos en cobre y todas las cinco entregas se verificarán en el plazo de diez y ocho meses contados desde la primera entrega en el puerto del Pilar, de manera que en todo este plazo se haya recibido en dicho puerto del Pilar el total de treinta mil pesos moneda cobre, salvo un contratiempo imprevisto y justificado.
Art. 7°- Se declara que en la misma razón que se vaya entregando la moneda de cobre en el Puerto antes expresado, se irá allí entregando yerba mate hasta el total de treinta mil arrobas.
Art. 8°- Es de obligación del Señor Gilbert poner en poder del Excmo. Gobierno del Paraguay con la última entrega del cobre todo cuño, estampo, o diseño de que se hubiere hecho uso para dicha amonedación.
Doce monedas de cobre hacía Un Real; ocho Reales eran Un Peso, así que cada peso equivalía a 96 monedas de 1/12, y 30.000 Pesos hacían un total de 2.880.000 monedas, que debían ser entregadas en la Villa del Pilar, libres de flete y otros gastos.
En pago por la acuñación, el Gobierno se comprometía a entregar al Sr. Gilbert la cantidad de 30.000 arrobas de yerba, una vez que fuesen descargadas en el puerto de Villa del Pilar.
Si bien la fecha de 1845 era la pensada para ponerla en circulación, al final resultó ser solamente la fecha de acuñación, pues las partidas tardaron bastante en llegar; eran descargadas de los buques de ultramar en el puerto de Montevideo, luego transportadas hasta Corrientes, y de allí recién eran enviadas hasta Pilar.
Venían embaladas en cuñetes de 115 kilos de peso, conteniendo 19.200 monedas cada uno; el total del cargamento pesó 17.280 kilos.
Mientras esperaban el transbordo en Montevideo, ocurrió que algunas monedas "saltaron" de los cuñetes, por causas no muy bien definidas, y comenzaron a circular, aunque en muy pequeña cantidad, en el Río de la Plata.
Enterado Don Carlos de esta anormalidad, y con el objeto de preservar el valor adquisitivo, y también el nombre y responsabilidad de nuestro país, dispuso inmediatamente una desvalorización del 50% del valor de las mismas: Doce monedas de cobre valdrían solamente Medio Real; y 192 monedas harían Un Peso.
Aquí tenemos el caso que la primera moneda paraguaya sufrió una desvalorización (si así se la quiere llamar) antes de empezar a circular.
Esta desvalorización, a causa de su circulación prematura en el Río de la Plata, también produjo desavenencias con el acuñador, al cual se le redujo la cantidad de yerba que recibiría por la última entrega de 12 mil pesos en monedas, pues en esos momentos, representaban solamente 6 mil pesos, y por los que se le entregó solamente 6.000 arrobas de yerba.
Largo pleito e intercambios de notas, y al final Don Carlos se mantuvo firme en su postura, y no se abonó la diferencia, pues se creía que el Sr. Gilbert era el responsable de esa circulación clandestina.
El Sr. Gilbert también devolvió los troqueles originales que se habían usado para la acuñación de las monedas, que se hizo en Inglaterra, posiblemente Birmingham (Ralph Eaton & Sons), donde también fueron acuñados los décimos de Buenos Aires, cuya similitud con la nuestra era realmente
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