Primera Guerra Mundial
srplattano20 de Febrero de 2012
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Primera Guerra Mundial
Primera Guerra Mundial
Mapa con los contendientes:
Potencias Centrales
Aliados
Fecha 28 de julio de 1914 - 11 de noviembre de 1918
Lugar Europa, África y Asia
Resultado Victoria aliada.
Casus
belli
Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria (28 de junio) seguido por una declaración de guerra austríaca a Serbia (28 de julio) y la movilización rusa contra Austria-Hungría (29 de julio).
Cambios territoriales Disolución de los Imperios Alemán, Austrohúngaro, Otomano y Ruso.
Beligerantes
Potencias Centrales:
Imperio Austrohúngaro,
Bulgaria,
Imperio Alemán,
Imperio Otomano
Aliados:
Francia,
Bélgica,
Gran Bretaña,
Canadá,
India Británica,
Nueva Zelanda,
Sud Africa,
Australia,
Terranova,
Italia,
Imperio ruso,
Estados Unidos,
Serbia,
Montenegro
Japón,
Rumania,
Grecia,
Portugal
Comandantes
Francisco José I,
Franz Conrad von Hötzendorf,
Guillermo II de Alemania,
Erich von Falkenhayn,
Paul von Hindenburg,
Reinhard Scheer,
Erich Ludendorff,
Mehmed V,
İsmail Enver,
Mustafa Kemal Atatürk,
Fernando I de Bulgaria
Nicolás II de Rusia,
Alexéi Alexéievich Brusílov,
Georges Clemenceau,
Joseph Joffre,
Ferdinand Foch,
Robert Nivelle,
Herbert Henry Asquith,
Douglas Haig,
John Jellicoe,
Víctor Manuel III,
Luigi Cadorna,
Armando Diaz,
Woodrow Wilson,
John J. Pershing
Bajas
Soldados
muertos: 4.386.000
heridos: 8.388.000
desaparecidos: 3.629.0001
Soldados
muertos: 5.520.000
heridos: 12.831.000
desaparecidos: 4.121.0001
La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa, por la rivalidad entre las potencias imperialistas, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue en su momento el conflicto más sangriento de la historia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras.
A finales del siglo XIX, Inglaterra dominaba el mundo tecnológica, financiera, económica y sobre todo políticamente. Alemania y Estados Unidos le disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX se produjo la repartición de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y Asia Meridional, así como el gradual aumento de la presencia europea en China, Estado en franca decadencia.
Estados Unidos y, en menor medida, el Imperio Ruso controlaban eficientemente sus vastos territorios, unidos por largas líneas férreas (ferrocarril Atlántico-Pacífico y Transiberiano, respectivamente).
Inglaterra y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la Entente cordiale.
Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas islas del Pacífico (Islas Salomón) y enclaves comerciales en China, empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al Reich, que sólo podía contar con la alianza incondicional de Austria-Hungría.
Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Las generaciones francesas de finales del siglo XIX, sobre todo el Ejército, crecieron con la idea de vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés, en comparación con el 30% de 1870.
Mientras tanto, los países de los Balcanes liberados del Imperio Otomano (el «enfermo de Europa») fueron objeto de rivalidad entre las grandes potencias. Turquía, que se hundía lentamente, no poseía en Europa —hacia 1914— más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania), buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1910 y 1913, conocidos como Guerras Balcánicas.
Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los Estrechos. El Imperio Austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a los pueblos eslavos. El Imperio Ruso, que estaba ligado histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa —ya les había brindado su apoyo en el pasado— contaba con ellos como aliados naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes». Evidentemente, estas políticas opuestas entre una potencia católica y otra ortodoxa provocaron enfrentamientos.
Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882:
• de una parte, Francia, el Imperio Británico y el Imperio ruso (Triple Entente) y
• el Imperio alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia (Triple Alianza).
A este período se le conoce como Paz armada, ya que Europa estaba destinando cuantiosas cantidades de capital al armamento y, sin embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.
La guerra comenzó como un enfrentamiento entre Austria-Hungría y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los países eslavos.
Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra y Francia se movilizó para apoyar a su aliada. Las hostilidades involucraron a 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos (desde 1917), Portugal, Japón, así como Italia que había abandonado la Triple Alianza.
Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austrohúngaro, Alemán y Turco, acompañados por Bulgaria.
Tabla de contenidos
• 1 Detonante del conflicto
• 2 Guerra de movimientos
o 2.1 Frente oriental
• 3 Guerra de trincheras
• 4 Otros frentes
• 5 1917, el viraje de la guerra
• 6 Fin de la guerra
• 7 Participación de Japón
• 8 Tratados de paz
• 9 Consecuencias
• 10 Notas y referencias
• 11 Véase también
• 12 Enlaces externos
Detonante del conflicto
Alianzas militares europeas en 1914.
El evento detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip.
El Imperio Austro-húngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, investigar en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 28 de julio a Serbia, que no aceptó todas las condiciones impuestas. El ataque austrohúngaro activó las disposiciones previstas por el sistema de alianzas.
Guerra de movimientos
Artículo principal: Frente occidental (Primera Guerra Mundial)
El 5 de julio. Rusia declaró la guerra al Imperio Austrohúngaro para ayudar a los serbios, el Imperio alemán a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto, después a Francia el día 3 del mismo mes. El 4 de agosto el ejército alemán inició la invasión de Francia violando el territorio belga (neutral), lo que entrañó la declaración de guerra al Imperio alemán por parte del Imperio Británico, que era garante de la soberanía belga. El sistema de alianzas generalizó posteriormente el conflicto, es decir, que un hecho aislado desencadenó la ruptura del equilibrio que se había mantenido por años a partir del sistema de alianzas militares defensivas.
Entre los países europeos sólo España, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Suecia (e Italia provisionalmente) permanecían neutrales. Los dos campos estaban bastante equilibrados: las Potencias Centrales y los Aliados poseían un número semejante de soldados. Los alemanes tenían la ventaja de su superior artillería pesada y excelente adiestramiento de sus tropas —la tradicional eficiencia militar prusiana—, pero eso se compensaba por la supremacía de los británicos en el mar y la mayor extensión de las colonias de la Entente. Otra
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